Análisis Comparativo: Descartes, Nietzsche y Platón - Filosofía y Existencia
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Descartes: La Búsqueda de la Certeza
El Problema de la Fundamentación
El descontento de Descartes con la filosofía se debía al problema de la fundamentación del conocimiento. Su principal preocupación era encontrar un fundamento último, cierto e indubitable, para construir el saber. Su proyecto consistía en un sistema unitario, inmune al escepticismo, superando la dubitabilidad de la filosofía anterior. La exigencia básica de su filosofía era un método que proporcionara el fundamento y la obtención de verdades científicas, con la metafísica como base, seguida de la física y otras ciencias, inspirándose en las matemáticas.
El Sujeto y la Certeza
En este planteamiento, surge la idea de un sujeto que busca la certeza de sus conocimientos. La solución de Descartes integra el platonismo renacentista y la ciencia moderna matematizada. Inspirado en la geometría griega, donde la visión de la verdad produce certeza, Descartes creía que, con el método matemático, se podían deducir las demás verdades. Las operaciones mentales básicas son: la intuición (conocimiento inmediato de un objeto) y la deducción (derivación de verdades a partir de otras conocidas).
La Duda Metódica y el Cogito
Tras establecer el método geométrico, Descartes busca el fundamento inconcuso de la verdad. Su punto de partida es la duda universal y metódica, que le lleva a su primera verdad: pienso, luego existo (cogito ergo sum). El cogito es el principio de su filosofía, siendo la primera verdad hallada y el fundamento de su sistema. Aunque formulado como deducción, Descartes aclara que el cogito es una intuición de la propia existencia real, que permite deducir otras existencias.
El Cogito y la Modernidad
Aunque la idea del conocimiento inmediato de la propia existencia no era original (Si fallor, sum de Agustín de Hipona), el cogito cartesiano es capital para la modernidad. A diferencia del pensamiento antiguo y medieval, donde la verdad dependía de los objetos, en Descartes se centra en el sujeto y su interioridad. Las ideas residen en el sujeto, y si se intuyen clara y distintamente, son verdades inconmovibles.
Claridad y Distinción
El criterio de verdad en Descartes es la claridad y distinción que acompaña a la intuición. Tras obtener la verdad indubitable del cogito, Descartes define su criterio de verdad: la evidencia es la intuición intelectual de una idea clara y distinta, excluyendo el error. Claridad y distinción son diferentes. Un dolor intenso es claro, pero no distinto. Una idea es clara cuando se perciben todos sus elementos, y distinta cuando no se puede confundir con otra. El prototipo es la naturaleza simple. La evidencia intelectual es indubitable: se reconoce por su indubitabilidad y es siempre verdadera.
Conclusión
La aplicación del método cartesiano resultó en el cogito ergo sum, un principio cierto que sirve como base para desarrollos posteriores.
Nietzsche: El Vitalismo y la Voluntad de Poder
La Vida como Valor Absoluto
El vitalismo de Nietzsche considera la vida como el elemento central de la filosofía. Para él, la vida es el valor absoluto y la medida de todos los demás valores. En su primer periodo, contrapone a Dioniso (símbolo de la vida y el exceso) con Apolo (dios del límite y la verdad, símbolo de la razón). Nietzsche ve a Sócrates como quien sustituye la tragedia griega con el conocimiento como valor fundamental.
Zaratustra y la Transvaloración de los Valores
En Así habló Zaratustra, Zaratustra (representando a Nietzsche) se libera de la metafísica de Schopenhauer y se presenta como un inmoralista que, reconociendo su error al crear la moral, se sitúa más allá del bien y del mal. Zaratustra simboliza el vitalismo, que se concreta en conceptos como la voluntad de poder, la transvaloración de los valores, el superhombre, la muerte de Dios, el nihilismo y el eterno retorno.
Platón: El Mito de la Caverna
Noción 1: Los Prisioneros y las Sombras
Los prisioneros de la caverna simbolizan la naturaleza humana antes de la educación. Para Platón, el hombre es principalmente alma, que pertenece al mundo inteligible pero se encuentra encarcelada en el cuerpo en el mundo sensible. El alma está atada por las pasiones y limitada al conocimiento de las cosas sensibles, sujetas al cambio y a la opinión.
Las sombras que ven los prisioneros son copias de objetos proyectadas en la pared, simbolizando el grado ínfimo de opinión (eikasia). Este es el conocimiento de quienes no han recibido educación y no poseen ni pístis ni ciencia. No tienen conocimiento directo del mundo sensible, sino copias de la realidad, representando a quienes conocen interpretaciones de la realidad u opiniones comunes.
Noción 2: Ascenso al Mundo de Arriba y Contemplación del Sol
El ascenso al mundo de arriba simboliza el proceso educativo, especialmente del filósofo destinado a gobernar. Las etapas de la paideia se conectan con los grados de conocimiento, incluyendo la diánoia (conocimiento discursivo sobre objetos matemáticos) y la nóesis (inteligencia sobre las ideas del mundo inteligible y del Bien). El filósofo-gobernante debe recorrer el proceso completo.
El sol simboliza la idea del Bien, meta última de la educación del filósofo. Su contemplación revela que es causa de todo lo recto y bello, causa de conocimiento y verdad, y necesaria para quien quiera actuar rectamente en su vida privada o pública.