Alhambra de Granada: Arquitectura Nazarí y Palacios Emblemáticos

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La Alhambra de Granada: Un Legado Nazarí

El ejemplo más característico del periodo nazarí es la Alhambra de Granada, un referente de la arquitectura musulmana. Este conjunto palatino y amurallado trasciende lo hispano-musulmán. Es importante destacar que la Alhambra sufrió varios siglos de deterioro y tardó en ser admirada como ejemplo arquitectónico hasta que un escritor, Washington Irving, la puso en valor en su obra "Cuentos de la Alhambra".

Esta obra arquitectónica no es una construcción unitaria, sino la suma de varias construcciones y reformas. No se caracteriza por grandes espacios, sino por sus detalles y rincones. La distinción entre exterior e interior es ambigua; los olores, el agua, el color y las plantas forman un concepto de arquitectura que ofrece una experiencia sensitiva completa. El único material constructivo es el mármol de los fustes; el resto se cubre con cerámica vidriada y yeserías muy ornamentadas.

Los Palacios Nazaríes

Los palacios nazaríes se componen de tres construcciones fundamentales:

  • El Mexuar
  • El Palacio de Comares
  • El Palacio de los Leones

El Mexuar

Dentro del Mexuar, destaca la sala del Mexuar, la más antigua y restaurada. Consta de cuatro delgadas columnas que soportan un techo, en cuyo centro existía una linterna de madera tallada. El Cuarto Dorado era la sala de espera para aquellos que iban a ser recibidos. Su elemento más característico es el techo artesonado de madera, restaurado en la época de los Reyes Católicos. Un pórtico con vistas al Patio del Mexuar, el más pequeño, cuenta con una fuente casi a ras del suelo dentro de una taza de mármol gallonada. En dicha fachada se aprecia un típico alzado de la Alhambra: zócalo cerámico, parte ciega decorada con yeserías y alero de madera como coronamiento.

El Palacio de Comares: Patio de los Arrayanes y Salón de Embajadores

Tras atravesar la puerta del Patio del Mexuar, se llega al Patio de los Arrayanes. De planta rectangular, presenta un estanque que crea un efecto espejo en su eje vertical, con setos a cada lado. De su frente sur solo queda la fachada porticada, ya que el resto fue destruido por Carlos V. Al norte, mediante una galería simétrica, se accede a la Sala de la Barca.

A esta sala se entra a través de un arco de mocárabes, a través del pórtico del Patio de los Arrayanes. Sobre dicho arco se sitúan tres ventanas con celosía. Esta sala funcionaba como vestíbulo y está cubierta con un techo de madera tallada con pechinas, y en ambos extremos se sitúan alcobas. Finalmente, tras pasar esta sala, se llega al Salón de los Embajadores, atravesando un grueso muro. El salón funcionaba como lugar de recepción y salón del trono del sultán. En sus lados se abren tres alcobas que hacen de miradores hacia el exterior. Destaca el techo de madera, con planos a distinta inclinación, que simula un cielo estrellado.

El Palacio de los Leones

El último lugar, tras atravesar el Patio de los Arrayanes, es el Patio de los Leones. En su centro se encuentra la fuente que le da nombre, apoyada sobre doce leones de piedra. Los cuarteles que quedan entre las albercas han pasado por distintos estados, y hoy día son de mármol.

Al norte del patio se encuentra la Sala de las Dos Hermanas, con dos alcobas en los laterales y una gran bóveda de mocárabes sobre un tambor que la eleva, con numerosos huecos. También al norte de esta sala se encuentra un pequeño mirador, llamado de Lindaraja, abierto en tres de sus lados. Está cubierto con una estructura de madera y vidrios, y perdió las vistas con las construcciones posteriores.

Al este del Patio de los Leones está la Sala de los Reyes, probablemente usada para reuniones y festines. Consta de siete tramos cubiertos con bóvedas de mocárabes, separados por arcos, también de mocárabes. Al fondo de dicha estancia aparecen otras siete alcobas con techos pintados. Las representaciones figurativas son un ejemplo de las influencias cristianas.

Finalmente, al sur del Patio de los Leones, se encuentra la Sala de los Abencerrajes. Cuenta la leyenda que 36 caballeros del linaje de los Abencerrajes fueron asesinados allí, y que los puntos de color rojo en la fuente son sangre humana. En su centro existe una fuente que refleja la bóveda estrellada.

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