Análisis de la Conversación: Turnos, Pares Adyacentes y Solapamientos
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Análisis de la Conversación
Introducción
El Análisis de la Conversación (AC) sigue un método rigurosamente empírico, conocido como la visión inmotivada. El analista rechaza la formulación de teorías previas o la interpretación intuitiva de los datos. Los factores sociales preexistentes no son determinantes para el análisis a menos que los participantes se orienten hacia estas categorías y las hagan patentes en la interacción misma. La intención de los analistas de la conversación es describir paso a paso, a medida que tiene lugar, el orden subyacente que hace posible la conversación, sin ideas preconcebidas y sin descartar a priori ningún fenómeno, por trivial que pueda parecer.
Unidades de Análisis
La conversación espontánea normalmente se caracteriza por:
- La simetría en los papeles psicosociales.
- Intención de cooperación mutua.
- Finalidad interna centrada en el contacto y en la reafirmación de los lazos sociales y personales.
- Abundancia de elementos paralingüísticos y kinésicos.
- El carácter “familiar” se ha considerado como espontánea e improvisada.
- Sucesión de turnos de habla no siempre ordenada pero sistemática.
Los Turnos de Habla
Estos turnos de habla implican un intercambio de papeles. En una conversación, dos o más personas alternan sucesivamente los papeles de hablante y oyente, y esto sucede normalmente sin grandes problemas, sin que haya pausas largas y sin que varias personas hablen al mismo tiempo. La alternancia de turnos es considerada entonces el mecanismo fundamental de toda conversación y el turno el elemento fundamental. Esta alternancia da lugar a una serie de derechos y deberes interaccionales:
- El hablante en el uso de la palabra puede guardar durante un tiempo el turno, pero tiene el deber de pasarlo al otro en un momento determinado.
- El sucesor potencial (receptor) debe dejar hablar a quien está en el uso de la palabra, pero tiene también el derecho, al cabo de un tiempo, de tomarlo.
Uno de los problemas más estudiados en torno a la alternancia de turnos de habla es el relacionado con los mecanismos de transición. Los analistas de la conversación observaron que un turno no es simplemente un continuo indiferenciado de palabras, sino que está formado por varias unidades estructuradoras de turno, al final de las cuales aparece un lugar apropiado para la transición.
Lugares de Transición
En esos lugares suelen aparecer marcas emitidas por el hablante que pueden ser de naturaleza verbal, prosódica y gestual. Esas marcas de final de turno no tienen por qué aparecer al final del turno, sino que pueden aparecer durante el mismo. Estos lugares de transición pueden encontrarse en:
- El silencio o la pausa como motivo por el cual poder cambiar el turno.
- El hablante puede volver su cabeza hacia el oyente, es decir, que se produzca un contacto visual en el que dirija su mirada hacia él.
- La entonación, aunque esta puede variar en cada lengua. En el español suele ser la entonación descendente la que puede dar pie a ese posible intercambio.
- El alargamiento vocálico, es decir, arrastrar la sílaba tónica o la final.
- Terminar algún movimiento de la mano o relajarla desde una posición tensa.
- Las expresiones fáticas estereotipadas o frases hechas como “ya sabes”, “en fin”, “es lo que hay”, “tú me dirás”…
- La proxémica, solamente en culturas de contacto donde podamos tocar al interlocutor con el brazo.
- Concluir gramaticalmente una oración.
Una vez que se llega a ese lugar adecuado para la transición, existen tres posibilidades que tienen que ver con cuestionarnos a quién le corresponde tomar el turno:
- Heteroselección: El hablante actual selecciona al siguiente, generalmente por medio de una pregunta o nominaciones y, sobre todo, por medio de estrategias NO verbales (gestos, miradas directas, orientación del cuerpo…).
- Autoselección: Otro hablante se selecciona a sí mismo por voluntad propia.
- Autoselección del hablante actual: El hablante actual se selecciona a sí mismo y continúa hablando. En este caso, en el primer LAT se volverán a aplicar las tres posibilidades, de forma recursiva hasta que la cesión de turno tenga lugar.
La conversación se caracteriza por la alternancia de turnos y, por ello, una de sus preocupaciones de los participantes es evitar esos lapsos de tiempo en silencio, porque puede darse la posibilidad de que nadie hable.
Los Pares Adyacentes
En los casos en que el hablante selecciona al siguiente, Sacks y sus colaboradores se dieron cuenta de que hay pares de turnos producidos consecutivamente por hablantes distintos y en los que el primero implica la realización del segundo. Los pares adyacentes prototípicos son:
- Par llamada (o convocatoria)/ respuesta.
- Par pregunta/ respuesta.
- Par saludo/ saludo.
- Par argumento/ evaluación.
Estos sirven para ver cómo funciona la cadena direccional que los hablantes van creando. Los pares adyacentes son ese intercambio mínimo que construye esa secuencia. Además, es una cuestión directa de cortesía y no responder a algo así tiene una gran consecuencia social. Los pares adyacentes son organizaciones estables y recurrentes que proporcionan un marco social para las acciones por las que el individuo debe responder. Lingüísticamente son relevantes porque nos permiten inferir valores de relevancia sobre la aparición o ausencia de determinados enunciados. Esto es precisamente lo que ha llevado a hablar sobre segundas partes preferidas, como la aceptación a una invitación frente a una segunda parte despreferida, el rechazo o negativa a la misma.
A estos tipos básicos de pares adyacentes se les pueden añadir expansiones u otras cadenas de pares adyacentes. Por ejemplo: una pre-extensión típica es el par pregunta/ respuesta que precede a una invitación. Las extensiones también se pueden dar en el interior de un par adyacente, es decir, podría ser que a una pregunta en lugar de seguirle una respuesta, le siguiera una nueva iniciación. Con frecuencia, estos pares adyacentes ‘incrustados’ tienen como función remediar o prevenir un malentendido.
Los Solapamientos
En general, cualquier solapamiento que se inicia mientras hay ya un hablante en posesión de la palabra puede considerarse INTERRUPCIÓN. Mientras el solapamiento es un concepto descriptivo, que se aplica a los casos de habla simultánea, el término “interrupción” refleja una interpretación por parte de los hablantes. El solapamiento es cuando un segundo hablante se autoselecciona a mitad de una intervención, sin que ello impida que el emisor termine. Lo normal es que uno de los hablantes se retire inmediatamente, pero… ¿y si lo hacen los dos a la vez? Opera un sistema de distribución en virtud del cual el hablante que “chilla” más gana la palabra. Para conseguir esto podemos utilizar rasgos no verbales pero también lingüísticos como subir el tono, alargar las vocales o hablar lentamente. Este recurso es habitual en los casos en que ambos participantes (a veces más de dos) intentan imponerse en el dominio de palabra: hablamos entonces de intervención, interrupción o solapamiento competitivo. Por el contrario, cuando la interrupción intenta terminar el turno con las mismas palabras que el hablante (y dichas a la vez) tenemos casos de intervenciones colaborativas.
Los Turnos de Apoyo (TA)
Una de las aportaciones del AC ha sido el estudio de la producción de los TA. Se trata de emisiones breves en las conversaciones, por parte del oyente, cuya función era apoyar el enunciado en marcha del hablante, mostrando seguimiento, sin ningún ánimo de tomar la palabra. La funcionalidad de estos turnos de apoyo es comunicar al hablante que está participando activamente en la conversación mostrando seguimiento del enunciado en marcha y, además, consolidar la intervención del otro. Un aspecto significativo de este fenómeno es que todas las lenguas y culturas utilizan los TA y, por tanto tiene una característica universal de la comunicación. Sin embargo, numerosos estudios revelan que dicha universalidad está marcada por claras especifidades culturales y lingüísticas como la frecuencia de producción o las funciones que cumplen. Los japoneses son los que producen mayor número de TA. Cestero (2000) clasifica estos turnos de apoyo en 8 tipos. TA de: acuerdo, entendimiento, seguimiento, conclusión, recapitulación, conocimiento, reafirmación y apoyos combinados.
Rasgos Prototípicos de la Conversación Espontánea
Es necesario diferenciar el concepto pragmático de conversación (que se define por un sistema de toma de turno no marcado) y las posibilidades sociolingüísticas que establecen tipos distintos de conversación (conversación cotidiana, conversación didáctica, conversación comercial, conversación íntima…).
Primero se habla de rasgos pragmáticos-conversacionales:
- Toma de turno no predeterminada.
- Dinamismo dialógico entre emisor y receptor: relación de simultaneidad y no sucesividad entre ambos roles.
- Retroalimentación: más de dos intervenciones recíprocas.
Si hablamos de conversación cotidiana tendremos unos rasgos tipológicos determinados:
- Interlocución cara a cara.
- Carácter interpersonal y no transaccional.
También podemos hablar de rasgos coloquiales que determinan la aparición del registro coloquial:
- Inmediatez de carácter actual.
- Ausencia de planificación.
- Conversación no transaccional.