Análisis de Obras Maestras de la Arquitectura Religiosa: De San Pedro a la Catedral de Murcia
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Plaza de San Pedro
El genial planteamiento de Bernini conllevaba la construcción de un acceso digno a la basílica de San Pedro, máximo símbolo del cristianismo. Bernini ideó una primera plaza delimitada por dos brazos rectos y ligeramente convergentes que se abren formando una gran plaza elíptica; este planteamiento permitía que el papa fuera visto desde cualquier punto. La forma de los dos brazos circulares simbolizan la voluntad de acogida de la Iglesia.
Cada uno de los brazos consta de cuatro hileras de columnas y pilares toscanos que forman tres calles y sostienen un entablamento jónico poco ortodoxo. La columnata culmina en una balaustrada, que acoge 140 estatuas de santos y mártires. Una vez atravesada la galería de columnas, el visitante puede contemplar la visión grandiosa de la fachada de la basílica, coronada por la espléndida cúpula. El proyecto de la plaza sirvió a Bernini para dar a la cúpula de Miguel Ángel la relevancia que merecía.
La fachada, erigida por Maderno, tenía a ambos extremos las bases de dos torres que, al no haber sido completadas, le otorgaban una horizontalidad excesiva. Bernini se sirvió de algunos recursos ópticos para acentuar la altura de la fachada y convertir a la cúpula, a la que atribuía la función simbólica de "cabeza de la cristiandad", en eje visual dominante: la menor altura de la columnata realzaba la verticalidad de la fachada y daba mayor esbeltez a las columnas gigantes del frente basilical.
San Carlino alle Quattro Fontane
Planta e Interior
La planta de la iglesia es el triunfo sobre las posibilidades de un solar pequeño e irregular. La planta ovalada es la resultante de dos triángulos equiláteros unidos por la base. Los muros alabeados dan sensación de movimiento y generan un vasto espacio interior. Estas ondulaciones se corresponden con el movimiento de la fachada.
En el interior, potencia el movimiento con columnas adosadas de tamaño desproporcionado respecto al escaso espacio. Crea un juego de formas cóncavas y convexas que decora a base de hornacinas y nichos con estatuas que acentúan el claroscuro. La cúpula ovalada está decorada con casetones en forma de cruz, hexágonos y octógonos decrecientes, que producen un ilusionismo espacial y una sensación de altura superior a la que realmente tiene.
Exterior
Borromini dividió la fachada en dos pisos, en ambos combinó columnas normales y de orden gigante. El resto de elementos que conforman la fachada potencian ritmos ondulantes y ascendentes que confieren un dinamismo al conjunto.
El entablamento inferior, horizontal e ininterrumpido, contrasta con el superior, que está segmentado a causa de un medallón cuya forma le da un impulso ascendente. También las columnas gigantes potencian el impulso vertical. El movimiento ondulante encuentra su máxima manifestación en los entrantes y salientes cóncavos y convexos que conforman los tres sectores verticales de la fachada.
Imafronte de la Catedral de Murcia
La fachada principal de la catedral de Murcia se levantó a iniciativa del Cabildo, con la ayuda del cardenal Belluga y la intervención de la Corona. El imafronte se proyecta como una fachada-retablo. Su autor, Jaime Bort, hizo una exaltación de la Virgen y la glorificación de la Iglesia de Cartagena y de la Iglesia Universal.
Se compone de dos cuerpos, divididos por grandes columnas sobre pedestales y un eje central en el que destaca la hornacina sobre la puerta principal, de la Coronación de la Virgen y el altorrelieve de la Asunción.
Está coronada la fachada por un ático curvo que tuvo como remate la figura de Santiago. Dividida en tres partes, está flanqueada por dos cuerpecillos laterales con ventanas. Un juego de columnas corintias, grupos escultóricos y un gran ventanal en el segundo cuerpo enriquecen este espectacular imafronte.
En las calles que componen la fachada se abren las tres puertas. La Puerta del Perdón o central era la reservada para el acceso de los personajes reales, la del lado norte para el Obispo y la del lado opuesto para el Cabildo Municipal.
El resto de los elementos son: símbolos y alegorías de las letanías, figuras de los santos del Obispado, como los cuatro santos de Cartagena, la estatua de Fernando III el Santo, que porta la ciudad de Murcia, simbolizando la incorporación del Reino a la Corona de Castilla, así como figuras de santos universales: San Pedro, San Pablo, Santo Tomás o Santa Teresa de Jesús (pilares de la Iglesia, situados en los extremos).
Puede considerarse como primera fachada en su género del siglo XVIII español. El buen número de estatuas dio lugar a la formación de una escuela escultórica paralela al taller de Salzillo.