Amor y Muerte en 'El Amor en los Tiempos del Cólera': Análisis Profundo
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El Amor y la Muerte en El Amor en los Tiempos del Cólera
Respecto del amor, diremos que se pulsan todos los registros del sentimiento amoroso:
El amor idealizado de las primeras cartas furtivas y el galanteo adolescente quedan rotos de un plumazo por Fermina tras el “viaje del olvido”, aunque Florentino permanecerá fiel a su amor durante más de medio siglo con una tenacidad asombrosa.
El amor como sentimiento y como meta. Florentino es un personaje que rebosa amor. Un amor que expresa a través de la poesía, de su violín o escribiendo cartas para otros con el amor que le sobra. El sentimiento amoroso en Florentino presenta variados matices que van desde la cursilería hasta el fetichismo amoroso (la compra del espejo en el que se reflejó Fermina), pasando por lo extravagante y enfermizo, como comerse las flores de su madre y beber colonia.
El amor físico. No todo es amor sublime en la novela. Tras el rechazo, Florentino se da cuenta de que “El amor ilusorio de Fermina podía ser sustituido por una pasión terrenal” y, a partir de ahí, el personaje se embarca en una desaforada caza de aventuras amorosas más o menos efímeras que le darán para llenar varios cuadernos con nombres de mujeres, como América Vicuña, la viuda de Nazaret o Sara Noriega. Sin embargo, también la ternura está presente en su relación con esas mujeres, como la que tiene con Leona Cassiani, con la que nunca llega a mantener una relación sexual. "América Vicuña, desnuda por completo, acabó de despertar". Pero no es solo Florentino quien se embarca en aventuras amorosas. El propio doctor Urbino, tan católico e intachable, mantiene una relación adúltera con Bárbara Lynch.
El amor en el matrimonio. Después de rechazar a Florentino, y tras hacerse de rogar, Fermina se casa con el atractivo y brillante doctor Urbino. El suyo fue un matrimonio convencional, bien avenido pese a puntuales crisis conyugales, pero no fue un matrimonio por amor. Urbino admite que se casó con Fermina “por una pizca de vanidad suya”, y en algún momento le dirá a su esposa que lo importante en el matrimonio no es el amor “sino la estabilidad”. En cuanto a ella, aceptó a Urbino por el brillo social del doctor y por la seguridad que ese matrimonio le ofrecía. Si ese amor tedioso recorre buena parte de la novela, en el momento de su muerte el doctor Urbino sorprende con una declaración arrebatadora de amor. "El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo por las mañanas antes del desayuno".
La temática amorosa de la novela se refleja, por otra parte, en la actitud y postura ética que los personajes adoptan respecto de la fidelidad. "Le repito nuevamente el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre".
Los primeros tiempos de amor entre Fermina y Florentino representan la fidelidad por excelencia, y después él permanecerá fiel a Fermina durante décadas, a pesar de sus numerosas amantes, en lo que constituye una de las paradojas más poéticas de la novela. Por otra parte, el matrimonio Urbino Daza es un ejemplo de fidelidad conyugal; los principios firmes del doctor le mantienen como marido fiel, hasta que la pasión desbordada por Bárbara Lynch le hace sucumbir.
También puede interpretarse como fidelidad el amor y la gratitud de Leona Cassiani hacia Florentino Ariza. Por último, el enamoramiento de la adolescente América Vicuña hacia Florentino no está exento de grandes dosis de fidelidad.
La Muerte como Elemento Estructural
En cuanto a la muerte, "la muerte no era solo una probabilidad permanente, como lo había sentido siempre, sino una realidad inmediata".
Esta se convierte en un elemento estructural fundamental, inseparable del devenir amoroso. La novela se enmarca narrativamente entre el suicidio de Jeremíah (que se cree por amor en un principio) al arrancar la obra, y otro, el de América Vicuña (este ya sí por amor), casi al final. Por otra parte, la muerte del doctor Urbino, absurda y ridícula, es el elemento narrativo que divide la estructura interna de la obra en dos partes, y es la muerte que Florentino había esperado toda la vida para poder recuperar su amor. La muerte también se hace muy presente en las epidemias de cólera, una muerte que se relaciona con los efectos físicos del amor desaforado de Florentino, semejantes a los síntomas de esa enfermedad.
Presagios de Muerte y Vejez
Para concluir, debemos referirnos a los presagios de muerte que trae la vejez "aliviado por una victoria más sobre la vejez se abandonó al lirismo diáfano (...) que no pudo identificar" de Florentino y Fermina. En este sentido cobra gran relevancia el viaje final, cuando ambos amantes terminan de ser conscientes de sus cuerpos ancianos. Ni siquiera en ese momento la inexorabilidad de la muerte podrá privarlos del disfrute de su amor.