La Alhambra de Granada y el Esplendor del Arte Nazarí

La Torre del Oro y el Arte Hispanomusulmán

Un ejemplo emblemático, aunque anterior al periodo nazarí, es la Torre del Oro de Sevilla. En el siglo XVIII, se le añadió un remate cilíndrico con sombrerete. Originalmente, su cuerpo inferior estaba revestido de cerámicas con reflejos metálicos, decoración que perduró hasta el año 1552. Esta ornamentación brillante fue la que originó su nombre en árabe, Burj al-dhahab, que significa 'Torre del Oro'. Sin embargo, existen registros de que su decoración se completaba con pinturas, posiblemente estucos coloreados al fresco.

La Alhambra de Granada: Joya del Arte Nazarí

El arte nazarí constituye la última y más refinada fase del arte hispanomusulmán, representando una vuelta a la tradición ornamental islámica. Granada, gobernada desde el siglo XIII por la dinastía de los Banu al-Ahmar (nazaríes), se asienta sobre una colina que históricamente sirvió de fortaleza. Es en este lugar donde se erige la Alhambra, obra cumbre de la arquitectura civil nazarí.

Este complejo está integrado por un conjunto de dependencias y estancias que le confieren su carácter de palacio-fortaleza, concebido como residencia de los monarcas y de los altos funcionarios de la corte.

Estructura y Acceso a la Ciudad Palatina

La riqueza que se respiraba en la Granada del siglo XIV y el exquisito refinamiento de sus habitantes convirtieron a la ciudad en un paraíso terrenal. La Alhambra queda envuelta por una robusta muralla, con accesos estratégicamente difíciles. Para entrar, es necesario franquear puertas monumentales como la Puerta de la Justicia y la Puerta de las Armas. En el extremo que mira hacia la vega, se sitúa la imponente Torre de la Vela.

Dentro del recinto fortificado se distinguen varios espacios clave, como la sala de audiencias o Mexuar y el Patio Dorado, que alberga la fachada principal del Palacio de Comares, de carácter monumental.

Los Palacios Nazaríes

El Palacio de Comares

Construido a mediados del siglo XIV por Yusuf I, el Palacio de Comares era el centro de la vida política y pública. Acoge instalaciones de gran relevancia:

• El Salón del Trono (o Salón de los Embajadores).
• El Patio de los Arrayanes, con una alberca central que refleja la arquitectura y el cielo, destacando el papel fundamental del agua en todo el complejo.
• Los baños (hammam).

Varios oratorios completan el conjunto, ya que la Alhambra carece de una mezquita principal.

El Palacio de los Leones

Perpendicular al Palacio de Comares se halla el Palacio de los Leones, que representa la esfera privada del monarca. Data de la segunda mitad del siglo XIV y fue levantado durante el reinado de Mohamed V. Sus estancias más célebres incluyen:

• El Patio de los Leones: de gran traza rectangular, con su icónica fuente y pabellones sostenidos por esbeltas columnas de mármol.
• La Sala de los Abencerrajes.
• La Sala de los Reyes.
• La Sala de las Dos Hermanas.
• El Mirador de Daraxa.

Muchas de estas salas se cubren con deslumbrantes cúpulas decoradas con mocárabes (un elemento decorativo singular a base de prismas colgantes que asemejan estalactitas), a menudo con surtidores de agua en el centro que añaden sonido y frescor.

El Generalife: La Residencia de Verano

Frente a la Alhambra, los emires granadinos edificaron su residencia veraniega, el Generalife. De este palacio destacan sus magníficos estanques y jardines, enmarcados por una arquitectura más austera que, no obstante, emula el estilo de la Alhambra.

Añadidos Posteriores y Riqueza Decorativa

El Palacio de Carlos V

Ya en el siglo XVI, tras la conquista cristiana, se construyó en el corazón del complejo el Palacio de Carlos V, una imponente obra renacentista del arquitecto Pedro Machuca que contrasta fuertemente con la delicadeza de la arquitectura nazarí.

La Decoración: El Arte de Vestir la Arquitectura

La gran riqueza y variedad decorativa de la Alhambra es especialmente notable dado el predominio de materiales humildes en su construcción, como la mampostería (obra que consiste en unir piedras irregulares con mortero de cal), el ladrillo y la madera. El lujo no reside en el material, sino en cómo se trabaja. Destacan varios elementos ornamentales:

• El alicatado: Mosaicos de piezas cerámicas que cubren zócalos, suelos y paramentos, muy difundido a partir del siglo XIII.
• Los mocárabes: Ya mencionados, muy difundidos en la decoración de bóvedas, arcos y capiteles.
• El ataurique: Relieves de yeso con motivos vegetales estilizados y entrelazados que cubren grandes superficies.
• La epigrafía: Inscripciones cúficas y cursivas que reproducen en los muros hermosos poemas de la literatura árabe y alabanzas a Dios.

Elementos Arquitectónicos Característicos

La arquitectura de la Alhambra presenta una singular variedad de elementos constructivos y decorativos:

• Arcos: Se utiliza una gran diversidad de arcos, entre los que destacan los de medio punto peraltado (sobreelevados), los polilobulados y los de herradura.
• Columnas: Son muy características sus columnas de fuste cilíndrico y muy delgado, lo que les ha valido la denominación de "columnas de galgo" por su esbeltez. Su capitel, conocido como capitel de avispero o de mocárabes, está formado por dos cuerpos: un cilindro decorado sobre el que se asienta un cubo con ataurique, precedidos por varios collarinos (anillas) en la base.

Integración con la Naturaleza

Gran importancia tiene la incorporación de elementos naturales como el agua y la vegetación, que se funden maravillosamente en el conjunto arquitectónico. Son muy frecuentes las albercas y fuentes tanto en patios como en el interior de las salas, aportando frescor, sonido y reflejos. Mediante estos elementos se logra un espacio abierto y fluido que diluye la separación drástica entre el interior y el exterior.

Finalmente, la Alhambra se integra a la perfección en el paisaje granadino, formando un conjunto de inigualable belleza gracias al contraste entre el color rojizo de sus murallas y torres (de ahí su nombre, al-Ḥamrāʼ, 'la Roja') y la frondosa vegetación que la envuelve.