Análisis del Tiempo Narrativo en 'Los Santos Inocentes' de Miguel Delibes
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El Tiempo en 'Los Santos Inocentes'
No existe en la novela ninguna fecha que indique el año en que transcurre la historia. Sin embargo, se desarrolla en un contexto no muy lejano, evidenciado por el uso de tractores en las labores agrícolas, un indicativo de la mecanización del campo que se inició en los años sesenta. Además, se alude a la masiva migración a las ciudades, un fenómeno característico de esa época.
Por lo tanto, se puede afirmar que la mayor parte de los acontecimientos del relato se sitúa en torno a los primeros años de la década de los sesenta.
Desde el punto de vista de la organización de la narración, destaca el uso subjetivo del tiempo. Recordemos que:
- La novela está estructurada en tres partes: las dos primeras presentan una configuración episódica (vida rutinaria de los personajes), y la tercera, una configuración dramática (relato de los sucesos más importantes).
- Se emplean la repetición y la variación para la narración de los sucesos.
- Es una novela de personaje, y el autor no escatima recursos narrativos para completar el perfil humano de sus criaturas.
Teniendo en cuenta estos tres factores, observamos que:
- Los hechos sólo se relatan de una forma temporal lineal en los libros quinto y sexto; en los cuatro primeros existe una ruptura consciente de la linealidad del relato y se mantiene un constante juego con el tiempo mediante la reiteración de sucesos, la aparición de anécdotas fugaces y retrocesos temporales. En estos primeros capítulos importa más el dibujo del personaje que los hechos que protagoniza.
- La relación entre el número de sucesos y la extensión del discurso también varía entre unos libros y otros. El ritmo narrativo es lento en los cuatro primeros libros y se acelera en los dos últimos.
La subjetividad con que Delibes usa el tiempo se dirige también a intensificar el sentido de muchos elementos temáticos de la novela, lo que se manifiesta en la existencia de tres tiempos distintos:
- Un tiempo concreto de los acontecimientos más importantes, que se presenta de una manera lineal, sin alterar el orden lógico de los acontecimientos y en un tiempo reducido, sin intervalos, lo que determina el ritmo rápido de la acción, y que a su vez justifica el empleo de otro tiempo (dilatado, diferido) para el resto de los sucesos narrados en los cuatro primeros libros; el ritmo narrativo en ellos es mucho más pausado, lento.
- Un tiempo concreto en el que se ubican los episodios que rompen la rutina, y un tiempo habitual que expresa precisamente el vivir cotidiano de todos los habitantes del cortijo. Tiempo habitual que aparece en los cuatro primeros libros. O de tiempo puntual, con marcas de tiempo concretas: alusión a fechas concretas, referencias a las estaciones del año o a los días de la semana, referencias a hechos señalados o el uso de los tiempos verbales, que si para el tiempo habitual emplea el pretérito imperfecto de indicativo, signo de acontecimientos que se repiten, emplea el pretérito perfecto simple si se introduce un acontecimiento puntual, y el presente de indicativo para referir los diálogos en estilo directo.
- Un tiempo de los personajes más relevantes; son los sucesos destacados de la vida de un personaje los que, en un momento dado, dictan el tratamiento temporal. La novela, aparte de contar los hechos memorables de la vida en el cortijo, también pretende hacer un recorrido por la vida de los personajes. Por ello, el autor usa caprichosamente del tiempo (desorden cronológico, analepsis o retrocesos temporales, etc.) con tal de incluir aspectos que ilustren o justifiquen conductas presentes.
Lo observamos, por ejemplo, en la amplia proporción de tiempo que se dedica a Azarías: antes de llegar al cortijo, se refiere su vida en La Jara, haciendo cada día las mismas cosas, su fijación por la milana (el Gran Duque), las periódicas visitas a casa de su hermana y su afición por correr el cárabo en primavera. O el tiempo dedicado a Paco, el Bajo. Éste es avisado para que regrese de la Raya (donde había estado cinco años) al cortijo; pero se cuenta su vida en la Raya: alfabetización, la pasión cinegética del señorito Iván.