Análisis del Tiempo y Espacio en La Casa de Bernarda Alba

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Análisis del Tiempo y Espacio en La Casa de Bernarda Alba

Tiempo Teatral

La Casa de Bernarda Alba se desarrolla a principios del siglo XX, probablemente entre los años 20 y 30. La acción transcurre a lo largo de un verano, aproximadamente tres meses. El clima es caluroso.

Cada acto ocurre en días distintos, posiblemente del mismo año.

  • Acto I: Un día de verano a las 12:00h (Martillo dice: "Ya deben ser las doce").
  • Acto II: Un día de verano posterior al primer acto, a las 15:00h (Poncia dice: "Hace un minuto dieron las tres").
  • Acto III: Un día de verano posterior a los anteriores, por la noche.

El tiempo psicológico para las hijas transcurre con monotonía y lentitud. La obra presenta una atmósfera de intriga, autoritarismo, traición, sensualidad y pasiones desenfrenadas.

Espacio Teatral

La obra se desarrolla en el interior de la casa de Bernarda, un lugar cerrado en un pequeño pueblo no identificado de Andalucía. Este pueblo, de ambiente cerrado y tradicional, resulta asfixiante para los deseos de libertad de las hijas.

Espacio Visible

El espacio visible es la casa de Bernarda, y cada acto muestra una parte diferente:

  • Acto I: Una habitación de muros gruesos (símbolo de aislamiento), cortinas de yute, cuadros de ninfas (perseguidas por sátiros en la mitología, en contraste con la situación de las hijas) y/o reyes de leyendas, y paredes "blanquísimas" (símbolo de la obsesión de Bernarda por la limpieza y el orden, además de frialdad y soledad).
  • Acto II: Otra habitación, donde las paredes se describen simplemente como "blancas".
  • Acto III: El patio interior, con paredes "blancas y ligeramente azuladas" (símbolo de frustración, incomunicación, soledad, negatividad, monotonía y autoridad).

Este recorrido por las habitaciones intensifica la sensación de encierro y tragedia.

Espacio Invisible

El espacio invisible, mencionado pero no mostrado, incluye lugares como el río (encuentros de Adela y Pepe el Romano), la calle, el olivar (donde se reúnen hombres y prostitutas), el campo y la orilla del mar (donde María Josefa expresa su deseo de casarse). Estos lugares representan la libertad, la pasión, la ilusión y el mundo exterior, en contraste con el encierro de la casa.

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