Análisis de 'El cuarto de atrás': Una novela de memoria

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AUTORA

Nació en Salamanca en 1925, de familia liberal. Su hogar, junto con la residencia de su madre, filósofa de Galicia, serán lugares o famosos a lo largo de su vida. Estudió en 1943 en la Facultad de Filosofía y Letras de Salamanca, que serán lugares míticos de su trayectoria literaria. En 1948 se trasladó a Madrid, donde encontró su doctorado y participó en la Revista Española (1953-54). Se casó con el escritor Rafael Sánchez Ferlosio (1953). Tuvo su primer hijo, que murió, y después tuvo una hija. Publicó su primer cuento, *El balneario* (1954). En esta década también obtuvo el Premio Nadal con su novela *Entre visillos* (1957). En la década de los 60 se dedicó a escribir en ritmo lento sobre el siglo XVIII, en su etapa ensayística. Pero ya en 1973 vuelve a escribir novela, *Retahílas*. En esta década, 1978, es cuando escribe *El cuarto de atrás*, por el que una mujer, por primera vez, recibe el Premio Nacional de Literatura. En los 80 escribió varios guiones para televisión. Viajó por Estados Unidos y escribió sobre aportaciones femeninas a la literatura, además de sobre crítica literaria. En 1985 murió su hija. En 1987 escribió *Usos amorosos de la posguerra*. En la década de los 90 escribió muchos libros: *Caperucita en Manhattan* (1990); *Nubosidad variable* (1992); *Lo raro es vivir* (1996); *Irse de casa* (1998). Murió en Madrid en el año 2000.

EL GÉNERO

La novela presenta rasgos de distintas tipologías y narrativas textuales. En su inicio, es una novela de memorias. La autora, de forma autobiográfica, rememora hechos del pasado, que proyecta tras un fondo social y colectivo (la República, la posguerra, Franco...). Es un testimonio personal, pero también es una narración fantástica, una noche de insomnio en la que se mezclan los recuerdos con la realidad. También tiene rasgos de relato de misterio: la pintura que observa, *El hombre de negro*, la cucaracha, la llamada telefónica de la mujer... A veces, las digresiones tienen estilo ensayístico. En la novela se da un espacio intertextual donde tienen cabida otras obras literarias de ella o de literatura universal (la llamada metaliteratura): *El balneario*; referencias a autores como Machado, cineastas como Hitchcock, etc. El texto se va construyendo mientras se lee (metanovela). Es una reflexión constante sobre la literatura.

EL TÍTULO

*El cuarto de atrás* era el lugar donde se jugaba en las casas antes de la guerra. El lugar del caos, la fantasía, la imaginación. En la guerra se convierte en alacena, lugar entonces de lo real, necesario; por ello, se puede interpretar como el paso de la niñez hacia la edad adulta. En definitiva, es el lugar en donde se refugia la autora para escapar de la realidad.

ARGUMENTO

La narradora-protagonista, en una noche de tormenta e insomnio, y falta de inspiración por escribir, recibe la inesperada llegada del hombre de negro, que, con el pretexto de hacer una entrevista concertada con ella anteriormente, entabla conversación y le sirve de puente entre los recuerdos de su vida. Agotada por este ejercicio mental, queda atrapada por el sueño. La llegada de su hija la despierta y comprueba que tiene acabada la novela a la que el lector ha ido descubriendo y haciéndolo partícipe.

LOS PERSONAJES

La protagonista se desdobla en tres personajes que son uno solo: Carmen, el hombre de negro y Carola (su subconsciente).

PROTAGONISTA: CARMEN

Su infancia coincidió con la Guerra Civil, y su adolescencia y juventud con una dura posguerra. A través de sus recuerdos, nos traslada a una parte de su infancia fantasiosa y feliz, a su adolescencia y juventud, a aquellos tiempos de guerra y de posguerra. Carmen es más bien mona, viste con ropa informal, usa gafas de cerca y es sorda, lo que la aísla del mundo y de los demás. Es fumadora y adicta a las pastillas.
Carmen es la autora, narradora y protagonista que habla y se habla a sí misma mediante la presencia ensoñada de otro personaje, el hombre de negro, figura que sirve de pretexto y de hilo conductor para que ella se sitúe en un espacio donde reencontrarse con el pasado y, a la vez, donde dar rienda suelta a sus fantasías. Carmen cuenta su propia historia a su interlocutor, el hombre de negro, que es el detonante para el recuerdo y la reflexión.

EL HOMBRE DE NEGRO: ALEJANDRO

Es un interlocutor soñado, un interlocutor ideal. Es un pretexto para que la autora-narradora-protagonista deje libre su fantasía y, al mismo tiempo, se convierta en parte activa de la narración, interrogándola y obligándola a aclarar ideas. La nueva personalidad del hombre de negro, un poco negativa, que nos aporta Carola, nos manifiesta una agresividad antes no descubierta. El hombre de negro es una figura simbólica ambigua; podría ser el diablo, el interlocutor deseado, el héroe de la novela rosa, el otro yo de la narradora-protagonista. Es un personaje que entra en escena para que exista el diálogo. El hombre de negro es la representación del diablo-dios.

LA MUJER DEL TELÉFONO: CAROLA

Interviene solo en el capítulo quinto. Es un personaje folletinesco, cercano a las mujeres de las canciones de Concha Piquer. Es quien revela la identidad del hombre de negro, su nombre y su carácter, con quien mantiene una relación apasionada que la hace sufrir. En la conversación que mantiene con Carmen, confiesa que el mismo dolor que le causa el hombre de negro se lo causa ella a otro personaje, Rafael. Permite a la narradora conocer otra imagen de su interlocutor, bien distinta. Además, le sirve para buscar su propia identidad en Carola (le hace recordar bastantes cosas). Carola sería entonces un desdoblamiento de la protagonista.

HIJA:

Aparece en el último capítulo. Llega de madrugada tras estar estudiando en casa de una amiga. Representa los nuevos tiempos, nuevas libertades en la mujer. Destaca su vuelta a la realidad, en la que la protagonista no se puede permitir más sus fugas.

TÉCNICAS NARRATIVAS

1. El punto de vista. La historia está narrada en primera persona por la propia protagonista, que se desdobla en una triple función: autora-narradora-personaje sujeto de la narración. Solo en el capítulo quinto cede el protagonismo de la historia al relato de Carola sobre su relación con el hombre de negro. En los recuerdos del pasado, también es muy frecuente la figura del narratario destinatario interno en la obra, en este caso, el hombre de negro.
2. Técnicas discursivas. La acción es mínima; la mayoría de la novela está constituida por digresiones, auténticos monólogos dentro del diálogo entre Carmen y el hombre de negro. Hay pasajes narrativos y descripciones, especialmente de lugares y personajes.

MARCO DE LA NOVELA

La novela transcurre íntegramente en casa de Carmen, durante una noche tormentosa. En el dormitorio, introduce ciertos elementos claves que se irán resolviendo a lo largo de la novela, lugar además de insomnio, mezcla de realidad y fantasía. La cocina es el marco del capítulo cinco. Se tratan aspectos de su infancia y juventud. El pasillo es la conexión entre lo real y el mundo de lo onírico. En el cuarto de estar es donde se desarrolla la ficción, es un espacio de una atmósfera envolvente, de angustia. Sin embargo, los recuerdos de la protagonista abarcan numerosos escenarios: Salamanca, Madrid, Portugal, Cáceres, Burgos... todos ellos con diferentes lugares: casas, calles, teatros, bares y cafés... Lo mismo ocurre con el tiempo de esos recuerdos, del pasado, que comienzan en la infancia de la protagonista (a veces incluso antes, cuando narra vivencias de su madre o abuelos), en los años anteriores a la Guerra Civil, y se extienden hasta la época inmediatamente posterior a la muerte de Franco. La esfera del presente, en cambio, tiene un orden temporal de una noche, de duermevela, que se presenta desde las diez de la noche hasta las cinco de la madrugada.

LENGUAJE Y ESTILO

La autora da mucha importancia al lector, de ahí el carácter conversacional de la obra, de naturalidad, que no implica la selección de un vocabulario culto y que refleja la realidad de la época. Gran combinación de lo concreto y lo abstracto. La poetización de la realidad a través de un uso figurado del lenguaje. Los párrafos son extensos cuando tienen carácter introspectivo. El discurso es polifónico; aparecen varias voces que se apropian de la narración.

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