El Amor Persistente: Análisis del Triunfo Amoroso sobre la Muerte

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Cuando, en el primer terceto, se habla de “alma a quien todo un dios prisión ha sido”, nuevamente hay un hipérbaton. La idea es que el alma ha sido prisionera de todo un dios, es decir, este dios no tiene nombre, pero podemos suponer que este dios es el dios Amor. Es un alma aprisionada de los mandatos del amor. Luego habla de humores, que son líquidos del cuerpo, en este caso la sangre. Si dice que las venas han dado sangre al fuego, de alguna manera, la persona ha dado lo más vital que tiene por el amor. Así como la enamorada daba las trenzas por el amor, acá se daba la sangre. Las venas, la sangre, alimentaron la pasión. Un elemento muy vital fue brindado para mantener el amor, la pasión. Y no solamente su sangre ha sido consumida por su amor, sino también por las médulas, parte muy interior de los huesos. Hasta lo más interno llegó la pasión y el amor. Y está orgulloso de que esto sea así porque las médulas han gloriosamente ardido. Además, las médulas son una parte estructural del cuerpo, así como las venas algo vital, por lo que el autor nos muestra que este amor era necesario, vital, sostenía todo el cuerpo.

En el segundo terceto, comienza hablando de algo que no dejará su cuidado, el alma. Los sujetos de las oraciones del segundo terceto se dan en el primer terceto. El alma dejará el cuerpo, las venas serán ceniza y las médulas serán polvo. Para leer bien el poema, se debería leer el primer verso del primer terceto, luego el primer verso del segundo terceto y así sucesivamente. En tanto es un poema barroco y conceptista, plantea un juego de ingenio, con el fin de desafiar el intelecto del lector. Se puede leer tanto de corrido como intercaladamente.

Entonces, podemos analizar que al momento de la muerte, el alma va a dejar el cuerpo, pero no su cuidado. Va a dejar el cuerpo, pero va a seguir protegiendo el amor que este tenía. Luego dice que las venas serán ceniza, pero esto tendrá sentido. Las cenizas, el residuo del fuego, del amor, tendrán sentido. Valió la pena vivir por el amor y también morir por el amor. No son cenizas inertes, tienen un significado de estar.

Cuando se nombran médulas y venas, se alude al cuerpo en general. El personaje dio médulas y venas, dio todo su cuerpo. Entonces, todo su cuerpo son cenizas, es polvo. Y es polvo por varias razones. Por un lado, el polvo es la mayor desintegración del cuerpo. El cuerpo está totalmente destruido. No hay cuerpo, hay polvo. Entonces, el cuerpo desintegrado al máximo sigue enamorado. Y de ahí el título, el amor continúa en el polvo a pesar de que ya ni cuerpo hay.

Por otro lado, la Biblia dice “del polvo has nacido y al polvo volverás”. En el momento que Dios le dice eso a Adán y Eva, les está estableciendo la muerte. El polvo, entonces, es un símbolo de la muerte que tiene que ver con que este cuerpo llegó a su punto de tal desintegración que se integra a la tierra, al resto del mundo. Pero lo interesante es que el amor subsiste hasta luego de la desintegración. Y este polvo es, de alguna manera, un polvo vivo, el amor sigue vivo.

Entonces, en el alma sobrevive el amor y en el cuerpo también. El amor va a ser constante a nivel físico y espiritual. No solo en el alma, sino también en el polvo, en los restos del cuerpo. Así como durante la vida el amor se manifiesta en el alma, las venas y las médulas, ahora el amor continúa.

Podemos entonces llamar a los cuartetos como la rebeldía del enamorado, del yo lírico, frente a la muerte; y a los tercetos le llamamos el triunfo del amor sobre la muerte.

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