Análisis de la poesía española del siglo XVI y XVII: del petrarquismo al barroco

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Poesía española: siglos XVI y XVII

Rasgos de la poesía petrarquista

Los poetas petrarquistas no pretendían ser originales; para ellos, la poesía debía basarse en la imitación, es decir, en la recreación de modelos prestigiosos. Garcilaso y los demás poetas españoles imitaron a los poetas latinos, a Petrarca y a los petrarquistas italianos del siglo XVI. El tema fundamental de la lírica petrarquista es la experiencia amorosa. Se trata de una nueva concepción del amor, marcada por el neoplatonismo: la belleza de la amada, descrita en los poemas de forma idealizada mediante el descriptio puellae. La amada es, para los neoplatónicos, reflejo o proyección de la belleza divina. La temática amorosa aparece asociada a dos motivos: la mitología grecolatina y la descripción de una naturaleza idealizada (locus amoenus). Formalmente, la poesía petrarquista incorporó nuevos metros (endecasílabo y heptasílabo), estrofas y poemas estróficos (sonetos); se caracteriza por la naturalidad de la expresión y por la voluntad de provocar una emoción auténtica.

Garcilaso de la Vega

Las églogas

Una égloga es una composición protagonizada por pastores que dialogan en el marco de una naturaleza idealizada, donde expresan sus quejas por un amor no correspondido o por la muerte de su amada:

  • Égloga I: escrita en estancias de 14 versos y organizada en dos partes:
    • En la primera parte, el pastor Salicio, rechazado por Galatea, expresa su dolor en una serie de 12 estrofas rematadas por el estribillo "salid sin duelo, lágrimas corriendo".
    • En la segunda parte, Nemoroso se lamenta de la muerte de su amada Elisa.
    Garcilaso desdobla, además, el desamor y la pérdida.
  • Égloga III: formada por 47 octavas reales, está protagonizada por las ninfas del río Tajo, que tejen cuatro tapices en los que se cuentan otras tantas historias de amores desgraciados. Aparece la pareja protagonista de la Égloga I, por lo que se produce el proceso de automitificación del autor.

Los sonetos

  • Soneto V: el amor se identifica como un hábito, en su doble sentido de costumbre y de prenda que porta quien profesa una fe, de la que ya no podrá liberarse. Recoge la tradición neoplatónica del amor.
  • Soneto VII: en este poema, el yo poético, tras enamorarse, le pide a Dios que sea bueno con él, ya que en el pasado ya ha sufrido por amor.
  • Soneto XIII: el yo poético se identifica con personajes de la mitología. En este caso, se compara con Apolo, que al ser rechazado se convierte en laurel.
  • Soneto XIV: el yo poético habla de su enfermo y loco pensamiento amoroso, al que todo le permite a sabiendas de que le causará la muerte.
  • Soneto XXVIII: la voz poética expresa a su dama la desesperación y el triste estado en el que se siente por su amor imposible. Lo que más le duele es no poder declararse.
  • Soneto XXXII: en este soneto, el amor es un amor que nació y crece a expensas del silencio, por lo que nunca podrá haber mutuos sentimientos. Se trata al amor desde un punto de vista de soledad.

La poesía de la segunda mitad del siglo XVI

Contiene el tema religioso enfocado a lo filosófico-moral. Se divide en tres corrientes:

  • Poesía ascética (Fray Luis de León): incluye la vía purgativa (limpia el alma de los pecados) y la poesía iluminativa (el alma se ilumina con la voz divina).
  • Se contempla la visión dualista del ser humano: cuerpo y alma.
  • Poesía mística (San Juan de la Cruz): contempla la vida unitiva entre el alma y el cuerpo.

Poesía ascético-mística

Da cauce poético bien a la reflexión moral o existencial, bien al anhelo o a la vivencia de la unión con la divinidad.

Fray Luis de León

Las odas

  • De intención moral: proponen un ideal de virtud basado en el deseo de apartarse del mundo y abandonar las pasiones para poder encontrarse con uno mismo. Vía purgativa. Destacan los tópicos del locus amoenus, aurea mediocritas (moderación) o el vivire secum (vivir en soledad).
  • Odas religiosas: poetizan un anhelo de unión con la divinidad. Cercano a la mística. Se trata de una aspiración insatisfecha o de una visión apenas distinguida. Vía iluminativa.

San Juan de la Cruz

Constituye la máxima expresión de la poesía mística. El tema central de su producción es la unión del alma con la divinidad; para ello, recurre al encuentro de enamorados como símbolo de la fusión del alma con Dios:

  • Noche oscura del alma: un yo femenino escapa de casa en la noche para encontrarse con su amado. Tras el encuentro, ambos reposan gozosos.
  • Toma las estructuras métricas de la poesía petrarquista, además de la ambientación pastoril, que permite leer el cántico como una égloga.
  • Estilo:
    • Destacan los símbolos (para interpretar realidades abstractas), por ejemplo: "fieras como amenazas del mundo".
    • Destacan los oxímoron (darle a un sustantivo una cualidad que no puede tener), por ejemplo: "noche oscura".

La lírica barroca

Aspectos temáticos

La poesía barroca presenta una vertiente filosófico-moral que manifiesta la visión desengañada de la existencia, característica de la época. Los motivos centrales son la fugacidad de lo terrenal y la inexorabilidad de la muerte. Se aprecia la huella del estoicismo en los poemas morales de Quevedo.

  • El amor sigue siendo un tema fundamental, pero los autores barrocos exploraron otros campos: el ocultamiento de la emoción (Góngora), la confesionalidad y la vinculación del amor a la trascendencia (Quevedo).
  • La mitología ya no es considerada como fuente de sabiduría con cuyos personajes se identifica el yo poético para transmitir sus conflictos internos. Es habitual el tratamiento paródico o jocoso, o el uso de un argumento mitológico como excusa para el despliegue del virtuosismo verbal.
  • La poesía satírica y burlesca, como fruto de una sociedad en crisis que se cuestiona a sí misma. Pueden tratar tipos sociales, costumbres o rivales literarios, que serán objeto de burla con doble finalidad: corregir los vicios y producir un efecto de comedia.

Aspectos formales

Destacan: metáforas, hipérbatos (cambiar el orden habitual de las palabras), antítesis (palabras de significado opuesto; por ejemplo, vida/muerte), paradojas (por ejemplo, "muerte que das vida"), asíndeton (omisión de conjunciones), polisíndeton (abundancia de conjunciones coordinantes "y, e, ni").

Luis de Góngora

Sonetos

Destacan motivos de la tradición petrarquista como el carpe diem o la advertencia de los peligros del amor.

El culteranismo gongorino

En los poemas mayores, se aprecian claramente los rasgos del estilo gongorino, también conocido como culteranismo:

  • Búsqueda de la belleza y evasión de la realidad: pretensión de construir un mundo de belleza verbal y sensorial que sirva como evasión y refugio frente a la sociedad miserable de la época.
  • Extrema dificultad de expresión: la "oscuridad gongorina", que se obtiene mediante la abundancia de cultismos, encabalgamientos o hipérbatos exagerados, alusiones rebuscadas o metáforas sorprendentes, lo que provoca en el lector un goce intelectual o sensorial.
  • Renuncia a la expresión de sentimientos: el yo poético se aleja radicalmente del autor.

Francisco de Quevedo

Poesía moral y religiosa

Los poemas morales, escritos en tono grave y angustiado, se sitúan en el cruce de dos tradiciones filosóficas: el estoicismo y la moral cristiana. Así, varios de sus sonetos desarrollan temas típicamente barrocos: la fugacidad de la vida, la inevitabilidad de la muerte, la vanidad de las apariencias, lo terrenal, la necesidad de evitar las pasiones y de aceptar el deterioro, etc.

Para ello, Quevedo hace uso de diferentes tópicos como el tempus fugit, el quotidie morimur (cada día que pasa nos acercamos más a la muerte), el memento mori (recordatorio de la inevitabilidad de la muerte) o el vita somni (la vida como un sueño).

Poesía amorosa

Se sitúa dentro de la poesía petrarquista. Posee un cancionero de 56 composiciones y, en algunos poemas, desarrolla una visión metafísica del amor y dice que perdura más allá de la muerte.

Poesía satírica y burlesca

Sonetos, letritas, décimas y jácaras (poema ambientado en una cárcel o prostíbulo, con jerga marginal) que intensifican los juegos de palabras.

  • Grupos temáticos:
    • Parodias de la poesía petrarquista y de la poesía culterana.
    • Versiones burlescas de fábulas mitológicas (Dafne y Apolo se convierten en un rufián y una prostituta).
    • Poemas que satirizan tipos sociales (médicos, letrados, etc.) o vicios (la hipocresía, el poder del dinero, etc.). Destaca el soneto de Érase un hombre a una nariz pegado.

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