Análisis Comparativo del Pensamiento Filosófico: De la Antigüedad a la Modernidad
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"La buena letra": Un retrato de la España posfranquista
"La buena letra" de Rafael Chirbes, es una novela publicada en 1992. Este período marcó una transición crucial en España, ya que el país emergía de la dictadura de Franco y entraba en la democracia. La década de 1990 fue un momento de agitación cultural y literaria, con una nueva generación de escritores explorando temas sociales y políticos de gran relevancia. El Romanticismo y el Realismo, movimientos literarios influyentes en el pasado, seguían resonando en la literatura española, aunque los autores contemporáneos buscaban nuevas formas de expresión.
La obra pertenece al género de la novela contemporánea. "La buena letra" es una de las más destacadas de Rafael Chirbes. Aunque esta novela no ganó un premio específico, Chirbes recibió reconocimiento crítico y popular por su trabajo literario a lo largo de su vida.
Cuando se publicó "La buena letra", España estaba inmersa en la consolidación de su democracia tras décadas de dictadura franquista. El país experimentaba cambios políticos, económicos y sociales significativos. Este trasfondo histórico se refleja en la novela, que aborda temas como la memoria histórica, la lucha de clases y la identidad española en un momento de transición.
"La buena letra" narra la historia de Daniel, un joven que regresa a su pueblo natal después de años de ausencia. Al reencontrarse con su familia y su entorno, Daniel confronta los secretos del pasado familiar y los conflictos no resueltos. A través de la voz narrativa de Daniel, la novela explora temas como la nostalgia, la violencia, la corrupción y la pérdida de la inocencia. Un aspecto que llama la atención es la forma sutil en que se integran los acontecimientos históricos e influencias que ocurrían en España en ese momento y cómo se entrelazan con la novela.
Edad Antigua
Platón: Realidad y Conocimiento
Platón propone una distinción entre dos realidades:
- El Mundo Sensible: El mundo terrenal y material en el que vivimos, con seres particulares, concretos, imperfectos y corruptibles. Estos seres son copias de las Ideas.
- El Mundo de las Ideas: La verdadera realidad, trascendente, eterna e inmutable. Las Ideas son únicas, perfectas e inteligibles.
La Teoría de la Participación explica la relación entre estos dos mundos: los seres concretos existen en tanto participan en diversas Ideas. El Mundo de las Ideas es el mundo real y perfecto, donde todas las Ideas están relacionadas jerárquicamente, con la Idea de Bien en la cúspide.
Platón distingue dos modos de conocimiento:
- Doxa (opinión): Conocimiento falso proveniente de la percepción sensible.
- Episteme (ciencia): Verdadero conocimiento de las Ideas, obtenido a través de la razón.
La Teoría de la Reminiscencia plantea que el conocimiento es recordar las Ideas que el alma conocía antes de caer al mundo terrenal. Platón utiliza la mayéutica para ayudar a recordar estas Ideas.
El alma sigue un proceso dialéctico para alcanzar el conocimiento de la Idea de Bien, pasando por cuatro grados:
- Doxa (imaginación y creencia)
- Episteme (razón discursiva)
- Dianoia (razonamiento matemático)
- Noesis (intuición intelectual)
El problema del ser humano y el problema de la moral
Platón defiende el dualismo antropológico: alma y cuerpo son sustancias distintas en unión accidental. El alma, inmortal y espiritual, pertenece al Mundo de las Ideas, mientras que el cuerpo, material y mortal, es propio del mundo sensible. El cuerpo es una cárcel para el alma.
El alma racional es la esencia del hombre y el principio del conocimiento racional. El alma humana transmigra de cuerpo en cuerpo hasta purificarse para acceder al Mundo de las Ideas. Platón argumenta la inmortalidad del alma con la reminiscencia (el alma puede existir sin el cuerpo) y la simplicidad (el alma, no siendo material, no puede descomponerse).
Platón distingue tres tipos de alma:
- Racional: Esencial, propia de lo humano, posibilita el conocimiento racional, inmortal, situada en la cabeza.
- Irascible: Proporciona esfuerzo, voluntad y vigor, mortal, situada en el pecho.
- Concupiscible: Ofrece deseo y pasiones sensuales, mortal, situada en el vientre.
La virtud se fundamenta en el desarrollo del bien propio del hombre, su esencia racional, y es universal. Platón distingue tres virtudes:
- Sabiduría o prudencia: Desarrollo del alma racional.
- Valentía: Desarrollo prudente del alma irascible.
- Templanza: Desarrollo prudente del alma concupiscible.
Con el desarrollo armonioso de estas virtudes se consigue la Justicia, el orden perfecto de las tres partes del alma.
Aristóteles: La Realidad y el Conocimiento
Aristóteles presenta una visión unificada de la realidad, la Physis, dividida en:
- Mundo supralunar: Compuesto por los astros, hecho de éter, sin corrupción.
- Mundo sublunar: La tierra, compuesta por los cuatro elementos, sujeta a cambio.
La física estudia la Physis, mientras que la metafísica busca su fundamento último.
La teoría hilemórfica sostiene que los seres están compuestos por:
- Materia (hyle): Lo que constituye a los seres.
- Forma (morphé): Su esencia, lo que los define.
Aristóteles diferencia entre sustancia primera (el individuo concreto) y sustancia segunda (la esencia o forma).
Aristóteles presenta una concepción teleológica de la realidad: los seres cambian buscando un fin, la perfección que establece su esencia. Este cambio ocurre del "ser en potencia" al "ser en acto".
Para explicar los fenómenos naturales, Aristóteles propone la teoría de las cuatro causas:
- Formal: La forma o esencia.
- Material: La materia del ser.
- Eficiente: La causa de la existencia del ser.
- Final: La finalidad del ser.
En su Metafísica, Aristóteles estudia el ser en cuanto ser, estableciendo axiomas y principios universales, como el principio de no contradicción. Introduce las categorías, las formas de predicar de los seres.
Aristóteles postula la existencia del Primer Motor Inmóvil, un ser divino que inició el movimiento y atrae a los seres hacia su perfección.
En cuanto al conocimiento, Aristóteles sostiene que se parte de los sentidos y se conoce por inducción. El entendimiento agente abstrae la esencia de los seres, mientras que el entendimiento paciente retiene estas abstracciones para hacer juicios.
Aristóteles crea la lógica, un método para asegurar la rigurosidad y coherencia de los argumentos, analizando su forma y diferenciando entre silogismos válidos y falacias.
EL PROBLEMA DE LA SOCIEDAD O POLÍTICA
El hombre es un ser social por naturaleza (zoon politikon). Su esencia implica sociabilidad y posee el logos, permitiéndole comunicarse racionalmente. La sociedad no es producto de la convención, sino parte de la concepción teleológica del ser humano. La polis es el fin último del desarrollo humano, solo posible dentro de una sociedad.
La felicidad humana se consigue en una sociedad cuyas leyes posibiliten el desarrollo de las virtudes éticas. El legislador o político debe tener conocimientos teóricos y prácticos, ser prudente. La Justicia social se da cuando el gobierno no busca intereses particulares y posibilita la realización de la virtud en los ciudadanos.
Aristóteles distingue tres formas justas de gobierno:
- Monarquía: Gobierno de uno solo. Corrupción: Tiranía.
- Aristocracia: Gobierno de los mejores. Corrupción: Oligarquía.
- Democracia: Gobierno del pueblo. Corrupción: Demagogia.
Edad Media: Agustín de Hipona
EL PROBLEMA DEL SER HUMANO Y EL PROBLEMA DE LA MORAL
Según San Agustín, el ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios, poseyendo vida espiritual. Defiende el dualismo: el hombre se compone de cuerpo (materia) y alma (forma) en unión accidental. El hombre es fundamentalmente un alma inmortal frente a un cuerpo mortal y corruptible.
El alma humana tiene tres facultades:
- Memoria: Une presente y pasado, creando la identidad personal.
- Inteligencia: Permite conocer la verdad.
- Voluntad: Lleva a buscar el amor y la felicidad, que solo se encuentran plenamente en Dios.
El alma debe regir el cuerpo para volver a Dios. San Agustín defiende el libre albedrío: la voluntad libre permite pecar (libertinaje) o vivir bien (libertad). Sin embargo, la voluntad no es suficiente para ser bueno debido al pecado original. El ser humano necesita la gracia de Dios para obrar correctamente.
El mal moral humano es fruto del abuso del libre albedrío. El ser humano es responsable del pecado cometido.
EL PROBLEMA DE LA SOCIEDAD O POLÍTICA
San Agustín analiza el sentido de la historia humana según una finalidad: el escenario donde Dios se manifiesta y se produce la salvación. La historia es lineal, con un principio (la creación) y un fin (el Juicio Final). Avanza hacia la vuelta de Jesucristo y la instauración del Reino de Dios.
San Agustín distingue dos grupos humanos:
- Ciudad terrenal: Aquellos que se aman a sí mismos por encima de todo.
- Ciudad de Dios: Aquellos que aman a Dios por encima de todo.
Estas ciudades están mezcladas en la sociedad, manteniendo una lucha ética. La historia avanza hacia el triunfo y salvación de la Ciudad de Dios.
Tomás de Aquino: El Problema de Dios
Influenciado por Aristóteles, Tomás de Aquino adopta el hilemorfismo y la explicación del movimiento. Sin embargo, introduce distinciones, como la diferencia entre la forma de ser de Dios y la de las criaturas:
- Dios: Ser necesario y acto puro.
- Criaturas: Seres contingentes, cuya esencia y existencia pueden separarse.
Dios es el creador del universo y su esencia implica su existencia. Aquino establece una jerarquía en la realidad basada en la perfección y semejanza con Dios.
Demostrar la existencia de Dios es fundamental para la razón. Aquino critica el Argumento Ontológico y propone cinco vías basadas en la observación empírica y el principio de causalidad.
Aquino distingue entre razón y fe como fuentes de conocimiento. La razón conoce la esencia de Dios de forma limitada, mientras que la fe amplía estos límites. Ambas se complementan.
El conocimiento racional parte de la percepción sensible para elaborar conceptos universales a través de la abstracción, aplicándolos luego a lo concreto para hacer juicios.
EL PROBLEMA DE LA MORAL O ÉTICA
Tomás de Aquino defiende una concepción teleológica del ser humano: con el desarrollo del alma se consigue la felicidad, cuya plenitud se alcanza con la contemplación de Dios.
Aquino afirma la existencia de la ley natural, la forma moral en que Dios ha impuesto la ley eterna en el alma humana. La ley natural tiene preceptos que se fundamentan en el deber de desarrollar la esencia humana realizando el bien y evitando el mal.
Tres preceptos primeros se relacionan con el desarrollo de las facultades del alma:
- Conservar la vida: Desarrolla la facultad vegetativa.
- Procrear y educar a los hijos: Desarrolla la facultad sensitiva.
- Respetar la justicia social y buscar la verdad: Desarrolla la facultad racional.
Los preceptos de la ley natural son evidentes, universales e inmutables. La sindéresis es la capacidad natural para descubrir y tender al cumplimiento de la ley natural. La conciencia permite deducir preceptos secundarios, concretos para las situaciones cotidianas.
Edad Moderna: Descartes: El Conocimiento
René Descartes, figura del siglo XVII y fundador del racionalismo, postuló la razón como única fuente de conocimiento verdadero. Su método se basaba en la evidencia, el análisis, la síntesis y la enumeración.
Con la duda metódica, Descartes buscó una verdad indudable: "pienso, luego existo". A partir de ahí, construyó una metafísica, identificando tres tipos de ideas, incluyendo la idea de Infinito, asociada con Dios.
Descartes usó el principio de causalidad para demostrar la existencia de Dios, argumentando que la idea de Infinito debe tener una causa perfecta. Propuso una variante del argumento ontológico para afirmar la existencia de Dios como primera causa incausada.
La existencia de Dios garantiza la correspondencia entre las ideas sobre el mundo exterior y una realidad extramental. Esta realidad, sustancia extensa, se explica por el mecanicismo.
Existen tres sustancias para Descartes:
- Cogito: Sustancia pensante.
- Dios: Sustancia infinita.
- Realidad exterior: Sustancia extensa.
Hume: El Problema de la Moral o la Ética
Hume critica las teorías éticas que basan la moral en la razón. Los juicios morales no son producto de la razón, ni del conocimiento de relaciones entre ideas (a priori) ni de cuestiones de hechos (a posteriori). La razón puede clarificar la utilidad de las acciones, pero no motivarlas.
Hume defiende el emotivismo moral: el fundamento de la moral está en el sentimiento moral, una emoción o "gusto" interior que expresa agrado o desagrado ante las acciones. Este sentimiento es universal, basado en:
- Utilidad: Expectativa del placer que una acción puede ocasionar.
- Simpatía: Inclinación a participar de los sentimientos de otros seres humanos.
La moral humana no es un cálculo racional ni un puro sentimiento, sino la interrelación de ambos. Esto garantiza que el sentimiento moral no sea individual ni egoísta, y que la moral no sea meramente convencional, sino universal, basada en la naturaleza humana.