Análisis de Obras de Cézanne y Manet: Estilo y Composición
Enviado por Chuletator online y clasificado en Plástica y Educación Artística
Escrito el en español con un tamaño de 5,71 KB
Los jugadores de cartas (1893).
ESTILO: postimpresionista TÉCNICA: óleo sobre lienzo TEMA: escena costumbrista. LOCALIZACIÓN: Musée d'Orsay (París)
Esta obra, realizada con la técnica del óleo, no fue fruto de un encargo. Formó parte de la colección del galerista Ambroise Vollard, entre otros propietarios. Es un ejemplo de lo que se ha llamado el período sintético de Cézanne.
TEMA: Es una partida de naipes entre provenzales. Cézanne realizó cinco versiones sobre este tema. El autor reproduce una escena cotidiana en la que dos personajes sentados alrededor de una mesa juegan una partida de cartas. El jugador de la izquierda, fumando una pipa, es Alexandre, el jardinero del padre del artista.
Los personajes son mostrados de perfil, en actitud seria y ensimismada. Los representa de una forma sobria, dignos. Se ha dicho que recuerdan a un bodegón o naturaleza muerta. Llevan sombreros y ropas elegantes y sencillas. Aparecen sentados uno frente al otro, a ambos lados de una mesa, en la que apoyan los codos. En la mesa destaca una botella de vino, que es el eje compositivo que separa la escena en dos zonas de cierta asimetría. En ella se refleja la luz.
El protagonismo del cuadro se centra en la mesa y las manos enfrentadas.
La composición
- Es rigurosa, a base del juego entre verticales – los personajes, la botella de vino – y horizontales – la mesa, la línea de la pared del fondo. No hay búsqueda de dinamismo, muestra un desdén por el movimiento, parece una imagen congelada en el tiempo. Tampoco busca captar la atmósfera.
- Es equilibrada pero con ligera asimetría.
- El personaje maduro aparece completo con un pequeño espacio detrás; el personaje joven y corpulento aparece cortado.
- La botella como eje central levemente desplazada a un lado.
La iluminación artificial se manifiesta en las sombras, especialmente en el reflejo blanco de la botella.
El color es el verdadero protagonista del cuadro. Predominan los colores cálidos y armoniosos que modelan las formas. Encontramos tonalidades ocres, beige, naranjas, blancos y negros, y sombras violáceas. Busca los contrastes entre zonas más oscuras y otras más claras (como vemos, por ejemplo, en los trajes de los personajes). Utiliza mucho el negro, a diferencia de los impresionistas. Esto intensifica la sensación de austeridad. Contrasta con la riqueza de colorido de otros pintores postimpresionistas como Van Gogh o Gauguin.
En esta obra, distorsiona la perspectiva, estableciendo un punto de vista muy bajo. Es una perspectiva invertida: los objetos avanzan desde el fondo hacia nosotros.
La pincelada es muy suelta y abocetada, con ese aspecto inacabado que ya encontrábamos en los impresionistas. Son pinceladas cortas en la dirección de cada objeto (perpendiculares, diagonales...). Las líneas de contorno son muy marcadas: delimitan figuras, les dan protagonismo independientemente del espacio (aíslan, se abstraen del entorno).
La merienda campestre (1863)
Se presenta en el salón oficial en París. La obra no se acepta. Se hace un salón con las obras rechazadas (El salón de los rechazados) y allí se muestra.
TEMA: En la escena se puede observar un grupo de tres bañistas, disfrutando apaciblemente de un día de baño a orillas del Sena, que aparece al fondo, con una mujer saliendo del agua que aparece completamente desnuda. (¿Una Venus?). Aparece Victoria (una de sus modelos preferidas), su hermano, Eugenio Manet, y su futuro cuñado (Ferdinand).
Esta obra se inspira en el Concierto campestre de Giorgione. No gusta porque no entienden qué hace una mujer desnuda entre dos hombres vestidos, además de la forma descarada con la que mira la mujer al espectador.
Llama la atención el suave modelado de apariencia plana y los contrastes entre luces y sombras (mano blanca y chaqueta negra). Hay un erotismo en la obra por el modo como el pintor interrelaciona los miembros (desnudos y vestidos). La mujer del fondo debería ser más pequeña, pero Manet no respeta la perspectiva.
COMPOSICIÓN
La composición se basa en un triángulo formado por las figuras humanas en el centro de la obra, al estilo clásico.
La iluminación que elige Manet para la escena, con un potente foco de luz directa (que apenas crea sombras) sobre los personajes, realza aún más el contraste antes mencionado. Esta técnica de iluminación es característica de las estampas japonesas.
En la parte más alejada del espectador, Manet simula el efecto de la distancia prescindiendo del dibujo con grandes pinceladas de color, algo que pudo haber observado en las obras de Velázquez.
Se nota la pincelada suelta, sobre todo en el riachuelo y la naturaleza muerta. Por último, el cuadro puede leerse como un compendio de géneros reunidos en una sola obra en la que encontramos paisaje, desnudo, retratos y naturaleza muerta.
Se aprecian en esta obra características que son ya impresionistas, como la importancia de la luz sobre las figuras, la ruptura con la tradición en el modo de representar el desnudo, el colorido luminoso, la pincelada suelta, la ausencia del negro en las sombras, la aparición de diversos puntos de fuga en la perspectiva...