Análisis de la Obra Poética de Miguel Hernández

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El Amor en la Poesía Hernandiana

La obra poética de Miguel Hernández gira en torno a cuatro temas principales: el amor, la vida y la muerte, el compromiso político-social y la naturaleza. Comenzando con el amor, en Perito en lunas, su primer poemario, se observa una etapa de poesía pura con influencias gongorinas. La sensualidad se fusiona con la naturaleza levantina, envuelta en un profundo hermetismo. Posteriormente, en El rayo que no cesa, encuentra su voz y su "herida": el amor. A través de símbolos, expresa el deseo insatisfecho con metáforas intensas y desgarradoras, fruto de su propia experiencia amorosa. Este poemario, influenciado por la tradición del amor cortés petrarquista, se centra en la pena amorosa. Durante su etapa de poesía de urgencia, el amor se funde con la poesía de combate, adquiriendo un tono épico. En su madurez poética, Hernández ve en el amor una fuerza redentora.

Vida y Muerte: Una Trayectoria Vital

La vida y obra de Miguel Hernández son inseparables, en un recorrido que va de lo festivo a lo trágico. Sus primeros poemas reflejan vitalismo y optimismo juvenil, exaltando la vida a través de la naturaleza. La muerte, en esta etapa, tiene una función estética. En El rayo que no cesa, surgen las "heridas hernandianas", la pena amorosa y la idea de la vida como muerte por amor. La Elegía a Ramón Sijé muestra una expresión profundamente dolorosa de la muerte. Con la guerra, la muerte se integra en la lucha, con tintes elegiacos. La solidaridad y el optimismo inicial se transforman en dolor y pesimismo ante la crudeza de la guerra. Cancionero y romancero de ausencias refleja la desolación por la muerte de su hijo, la derrota en la guerra, la posguerra, la condena a muerte, la enfermedad y la soledad. Con el desengaño llega la resignación, pero el ciclo vital se cierra con el regreso al amor como redención.

El Compromiso Social y la Poesía como Arma

Influenciado por Neruda y Aleixandre, Hernández se inclina por la poesía impura y el compromiso social. Su participación activa en la propaganda antifascista se refleja en Vientos del pueblo, donde la poesía se convierte en un arma transformadora. Esta función social y política se articula en cuatro tonos: la exaltación de la lucha por la libertad, la lamentación por las víctimas, la reivindicación social y la imprecación a los opresores. El "yo" lírico se funde con el "nosotros" y con los oprimidos. El optimismo inicial se desvanece ante la guerra, la exaltación heroica da paso a la lamentación, y en su madurez, el poeta, como su pueblo, es un vencido. La libertad, unida al amor, se convierte en la única redención posible.

La Naturaleza: Un Imaginario Poético Constante

Desde sus inicios, la naturaleza nutre el imaginario poético de Hernández, aunque sus primeras composiciones muestran influencias literarias, como la de Garcilaso y su bucólica naturaleza virgiliana. En Perito en lunas, la naturaleza aparece embellecida. A partir de El rayo que no cesa, la naturaleza se vuelve esencial en su poesía. Algunos elementos simbolizan el deseo amoroso y la pena, incluyendo símbolos del animalario. La tierra representa al poeta y su arraigo a la naturaleza. Hernández transforma elementos cotidianos en elementos sublimados.

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