Alienación y Materialismo Histórico en la Filosofía de Karl Marx

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Karl Marx: Alienación y Materialismo Histórico

La Alienación en Marx

Para Karl Marx, la alienación significa "pérdida". En cada extrañamiento hay algo que el hombre "pierde", y por ello todo lo alienado debe ser recuperado para así recuperar al hombre verdadero.

Las Alienaciones Ideológicas: Religión y Filosofía

El creyente adormece sus desgracias en una ilusoria felicidad celeste. Por eso la religión es el "opio del pueblo", porque es calmante respecto al sufrimiento que procede de la miseria causada por la explotación económica. Incluso es narcótico para el explotador, para su conciencia, en tanto que la religión justifica su dominio sobre el explotado. El caso es que la religión predica la resignación del hombre, y ahí está uno de sus efectos más perniciosos, que esa supuesta retribución trascendente inhibe al sujeto para realizar las acciones necesarias que producirían un cambio en sus condiciones de vida, que son las verdaderas causas de la propia alienación religiosa. De hecho, todo sistema filosófico no es más que la justificación ideológica, es decir, en el ámbito de las ideas, de una situación político-económica que la segrega como procedimiento para justificar y perpetuar unas relaciones de explotación dadas. Para Marx, la base real de una sociedad es la base económica, también denominada infraestructura, y que da lugar, a su vez, a un sistema político concreto que la articula y desarrolla. Pues bien, ese sistema político establecido favorece la aparición de una serie de estructuras que se basan en conceptos, y que se denominan superestructuras, como puedan ser organizaciones políticas, jurídicas, concepción del mundo, religión, moral, ciencia, filosofía, arte, etc.

La Alienación Política

La alienación política está en dar al Estado la soberanía de cada uno, algo que es propio y que uno cede; y la ilusión está en considerar que los intereses del ciudadano, especialmente del proletario, tienen realmente importancia en el ejercicio del gobierno por parte del Estado. El Estado intenta convencer a sus súbditos de que él es capaz de integrar los diversos intereses contradictorios de las clases, pero esto no es posible porque el Estado es monopolio de una clase. En la sociedad puede haber muchas clases, pero al final, se agrupan en dos: la de los opresores y la de los oprimidos. La lucha dialéctica actual se da entre esas dos clases fundamentales, cada una con sus propios intereses, y en lucha por imponerlos.

La Alienación Económica o del Trabajo

  1. Con relación al producto del trabajo

    En el sistema de producción capitalista, el obrero pierde su producto, éste deja de pertenecerle después de realizarlo. Además, es este mismo producto suyo el que, transformado en capital, pasa a ser instrumento de su propia explotación. Por tanto, no sólo ocurre que el producto pase a ser algo ajeno, sino que incluso se convierte en el "amo" del trabajador.
  2. Con relación al acto de producir

    El trabajo es para Marx la autoexpresión de la vitalidad creadora del hombre. La expresión de su capacidad física y mental. En este proceso el hombre se desarrolla, se autorrealiza; no es sólo un medio para conseguir un fin, el producto, sino que es un fin en sí, la expresión significativa de la energía humana, por eso el trabajo es susceptible de ser gozado. Pues bien, el trabajo en el sistema capitalista no es más que un efecto de la alienación del hombre. La principal crítica de Marx al capitalismo no es la injusticia en la distribución de las riquezas, es la perversión que el capitalismo hace del trabajo, convirtiéndolo en un trabajo forzado, enajenado, sin sentido, que transforma al hombre en un "monstruo tullido".
  3. Con relación al ser esencial del hombre

    El hombre no tiene una esencia terminada, sino que la naturaleza humana se concreta y hace específica en las condiciones socioeconómicas en que su cultura le hace vivir. Es decir, que el hombre varía en el curso de su historia, se transforma, y como él mismo hace la historia, es su propio producto.
  4. Con relación a los demás hombres

    La humanidad resulta así escindida en dos clases fundamentales, la de los propietarios y la de los productores. Los intereses quedan diferenciados y el enfrentamiento sólo es su consecuencia.

El Materialismo Histórico

La concepción e interpretación marxista de la historia es conocida como materialismo histórico, y es una teoría que afirma, según Marx, que toda la historia es la historia de las contradicciones reales (no entre ideas, como en la filosofía hegeliana) entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. El factor determinante de la historia lo constituye esta contradicción dialéctica entre fuerzas productivas y relaciones de producción, expresada en la lucha de clases, que se convierte en el motor de la historia.

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