La Alegoría de la Caverna de Platón: Fundamentos de su Filosofía y Legado
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La Alegoría de la Caverna: Un Pilar de la Filosofía Platónica
Este fragmento forma parte del pasaje con el que comienza el Libro VII de la República de Platón, conocido como el Mito de la Caverna. Se trata de una profunda metáfora sobre la educación necesaria para el desarrollo óptimo de cada individuo y para la formación de sabios capaces de convertirse en futuros gobernantes. En él se resumen el Símil de la Línea Dividida y el Símil del Sol, conceptos didácticos centrales de la filosofía platónica que aparecen antes en el Libro VI.
Este es, sin duda, el mito más famoso de la historia de la filosofía, donde se describe el proceso humano de descubrimiento de la verdad en sus diferentes etapas. Por último, Platón desvela las claves interpretativas de la alegoría: su relación con los grados de realidad y los grados de conocimiento, así como sus implicaciones éticas y políticas.
La Idea del Bien: Cima de la Realidad y el Conocimiento
Platón recapitula lo que ya expuso en el Libro Sexto: la Idea del Bien es la cima de todo lo que existe, pues es la causa de toda excelencia. En el mundo sensible, ha generado la luz y el sol, mientras que en el inteligible es responsable de la existencia de la verdad y de la inteligencia. Es preciso conocer la Idea del Bien para obrar con sabiduría.
Podemos hablar, pues, de una triple función de la Idea del Bien:
- ONTOLOGÍA: Es la realidad suprema que es causa de las Ideas y, por tanto, del mundo sensible.
- EPISTEMOLOGÍA: Es la causa de la inteligibilidad de las Ideas y del mundo sensible.
- ÉTICA Y POLÍTICA: Solo quien logra su conocimiento puede ser buena persona y buen gobernante.
Platón frente a los Sofistas: Educación, Moral y Valores Absolutos
Platón nos ofrece una alternativa a la visión de la educación de los sofistas, a quienes hace responsables de los males de la vida política ateniense y de la degradación de la educación moral. Platón se opondrá radicalmente a la filosofía de los sofistas, cuyo relativismo y escepticismo condujeron al vaciamiento del contenido de los conceptos morales y políticos.
Frente al relativismo moral de los sofistas, Platón recoge la convicción socrática de que los conceptos morales pueden ser fijados racionalmente. Platón cree en la existencia de valores absolutos e inmutables. Concluyó que estos valores se encontraban en el mundo inteligible, atribuyéndoles así el estatuto de Ideas.
El Camino hacia el Conocimiento: La Dialéctica Platónica
Esta realidad objetiva puede llegar a conocerse si aplicamos el método adecuado: la dialéctica. Solo se consigue a través de un largo proceso que tiene su inicio en la caverna con la visión de las sombras proyectadas o imágenes; continúa con la percepción de los objetos sensibles; se accede al exterior de la caverna, donde, en un primer momento, conoceremos los entes matemáticos que nos preparan para la captación intelectual de las Ideas y, finalmente, con la visión directa de la Idea del Bien.
La tarea del filósofo consistiría en el conocimiento de las Ideas y de sus relaciones, y en la aprehensión intelectual de la Idea del Bien, permitiendo llevar una vida buena a los individuos. Platón defiende que el remedio de los males de la sociedad consistiría en la reforma de la educación moral, creando para ello un marco político adecuado: el gobierno de los sabios.
Platón y Parménides: Convergencias y Divergencias Ontológicas
Platón comparte con Parménides el principio ontológico de conservación: "Lo que existe no puede haber comenzado ni puede dejar de existir". El Ser de Parménides, al igual que las Ideas de Platón, son eternas. Pero mientras Parménides es monista, Platón es pluralista dentro de un dualismo cosmológico: existen dos mundos, el sensible y el inteligible.
Ambos distinguen entre los sentidos y la razón, reconociendo en la razón la capacidad de conocer la verdad frente a la apariencia, que es lo que percibimos con los sentidos. Coinciden los dos en que el objeto del conocimiento debe ser estable, eterno y único. Afirman que el Ser se identifica con el Pensar.
Hay algunas diferencias entre ambos:
- La apariencia queda inexplicada en Parménides, mientras que en Platón queda "salvada" al ser considerada una copia imperfecta.
- Parménides entiende el No-Ser en sentido absoluto, y Platón admite un sentido relativo del No-Ser: ser una cosa, pero no ser otra.
- Parménides mantiene el monismo homogéneo; Platón afirma un pluralismo heterogéneo.
- Parménides solo admite un mundo físico; Platón, un mundo ideal, inmaterial o metafísico.