Análisis de la Credibilidad en el Servicio Público de Televisión
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Consejos para un Servicio Público de Calidad
Consejo Audiovisual
Creación de un Consejo Audiovisual como gran regulador y vigilante del sistema audiovisual entero, independiente orgánicamente de los departamentos estatales, competente en los servicios lineales y no lineales. Compuesto por 7 miembros, propuestos cada uno al menos por tres grupos parlamentarios, elegidos por el Parlamento por seis años por mayoría reforzada de dos tercios, de entre profesionales que acrediten al menos cinco años de experiencia en el campo audiovisual, tras una audiencia de evaluación parlamentaria, irrevocables. Entre sus competencias figurarían:
- La convocatoria y concesión vinculante de las licencias comerciales (que deben pasar de nuevo a diez años).
- El cumplimiento de las obligaciones legales europeas y españolas.
- El seguimiento y control del servicio público y el control último del derecho de acceso.
Consejo Social
Creación de un Consejo Social que debe constituir una pieza clave de la estructura del servicio público. Su base de partida serán las asociaciones representativas de la sociedad española, no estatales y sin afán de lucro, inscritas previamente en un registro del Consejo Audiovisual de España, que propondrán y votarán a 9 de sus 11 miembros. Entre sus competencias estará:
- Regular y controlar el derecho de acceso general y específico.
- Dar el visto bueno a los informes sobre el cumplimiento del servicio público en función de los compromisos del contrato programa.
- Proponer al Parlamento cinco de los miembros del Consejo de Administración.
Consejo de Administración
Un Consejo de Administración que se constituye como un auténtico consejo de control externo del servicio público, de sus presupuestos y programaciones, de los nombramientos de sus directivos y de la totalidad de la gestión. Compuesto por un mínimo de nueve y un máximo de doce miembros, con reconocida experiencia profesional acreditada (con dedicación exclusiva y estrictas incompatibilidades profesionales, políticas y empresariales). Entre sus competencias estará:
- Elegir a la persona que ocupará la Presidencia cada seis meses, con voto de calidad en caso de empate.
- Elegir a la persona que ocupe la Dirección General.
- Supervisar y dar el visto bueno al mandato marco y al contrato programa.
- Aprobar el informe semestral del servicio público.
Ahora, después de numerosas batallas, la oposición en el Congreso ha conseguido aprobar una ley (5/2017 de 29 de septiembre) que promete hacer regresar a RTVE al pluralismo, mientras que en Cataluña, ERC y la CUP parecen sentirse cómodos con una visión unidimensional del mundo, sin que la oposición haya conseguido revertir la contrarreforma.
Consejo de Informativos
Proponemos recuperar y reforzar a los consejos de informativos como instrumento esencial de la independencia informativa del servicio público, de su pluralismo político y social, y de su defensa respecto a toda presión externa, gubernamental o privada. Elegidos por un censo estricto de profesionales de la información audiovisual, con voto vinculante de su dictamen sobre la designación de los directores de informativos y con capacidad de denuncia pública de las violaciones del Estatuto de Informativos.
Algunas Desviaciones del Servicio Público
- Informaciones que no se centran en lo importante.
- Difusión de rumores.
- Intereses empresariales: dar prioridad absoluta al interés por conseguir audiencia en detrimento de otras obligaciones de programación.
- Alterar la realidad para adecuarla al éxito de la emisión.
- Prolongación interesada de los “seriales informativos” (desapariciones, escándalos políticos...).
- Teniendo la información, esta se lanza en distintos días para mantener la audiencia durante ese tiempo.
- No informar a la población de acontecimientos importantes, empobreciendo su conocimiento.
- Exaltar lo accidental a través del espectáculo: lo cotidiano observado sólo como campo abonado de espectáculo y drama.
- Ante el tedio de lo cotidiano (poco televisivo) se acude sistemáticamente al recurso de lo espectacular, de lo marginal, de lo escandaloso.
- Dar prioridad a los intereses partidistas del grupo político en el Gobierno.
- Negar los recursos mínimos a los programas identificados como de servicio público.
- Condenar programas de interés a los peores lugares de la parrilla de programación sin tener en cuenta la audiencia a la que se destina.
- Se utiliza este tipo de programas como forma de castigo a los profesionales (García Matilla llega a hablar de apartheid).
- Se utilizan los conceptos de «educativo» o «cultural» como cajón de sastre en el que incluir espacios sin destinatarios definidos.
- Se elude dar acceso al medio a grupos sociales representativos.
Algunas Funciones Básicas del Servicio Público
Se atribuyen las siguientes funciones básicas a la televisión pública:
- Función de garantías democráticas (especialmente defensa del pluralismo).
- Función política de estímulo a la participación ciudadana.
- Función cultural.
- Función de garantía de la identidad.
- Función de calidad de la programación y de los contenidos.
- Función educativa.
- Función social y de bienestar social.
- Función de equilibrio territorial.
- Función económica y de desarrollo.
- Función de motor de la industria audiovisual.
- Función de innovación y experimentación creativas.
- Función humanista y moralizadora.
- Función divulgadora y socializadora del conocimiento.
- Función estratégica de desarrollo de las comunicaciones.
- Función de garantía del acceso universal, para todos.
- Función de producción de la información socialmente necesaria.
- Función de guía y mediación ante la multiplicidad de la oferta de información.
- Función de equilibrio y de freno a los nuevos oligopolios comunicación– telecomunicaciones.
- Función de motor de los procesos de convergencia entre el sector de la comunicación y otros sectores sociales: cultura, educación, salud, bienestar social, etc.
El Presentador de Informativos: Credibilidad
Entendemos por presentador de informativos al profesional (lo normal es que sea profesional del periodismo) encargado de presentar y conducir las diferentes noticias en un espacio informativo. Con su presencia y comentarios va dando paso a cada noticia, dotando de un nexo narrativo al conjunto y poniendo cara visible a todo un equipo de redacción que está detrás de la elaboración del informativo. Es lo que en el ámbito anglosajón se conoce como anchorman (anchorwoman).
Es, además, imagen institucional de la cadena. Responsabilidad de ser el que dé credibilidad y buen tono comunicativo a todo el trabajo previo de la redacción.
Dos estilos básicos: informativos que apuestan por presentadores distantes de los hechos, que no se implican y se convierten en simples relatores, o los que apuestan por presentadores que personalizan la información. En el primer caso, la fiabilidad recae en la emisora, y de hecho los presentadores pueden ser sustituidos sin que se aprecie apenas el cambio. En la segunda, la confianza recae mayormente en el presentador (estrellas mediáticas).
La credibilidad informativa tiene que ver con el rigor informativo, un concepto muy amplio que integra diversos factores: exactitud de los hechos narrados, tratamiento de fuentes, jerarquía de las noticias, etc., pero entre los que se incluyen, con un peso específico muy importante, los vinculados a la capacidad expresiva que puedan desarrollar los profesionales del medio en el proceso de expresión y presentación de las noticias.
Balsebre establece en este sentido cuatro hipótesis de credibilidad informativa. Se da más credibilidad si se produce…:
- Distinción explícita entre información y opinión.
- Trabajo riguroso con las fuentes informativas.
- Sentido de actualidad e inmediatez de la información emitida.
- Exposición clara y con el mínimo de errores sonoros y vocales.
Salgado define siete factores referidos a la credibilidad general de un informativo:
- Puesta en escena del programa informativo (número de presentadores, sintonías, ráfagas, etc.) y periodicidad de cambio en la misma (con qué frecuencia se redefinen espacios, secciones, logos, etc.).
- Correcto tratamiento audiovisual del programa informativo, a nivel de realización y de producción.
- Correcto trabajo de la voz de los periodistas que son portadores de la información (calidad sonora de las voces).
- Apariencia física del presentador (telegenia, vestuario, maquillaje...).
- Características del lugar de presentación: platós versátiles y bien aprovechados (incluyendo la capacidad para salir fuera de la emisora para realizar el informativo desde un lugar próximo a los hechos).
- Adecuación de la comunicación no verbal al mensaje verbal, de forma que gestos y pronunciación no entorpezcan la comprensión del mensaje.
- Sensación de equipo cohesionado (redacción informativa): Le afectan factores como la complicidad y buen entendimiento entre presentadores, la visibilidad física de la redacción con profesionales trabajando, etc.
Igualmente, Salgado define nueve cualidades referidas a la credibilidad del comunicador-presentador:
- Autoridad, control sobre la información y adaptabilidad a diferentes registros.
- Imparcialidad respecto a los temas tratados y exclusividad profesional (y, más allá, independencia de los poderes fácticos: publicidad, etc.).
- Carisma, presencia, entusiasmo y disposición para el qué se dice y el cómo se dice.
- Experiencia: trayectoria y prestigio profesional.
- Dominio de los contenidos y firmeza para proyectar seguridad en lo que habla.
- Concentración: Facultad para gestionar bien la complejísima dinámica que supone poner en pie un informativo, incluida la capacidad de improvisar ante cambios de estructura de escaleta, errores técnicos, últimas horas, etc.
- Claridad: Afecta al uso y exposición del lenguaje, a la elaboración del discurso. Tanto a la confección de los textos (organización y disposición de las ideas) como a su enunciación (buena voz).
- Buena imagen (o telegenia): Conjunto de características físicas del comunicador, incluyendo estilismo, maquillaje, peluquería, y accesorios.
- Buena voz (fonogenia): Se mide por su capacidad para locutar textos audibles, vivos, intensos, que suenen bien y agradables al oído. Se intentan evitar los errores de locución que merman, sobre todo si se repiten, la credibilidad. También se huye de la perfección grandilocuente, que aleja al espectador del contenido narrado.