Alienación: Marx, Feuerbach y el Materialismo Histórico
Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 17,88 KB
Alienación: Una Perspectiva Filosófica
Orígenes del Concepto de Alienación
Alienación. En los "Manuscritos económico-filosóficos" y "La ideología alemana" (en colaboración con Engels), encontramos los principales análisis de la naturaleza de la alienación humana. El extrañamiento del sujeto en el proceso de su objetivación ya había sido estudiado por Hegel y Feuerbach.
El término, de origen jurídico (del latín alienus, ajeno), se aplicaba a ventas o cesiones. Por extensión, se usa en sentido psicopatológico, como sinónimo de pérdida de juicio o locura. Si bien el alienado es el enfermo mental, es fundamentalmente a Hegel a quien se debe el desarrollo de la noción de alienación, expuesta principalmente en su Fenomenología del Espíritu. Para Hegel, la conciencia, inicialmente ingenua, está convencida de la realidad del mundo independientemente de sí misma, pero solo puede llegar a ser "conciencia de sí" o autoconciencia cuando ve la vinculación entre sujeto y objeto. A través de este movimiento dialéctico, la alienación puede superarse elaborando producciones artísticas, religiosas y filosóficas.
Feuerbach, basándose en Hegel, lo acusa de idealismo y de crear un hombre ideal inexistente. En lugar de partir de abstracciones, Feuerbach señala que se debe partir del hombre concreto y sensible. Las sensibilidades son el único punto de partida real. De ahí el materialismo de Feuerbach, quien reivindica la originariedad de la naturaleza y reduce la religión a antropología. Marx acepta este punto de vista: la religión es una escisión entre el hombre y su propia esencia.
De la alienación económica surgen otras formas:
- Alienación social (lucha de clases)
- Alienación política (separación entre sociedad civil y Estado)
- Alienación filosófica e ideológica (visión ideológica o falsa de la realidad)
- Alienación religiosa ("conciencia subvertida" del mundo, el opio del pueblo)
Marx añade la noción del fetichismo de la mercancía, base de toda forma de alienación.
La Alienación en Feuerbach
La Alienación en Feuerbach. Feuerbach plantea el problema de la alienación en "La esencia del cristianismo". El ser humano no es producto de los dioses, sino al revés: los dioses son producto de los seres humanos. La religión es una invención humana, resultado de aplicar atributos trascendentes al mundo conocido, una duplicación trascendente del mundo terrenal. Se produce una inversión que intercambia los papeles del creador y la criatura, dando lugar a la alienación religiosa. En el cristianismo, el ser humano crea a Dios, pero luego lo concibe como algo superior, sometiéndose a él. La alienación supone la pérdida de sí mismo, la renuncia a su propia naturaleza en favor de un ser ajeno. El ser humano se convierte en algo extraño para sí mismo, en un ser alienado.
La Alienación en Marx
La Alienación en Marx. Marx extiende la noción de alienación (que Feuerbach restringía al ámbito religioso) a todas las esferas de la actividad humana, empezando por la producción de bienes. Producir significa transformar la naturaleza, modificarla deliberadamente. El trabajo es el concepto fundamental para entender al ser humano. El trabajo, como actividad productiva libre, expresa la humanidad, la verdadera naturaleza del ser humano. En la sociedad industrial, el trabajador no controla el producto de su trabajo; no le pertenece, convirtiéndose en algo extraño, ajeno al trabajador. Su actividad transformadora no le pertenece, deviene propiedad de "otro".
El trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como con un objeto extraño. En la medida en que el producto se convierte en mercancía, el trabajo objetivado en él también es tratado como mercancía. El sujeto productor, cuya actividad está objetivada en la cosa, en el objeto producido, se ve sometido a un proceso de reificación, de cosificación, mediante el que termina por ser considerado simplemente como cosa, como mercancía.
Para Marx y Engels, la característica principal de la naturaleza humana es el trabajo. En el capitalismo, el trabajo pasó a ser una maldición para el obrero, en lugar de una necesidad o fuente de alegría para la autorrealización. El trabajo se convierte en una actividad alienada y alienante. El capitalista, con la apropiación del producto, se apropia de la actividad de los demás, resultando para ellos una actividad enajenada, alienada. El objeto producido se vuelve contra su creador. El amor y la confianza mutua son reemplazados por el comercio y el intercambio de mercancías. Los seres humanos no reconocen en el otro una naturaleza humana común: ven a los otros como instrumentos para satisfacer sus intereses egoístas.
La explotación del trabajador se produce por partida doble: el capitalista se apropia de la materia prima, los medios de producción y la plusvalía producida por el trabajador; pero también lo explota como mercancía, considerándolo un mero apéndice de la maquinaria. En esta segunda forma de explotación, el trabajador pierde autonomía personal y la posibilidad de encontrar satisfacción en el trabajo.
Además de la alienación económica, derivan otras formas de alienación: social (división en clases), política (división entre "sociedad civil" y "Estado"), religiosa y filosófica, que buscan justificar la situación real de miseria. La eficacia de la explotación capitalista descansa sobre la noción de legitimidad: presentarse ante las conciencias de los explotados como moralmente justificables.
La ideología es una forma de ver el mundo que satisface los intereses de los explotadores. Es una falsa conciencia, una representación inadecuada de la realidad para que los explotados consideren naturales e inevitables sus condiciones de vida. La ideología culmina el proceso de alienación.
Materialismo Dialéctico
El materialismo dialéctico (cuya presentación se debe más a Engels que a Marx) critica el idealismo hegeliano. Desde el materialismo histórico (expresión científica de su pensamiento), se opone al idealismo y al mecanicismo. El materialismo dialéctico considera que no existe realidad fundamental más que la materia; pero la materia no es inerte, sino dinámica, una lucha de contrarios (la contradicción es la esencia de la realidad, como para Hegel). Se expresa en el movimiento dialéctico. El idealismo hegeliano afirma un final feliz de la historia, una reconciliación de la realidad consigo misma en el Espíritu Absoluto. El materialismo dialéctico conserva la dialéctica hegeliana para explicar el movimiento en la naturaleza.
Formas de Conciencia
Se distinguen cuatro formas de conciencia:
- Conciencia de sí (conocimiento de nuestro propio ser)
- Conciencia psicológica (conocimiento de nuestra identidad)
- Conciencia de clase (conocimiento de los intereses del grupo social)
- Conciencia social (creencias y costumbres asumidas)
La relación entre materia y conciencia plantea problemas. La conciencia es un producto, una manifestación de la materia, inseparable de ella.
Leyes de la Dialéctica
- Ley de la unidad y lucha de contrarios
- Ley de transición de la cantidad a la cualidad
- Ley de negación de la negación
Este desarrollo se dirige hacia formas más completas e integradoras de la realidad.
Materialismo Histórico
Materialismo Histórico. Si el materialismo dialéctico es la expresión "filosófica" del pensamiento de Marx y Engels, el materialismo histórico es su expresión científica. La sociedad y su historia, concebidas como resultado de la actividad productiva del ser humano, encuentran en tal actividad un elemento objetivo, material y mensurable, del que se pueden extraer leyes científicas.
Su obra cumbre, "El Capital", resume el pensamiento de Marx. Marx afirma que las relaciones de producción son independientes de la voluntad de los seres humanos, y el modo en que los seres humanos producen la vida material condiciona el proceso social, político y espiritual de la vida.
El Modo de Producción
A cada formación social corresponde un modo de producir socialmente los bienes necesarios para la existencia, un modo de producción (estructura productiva). Constituye la base sobre la que se asientan los elementos jurídico-políticos e ideológicos (superestructura). El modo de producción es el resultado de la síntesis de tres elementos estructurales:
- Estructura económica (fuerzas productivas y relaciones de producción)
- Superestructura jurídico-política (instrumentos de control social y político)
- Superestructura ideológica (justificación del orden establecido mediante una falsa conciencia)
Ambas superestructuras están condicionadas por la estructura económica de la sociedad.
Estructura Económica
- Fuerzas productivas (materia prima, actividad del trabajador, medios de trabajo)
- Relaciones de producción (técnicas y sociales)
Las relaciones técnicas derivan de la relación entre el agente productivo y el control que posee sobre el proceso de trabajo. Las relaciones sociales derivan de la clasificación de propietarios y no propietarios de los medios de producción. La relación de dominación es explotador-explotado. Para Marx, esta relación es típica de las sociedades clasistas (esclavista, feudal y capitalista).
Las relaciones de producción favorecen inicialmente el desarrollo de las fuerzas productivas; pero, a medida que se desarrollan, entran en contradicción, provocando una revolución social que sustituye las viejas relaciones de producción por otras nuevas. Tales contradicciones, y su resolución, constituyen el elemento configurador de la sociedad y el motor de la historia.
Marx realizó un análisis económico fundamental de la sociedad moderna: la forma de la mercancía, su valor, el capital y la producción de la riqueza. Lo que define la sociedad capitalista no es el intercambio de mercancías, sino su producción a gran escala (la gran industria). Marx empieza con un análisis de la "mercancía" y su "valor", distinguiendo entre "valor de uso" y "valor de cambio". El valor de uso difiere en cualidad y el valor de cambio en cantidad. Una mercancía debe tener valores de uso para poder ser intercambiada. El valor es generado por el trabajo (trabajo materializado). Si el trabajador cobrase el equivalente del valor realmente producido, no existiría ganancia para el empresario. Pero éste trata la fuerza de trabajo como una mercancía más y no remunera al trabajador con el valor producido, sino con el costo de la fuerza de trabajo, apropiándose del resto del valor producido.
En la sociedad capitalista, el proletario está obligado a vender su fuerza de trabajo. El capitalista invierte una cantidad D en maquinaria, materias primas y fuerza de trabajo. ¿Qué permite que el capital genere valor (plusvalía)? La "mercancía fuerza de trabajo" produce más valor del que es pagado en el salario. El capital genera valor porque es una acumulación de fuerza de trabajo no pagada. Esta es la base de la explotación capitalista.
En las sociedades preindustriales, el intercambio se rige por la fórmula M-D-M (mercancía-dinero-mercancía). En la sociedad capitalista, responde a la fórmula D-M-D' (dinero-mercancía-dinero aumentado). El dinero se convierte en fetiche, pasando de ser un medio de intercambio a un fin en sí mismo.
Superestructura Jurídico-Política
La superestructura jurídico-política está formada por normas, leyes, instituciones y formas de poder político que, condicionadas por la infraestructura productiva, ordenan y controlan el funcionamiento de la actividad productiva. Las formas del Estado no son la realización del Espíritu Absoluto de Hegel, sino instrumentos a través de los cuales las clases dominantes ejercen su poder. Lejos de ser garantes de la realización humana y la libertad, se convierten en agentes de represión y sometimiento, de alienación, esclavitud y desarraigo.
Superestructura Ideológica
El término se usa con el significado de "falsa conciencia", aplicado a sistemas filosóficos, jurídicos, políticos y religiosos, en la medida en que considera que no se basan en la realidad, sino en ilusiones sobre la realidad. Las ideologías desvirtúan la realidad y se presentan como sistemas de justificación de la misma realidad que desvirtúan. La superestructura ideológica la constituyen las ideas, creencias, costumbres, etc., con las que se justifica la "naturalidad" y "legitimidad" del modo de producción del que derivan y cuya realidad social enmascaran.
La superestructura jurídico-política e ideológica está condicionada por la estructura económica. Marx y Engels entablan una lucha social, política e ideológica contra el modo de producción capitalista, una revolución social. Las clases sociales derivan de la división social del trabajo impuesta por la estructura económica. En la lucha de clases, encontramos el terreno propicio para la interacción. En el capitalismo, la lucha de clases se da entre la burguesía y el proletariado. El proletariado está sometido a los elementos ideológicos, sin conciencia de su situación real. El desarrollo de una conciencia de clase le librará del dominio de la ideología y le llevará a reivindicar el fin de la alienación y de la explotación en el trabajo.
El Opio del Pueblo
"La religión es el opio del pueblo". La comparación de la religión con el opio no es original de Marx. En Marx, la crítica de la religión, más que una defensa del ateísmo materialista, es la crítica de la sociedad que hace necesaria a la religión para reafirmar la estructura económica existente. Según Marx, "a medida que crece el socialismo, la religión desaparecerá". Culmina en la doctrina de que "la crítica del cielo se transforma así en crítica de la tierra" y "el hombre sea lo más alto para el hombre".
Los Modos de Producción Históricos
Según Marx, a lo largo de la historia se han sucedido varios modos de producción que son los auténticos determinantes de la evolución. Esa evolución histórica, de la que son protagonistas los seres humanos en su actividad cotidiana, partiría del comunismo tribal primitivo y, pasando por el modo de producción antiguo y el feudal, llegaría al modo de producción capitalista.
- Modo de producción tribal (comunismo primitivo)
- Modo de producción asiático
- Modo de producción antiguo (esclavista)
- Modo de producción feudal
- Modo de producción capitalista
El capitalismo deberá dejar paso al modo de producción socialista, siguiendo la dialéctica de la historia, por la que la humanidad recuperará, superándolo, el modo de producción del comunismo primitivo. El modo de producción socialista se basa en un régimen de propiedad colectiva, lo que supone la abolición de la propiedad privada de los medios de producción.
Propuesta de Marx: El Paso del Capitalismo al Comunismo
En la sociedad capitalista, hay dos grandes grupos: la burguesía y el proletariado. La acción de la burguesía ha derivado en la esclavitud y la alienación del hombre, obligado a vender su trabajo como una mercancía más. El proletariado solo puede sobrevivir si se adapta a ese trabajo. Pero este desarrollo del capitalismo ha llegado a su apogeo, a su punto crítico. Solo falta que el proletariado tome conciencia de su poder y se organice políticamente.
El final al que se dirige la historia es la desaparición de las clases y la instauración del comunismo, pasando previamente por un periodo transitorio (el socialismo) en el que el proletariado asume el poder de forma centralizada. En el comunismo, la sociedad será la dueña de las fuerzas productivas, no existirá la división de clases ni explotación, y desaparecerá la alienación. El individuo se convertirá en un ser social en asociación con el resto y en plena comunión con la naturaleza. Será un sistema en el que todos los individuos podrán participar en condiciones de igualdad. La solución a la alienación solo se resolverá con la revolución socialista. El capitalismo es una forma histórica que tendrá un final, como ocurrió con las anteriores formas de producción.
El comunismo será el estadio posterior a la revolución. Marx elaboró su sistema filosófico (socialismo científico) para orientar la emancipación social de los trabajadores. El instrumento para eliminar la propiedad privada de los medios de producción es la lucha de clases.
La lucha de clases supone:
- La aceptación de intereses comunes de los trabajadores.
- La necesidad de actuar unidos en un partido obrero internacional.
Este partido único tomará el poder, sustituyendo el Estado, cuando triunfe el proletariado y se establezca la "democracia verdadera" del pueblo, para poner los medios de producción en manos del proletariado.
Marx establece un programa de medidas políticas para llevar a la práctica esta revolución (expuesto en el Manifiesto del partido comunista):
- Expropiación de la propiedad territorial.
- Impuesto fuertemente progresivo.
- Abolición de la herencia.
- Confiscación de la propiedad de los emigrados y rebeldes.
- Centralización del crédito en manos del Estado.
- Centralización de los medios de transporte.
- Multiplicación de las manufacturas nacionales.
- Trabajo obligatorio para todos.
- Combinación del trabajo agrícola y el industrial.
- Educación pública y gratuita.
Finalmente, Marx insiste en la superación del trabajo impuesto y la organización del trabajo de una manera racional y digna, como forma de acceder a la auténtica libertad.