Análisis Comparativo del Problema de Dios en Descartes y la Crítica de Hume
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El Problema de Dios en Descartes
El problema de Dios en Descartes constituye la solución al problema de su método, el método cartesiano. Da un giro teológico a su método para demostrar la existencia de Dios, quien por su bondad y veracidad impide este problema. En su obra Meditaciones Metafísicas lo demuestra.
El Método Cartesiano
El método de Descartes es el instrumento para guiar a la razón y debe consistir en un conjunto de reglas seguras y sencillas. Considera que para afrontar con éxito la búsqueda de la certeza absoluta, era necesario dudar de todo. Duda por varios motivos:
- A veces los sentidos proporcionan un conocimiento confuso y engañoso.
- No es posible distinguir entre vigilia y sueño.
- Podemos fomentar la hipótesis de que existe un genio maligno.
En este pensamiento diversifica dos facultades del alma: el entendimiento o razón con la que podemos conocer ideas claras y distintas; y la voluntad que puede aceptar o no las ideas y juzgar las cosas con libertad. Llegado a este punto, llega a una verdad de la que es imposible dudar: la existencia de un cogito, un yo que duda. La idea “Yo pienso”, es una primera idea clara y distinta que manifiesta la existencia del pensamiento.
La Idea de Dios como Idea Innata
Reflexionando, se dio cuenta de que esa idea manifiesta su imperfección y finitud, por ello, al encontrar esa idea de imperfección necesita la idea de perfección, es decir, la idea de Dios. Ésta idea sólo puede ser una idea innata ya que debía haber sido puesta en su mente por una realidad más perfecta que él: la máxima perfección, es decir, Dios.
Argumentos para la Existencia de Dios
No es suficiente la idea innata de Dios para probar su existencia, para ello necesitamos afirmar que es posible superar por completo todo motivo de duda, en particular el caso del genio maligno. El ser perfecto de Dios no permitiría que ese genio me engañase ni que yo confundiese mis ideas con sueños o mi imaginación. Descartes se propuso demostrar la existencia de Dios fuera de nuestra mente, para eso usa 3 argumentos:
- Primer argumento: Afirma que del yo (finito), no puede surgir la idea de Dios (infinito) porque de lo inferior no puede surgir lo superior. Existe Dios que es la causa de la idea de Dios que encontramos en nuestra mente.
- Segundo argumento: Afirma que Dios es causa, no sólo de una idea en mí, sino de mi existencia. Es imposible que la causa de mi existencia sea algo material puesto que yo soy pensamiento y de lo material (inferior) no puede surgir lo inmaterial (superior).
- Tercer argumento (ontológico): Argumenta que al analizar una idea innata, todo lo que concibe de manera clara y distinta que le pertenece de manera efectiva y real. Lo ejemplifica con el ejemplo del triángulo y sus ángulos.
La Crítica de Hume al Racionalismo
Hume, en su obra Investigación sobre el entendimiento humano, deja ver su empirismo crítico que culmina con la oposición al racionalismo continental. Aplicó el principio empirista que se basa en dos pilares: la antropología científica y su concepción fenoménica de la realidad. Afirma que solo conocemos nuestras propias percepciones. Divide éstas en dos géneros: las impresiones (percepciones intensas, fuertes y vivaces) y las ideas (percepciones menos intensas que las impresiones, son copias de éstas producidas por la imaginación y memoria).
Tipos de Percepciones
Según su origen las divide en impresiones de sensación (no provienen de otras anteriores, desconocemos su origen) y de reflexión (se forman en el entendimiento a partir de impresiones de sensación). Las impresiones pueden ser:
- Simples: Son indivisibles y dan lugar a ideas simples.
- Complejas: Están formadas por un conjunto de impresiones simples, se siguen de impresiones complejas o de combinaciones de ideas.
Tipos de Juicios
Distingue dos tipos de juicios:
- Relaciones de ideas: Son proposiciones cuya verdad se alcanza necesariamente mediante la razón, sin recurrir a la experiencia. Son juicios propios de las ciencias exactas como las matemáticas, se basan en un principio de no contradicción.
- Cuestiones de hecho: Son enunciados cuya verdad se obtiene a través de la memoria. Son juicios propios de las ciencias físicas, se basan en la inducción y la relación causa-efecto.
Crítica de la Causalidad
Hume fue un gran crítico del principio de causalidad, en el sentido etimológico del término, “separar para reformular este principio”. Es la conexión entre las ideas de causa y efecto porque habitualmente están unidas. Este principio tenía un sentido analítico (dentro del efecto está la idea de la causa y viceversa) además de un valor ontológico (todo efecto tiene una causa y conocida un efecto, se puede llegar a la causa). Para formar este principio son necesarias varias afirmaciones:
- Se trata de una idea compleja que procede de la contigüidad entre lo que llamamos causa y lo que observamos como efecto, observamos tan solo los fenómenos que se dan conjuntamente en el espacio y en el tiempo que llamamos relación causa-efecto.
- Además observamos la anterioridad temporal de lo que llamamos causa.
- Por último observamos una unión constante entre los fenómenos que observamos.
Todo ello nos indica la existencia real de una causa, para ello haría falta advertir la necesidad de la conexión entre los fenómenos. La necesidad es precisamente lo que no observamos.
Negación de la Sustancia y de Dios
Hume niega la idea de sustancia del ser humano, afirma que no tenemos intuición alguna de nosotros mismo como sustancia. Lo único que percibimos es un conjunto de percepciones que se suceden unas a otras. La idea del yo es imposible, necesitaríamos una impresión de ésta que no tenemos. La idea del yo no tiene apoyo ni empírico ni racional, sólo la creencia. También niega la idea de sustancia infinita o Dios, afirma que no tenemos ninguna impresión sobre esto. Las pruebas utilizadas para este argumento se basaban en el argumento de orden del mundo. Al igual que las cosas que se dirigen a un fin tienen su causa en una inteligencia, debería haber una inteligencia encargada de organizar la totalidad del universo. Para ello tendría que hallar una conexión necesaria entre el efecto y la causa, pero este argumento al basarse en la causalidad es rechazado por el autor.