Alberto Durero y otros maestros del Renacimiento alemán
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El Arte del Renacimiento Alemán
Alberto Durero: Maestro del Grabado y la Pintura
Tanto protestantes como católicos comprendieron el poder de las imágenes como herramienta de propaganda, utilizándolas ampliamente tanto en pintura como, sobre todo, en el grabado, un medio más económico y fácil de difundir. Alberto Durero, nacido en Nuremberg, se inició en las artes, especialmente en la técnica del grabado. Hombre culto e interesado por el conocimiento en todas sus facetas, Durero viajó por diversas ciudades alemanas y visitó Italia en dos ocasiones.
El contacto de Durero con Venecia fue crucial para la difusión del Renacimiento fuera de Italia. Además de los pintores venecianos, le influyeron las obras de Leonardo y Mantegna, así como los estudios italianos sobre la proporción y la perspectiva. Estas experiencias enriquecieron su obra, que abarcó más de setenta pinturas al óleo, cerca de mil dibujos y acuarelas, cien grabados en cobre y más de doscientas cincuenta xilografías (grabados sobre madera).
Entre sus obras más destacadas se encuentran Melancolía I y El caballero, la muerte y el diablo. También realizó quince grabados en madera sobre el Apocalipsis, tema que trasladó a la pintura. En el cuadro de Adán y Eva del Museo del Prado, los cuerpos alargados y las formas suaves muestran la influencia veneciana. Además de obras religiosas como la Adoración de la Trinidad, Durero sobresalió en el retrato, un tema renacentista por excelencia, autorretratándose en numerosas ocasiones, como en el Autorretrato con pelliza.
Siguiendo el ejemplo de muchos artistas italianos, Durero también fue teórico del arte, autor de tratados como El libro de las Medidas.
Otros Maestros del Renacimiento Alemán
Matthias Grünewald
Matthias Grünewald es el pintor alemán que mejor refleja una espiritualidad desgarrada con influencias del tardogótico. Su Retablo de Iseheim, con la impactante escena de la Crucifixión en sus tablas exteriores, es una de las representaciones más impresionantes y patéticas del tema. En un paisaje desolador, San Juan y las Santas Mujeres lloran con desesperación a un Cristo deformado por el dolor. Símbolo de la religiosidad alemana, esta obra inspiró a numerosos artistas posteriores, incluyendo a algunos pintores del Expresionismo alemán.
Lucas Cranach el Viejo
Lucas Cranach el Viejo se caracteriza por una pintura amable y una visión serena de la realidad, donde el desnudo femenino adquiere protagonismo. Interesado por los temas mitológicos, destaca su obra Apolo y Diana.
Hans Holbein el Joven
Hans Holbein el Joven fue un gran retratista. Sus obras incluyen retratos de Erasmo de Rotterdam, Enrique VIII de Inglaterra y, especialmente, Los embajadores franceses, una obra con un carácter simbólico y una célebre anamorfosis de una calavera que invita a la reflexión sobre la vida y la muerte.