Análisis de la Antología Poética "Hola, mi amor, yo soy el lobo" de Luis Alberto de Cuenca

Hola, mi amor, yo soy el lobo

Publicada en 2008 y reeditada en 2016, Hola, mi amor, yo soy el lobo es una antología compuesta por 63 poemas extraídos de prácticamente todas las obras del autor. Si bien los textos no se encuentran ordenados cronológicamente, conforman una muestra representativa de su producción y atestiguan su evolución a través de las dos etapas mencionadas en el apartado anterior: desde la línea novísima hasta el clasicismo posmoderno, pasando por algunas de las letras de canciones que escribió o adaptó para la Orquesta Mondragón.

El amor como hilo conductor

El denominador común de los textos seleccionados es la temática amorosa, tan frecuente en la poesía de Luis Alberto de Cuenca, cultivada desde distintas perspectivas y tamizada por diferentes filtros estéticos. Se trata de un amor ubicado en el mundo urbano de la contemporaneidad, sustentado con frecuencia en lo carnal. Una pasión llena de contrastes que va de la plenitud al desencanto y que es contemplada con frecuencia desde la distancia del humor. No en vano, los antólogos de la obra, de común acuerdo con el autor, aluden a estos contrastes cuando emplean la expresión "romanticismo feroz" para clasificar los poemas que seleccionan, pues abordan el tema con intensidad, pero desde puntos de vista muy variados: mitomanía, cinismo, ironía, erotismo e incluso sadismo.

Recursos estilísticos

La mayor parte de los poemas de la antología cumplen las características indicadas para la segunda etapa del autor. El llamado "clasicismo posmoderno" o poesía de "línea clara" de Luis Alberto de Cuenca se manifiesta a través de los siguientes recursos:

• Mezcla de referencias clásicas y de elementos de la cultura pop, como cuando reúne en un mismo poema a Ovidio y Lope de Vega con Mae West y Miriam Hopkins ("La chica de las mil caras"). Mitos, leyendas, canciones, personajes de cómic y de cine, actrices y superhéroes anidan en los textos y codifican la realidad desde la perspectiva de la ficción ("El puente de la espada", "La sirenita", "Sin miedo ni esperanza", etc.).
• Uso frecuente de la intertextualidad, del diálogo con distintos poemas de la tradición literaria, mediante la cita directa o indirecta. Así sucede, por ejemplo, en "Et patuit incessu dea", cuyo título es tomado de Virgilio, o en "Soneto del amor de oscuro", que modifica el significado de los Sonetos del amor oscuro, de Lorca. También hace uso de la interdiscursividad cuando elabora poemas que se basan en otras disciplinas artísticas ("Sed de mal", que recrea una escena de la famosa película desde la perspectiva de uno de sus personajes).
• Buena parte de los poemas se articulan por medio del modo discursivo de la narración, ya sea esta de tintes fantásticos ("La princesa y el dragón") o autobiográficos ("La malcasada"). En ellos es frecuente el tono coloquial y conversacional ("El encuentro") y hasta deliberadamente prosaico ("En el supermercado"). Los recursos literarios como la metáfora escasean y dejan paso al prosaísmo realista.
• El humor es empleado para amortiguar la amargura ("Vamos a ser felices") o la sordidez del deseo ("La Venus de Willendorf"), para desmitificar ("Caperucita feroz"), pero también para sublimar metafóricamente la pasión ("DNA").
• En cuanto a la métrica de los poemas, predominan los versos endecasílabos y alejandrinos, sin rima, organizados en ocasiones mediante el molde de la silva libre impar. Es habitual que los poemas tengan un cierre abrupto con un último verso más corto para enfatizar un desenlace sorprendente y rotundo.

Poesía en democracia: últimos años

En las primeras décadas del siglo XXI, se observa una disparidad de tendencias que, sumada a la ingente cantidad de publicaciones, dificulta la posibilidad de clasificar las líneas líricas dominantes. Se trata de una época en la que conviven autores de distintas generaciones y abundan las antologías poéticas realizadas desde diferentes enfoques. Dentro del eclecticismo dominante, pueden destacarse el neorrealismo, la poesía comprometida, la postpoesía, la ciberpoesía o incluso la poesía de corte comercial, que está llegando por primera vez al gran público. Algunos de los poetas más reseñados son Pablo García Casado, Carlos Marzal, Balbina Prior, Lorenzo Oliván, Isabel Pérez Montalbán, Manuel Vilas, Elena Medel, Antonio Lucas, Agustín Fernández Mallo, Luna Miguel, Elvira Sastre, Irene X, etc.