Ampliaciones de capital y autofinanciación en empresas

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La constitución y las ampliaciones del capital social

Derechos del accionista: Participar en el reparto de los beneficios según el nº de acciones que se posean. Suscribir con carácter preferente las acciones de las ampliaciones de capital. Estar informado de la gestión de la sociedad y votar en sus juntas generales. Participar en el patrimonio resultante de la liquidación de la sociedad en caso de que se disuelva.

Una forma privilegiada de las grandes empresas para obtener financiación es la emisión de acciones, que permite reunir grandes cantidades a través de los ahorros de muchos pequeños inversores, que ceden sus ahorros y se convierten en socios propietarios. El capital constituido refleja las aportaciones de los socios y representa recursos financieros propios, que no han de devolverse y que son permanentes.

Las acciones son títulos-valores en los que está repartido el capital social. El comprador de acciones se convierte en accionista o propietario de una parte de la empresa. La cuantía de su participación vendrá determinada por el nº de acciones que tenga. Las acciones pueden ser: normativas (en el título aparece el nombre del beneficio) o al portador (el beneficio es quien posea el documento), se exige que sean nominativas mientras no estén totalmente desembolsadas.

Las ampliaciones del capital social

Si la empresa crece necesita ampliar su potencial productivo, lo que exige nuevas inversiones, por tanto, precisa de nuevos fondos para financiar estas inversiones. Estos fondos pueden provenir de nuevas aportaciones de los socios mediante una ampliación de capital con la emisión de nuevas acciones.

Debe formalizarse en escritura, en la que constarán todos sus detalles, e inscribirse en el Registro mercantil, y debe decidirse el precio al que se emitirán las nuevas acciones. Si se emiten por el mismo valor nominal que las antiguas habrá que tener en cuenta los posibles perjuicios para los antiguos accionistas frente a los nuevos.

Los efectos económicos de la ampliación de capital

Para proteger a los antiguos accionistas en una ampliación de capital, existen dos fórmulas: emitir las nuevas acciones con una prima de emisión o darles preferencia en la suscripción de las nuevas acciones.

Derecho preferente de suscripción: Pretende compensar la pérdida de valor de la acción como consecuencia de una ampliación de capital. Su valor económico debe ser equivalente a esa pérdida.

La financiación interna o autofinanciación

Dividendo activo: cantidad de dinero que le corresponde a cada acción cuando se distribuyen beneficios en la empresa. Autofinanciación: forma de financiación que representa recursos generados en el interior de la empresa y que influye tanto beneficios retenidos en forma de reservas, como dotaciones para amortizaciones y para provisiones de riesgos.

Las reservas

La parte de los beneficios que los socios renuncian a repartirse pasa a formar parte de los fondos propios de la empresa, como complemento del capital social y con el nombre de reservas.

Cuantos menos dividendos se repartan, más recursos internos tendrá la empresa y mayor será su capacidad de autofinanciación, el reparto de dividendos supone una señal positiva para los inversores interesados en la empresa y para sus posibilidades de financiación futura.

La autofinanciación de mantenimiento

La autofinanciación de enriquecimiento persigue el crecimiento de la empresa, la autofinanciación de mantenimiento trata de mantener intacta su capacidad productiva. Esta forma de autofinanciación está constituida tanto por los fondos que la empresa destina para ir amortizando sus equipos productivos y poder renovarlos en el futuro, como por los recursos o fondos que se reservan para hacer frente a futuras contingencias y riesgos.

Las amortizaciones

Los equipos productivos van perdiendo valor con el paso del tiempo como consecuencia de su uso o por envejecimiento tecnológico, esta pérdida de valor se refleja en el cálculo de los beneficios bajo el concepto de amortización. Amortizar un bien supone cuantificar su depredación, reflejar como un coste más la parte que se ha consumido del valor total del bien durante un periodo de tiempo.

Son costes de producción ya que la pérdida de valor experimentada por los bienes de la empresa se debe a su uso en el proceso productivo. La amortización estimada de un periodo se deduce de los ingresos para calcular los beneficios. Estos fondos que se detraen de los beneficios constituyen una forma de autofinanciación estimada a ir recuperando poco a poco los bienes amortizables, para poder reponerlos cuando se necesite.

Las provisiones

Son fondos que se reservan para cubrir riesgos o posibles pérdidas futuras y cuya dotación se realiza antes del cálculo de los beneficios. Estos riesgos pueden derivarse de probables indemnizaciones por litigios en marcha de la empresa, de posibles rupturas de contratos… Mientras estos fondos que se reservan no tengan que utilizarse para cubrir los fines previstos, la empresa los podrá emplear para autofinanciar parte se sus inversiones.

La financiación ajena a corto plazo

Los recursos propios suelen ser insuficientes para cubrir las necesidades de la empresa. Y es necesario utilizar recursos ajenos, que deben devolverse en un plazo de tiempo y tienen un coste explícito o interés que hay que pagar por usarlos. Según que el plazo sea inferior o superior al año, se distingue entre financiación ajena a corto y a largo plazo.

Las fuentes de financiación ajena a corto plazo se utilizan para financiar operaciones del ciclo de explotación: el crecimiento comercial de proveedores, los préstamos y créditos bancarios, el descuento comercial y el factoring.

El crédito comercial de proveedores Las empresas no pagan al contado las materias primas o mercaderías que les suministran sus proveedores. El aplazamiento del pago equivale a la obtención de un crédito concedido por los proveedores por el tiempo que dura el aplazamiento. Esta forma de financiación es una práctica comercial muy frecuente entre empresas.

Las condiciones están establecidas y son conocidas por ambas partes y no requieren una negociación concreta en cada operación. Este carácter automático, cómodo y gratuito hace que sea uno de los créditos a corto plazo más utilizados. Aunque lo de gratuito es solo aparente porque aunque no hay que pagar intereses, tampoco se obtienen descuentos por pronto pago, con lo que sí tienen un coste implícito que hay que tener en cuenta.

La operación suele formalizarse con un endeudamiento en cuenta por el importe de la factura, o mediante aceptación de letra de cambio. La garantía para el proveedor está en la solvencia de la empresa y en la confianza de la relación, y su plazo es variable.

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