El Albatros y el Lector: Símbolos de Elevación y Condena en Baudelaire

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Español

Escrito el en español con un tamaño de 6,14 KB

El Albatros

Pertenece a “Spleen e Ideal”

Título: emblemático: adelanta el contenido del texto; simbólico: símbolo del ave.

El título anticipa la figura central del texto lírico, que en este caso es el ave, destacado e individualizado por el artículo “el”. El símbolo del “albatros” manifiesta la influencia del simbolismo (movimiento literario) del que Baudelaire se considera padre o gestor.

La peculiaridad del ave radica en que sugiere libertad, pero también sus colores, síntesis del blanco y el negro, delatan esa sumativa o acumulación del poeta como un ser celestial y maldito. También nos da su ubicación espacial, es un ave propia de los mares, y su antigüedad como especie se asocia a ese rol del poeta que ha existido desde siempre.

Primer cuarteto

Se encuentra encabezado por la expresión “por divertirse”, esto pauta la actitud o el carácter que a lo largo del texto mantendrán las figuras de los marineros.

Los marineros aparecen en antítesis con el albatros; su perfil rústico, agresivo, intenta asimilarse con el comportamiento de la sociedad. Por su parte, el ave reproduce una idea de libertad y elevación que no solo se diferencia con los anteriores, sino que además provoca violencia.

Los primeros cuatro versos constituyen una introducción de lo que se detallará en las estrofas siguientes: el espacio es el vasto mar y los marineros, al igual que el albatros, se encuentran perteneciendo al mismo. Por ello, el poema expresa “indolentes compañeros de ruta” o “la nave que en amargos abismos se desliza”. La influencia romántica aparece en estos versos cuando se manifiesta que tanto el poeta como el resto de la humanidad forman parte de un mundo amargo e incomprensible que determina los accionares correspondientes.

Segunda estrofa o cuarteto

Comienza a desenvolver la situación del albatros en cubierta. Ya capturado, se produce una antítesis con su situación pretérita o pasada y el presente; pasan de ser “el rey del azul” a convertirse en desdichado y vergonzoso. La grandeza, la perfección y el sueño dado por el símbolo del azul desaparecen y dan lugar a la molestia que genera entre los marineros. Los versos finales del cuarteto sintetizan la idea baudelaireana sobre el poeta como un ser maldito: arrastrar sus alas, su belleza es una carga y una tortura para la realidad que le toca vivir.

Tercera estrofa o anteúltima

Está pautada por los signos de exclamación que le otorgan emotividad y a su vez refleja el grado de empatía del autor para con los albatros. Se continúa proyectando una antítesis entre la belleza que tenía en el cielo y lo risible o carente de estética que se configura en su presente frente a los marineros. Los dos versos finales de esta estrofa plantean una puja o una lucha entre lo utilitario, lo pragmático y lo espiritual o verbal. La violencia es la única herramienta válida para los marineros frente al albatros; la metonimia (parte por el todo) del “pico” representa el poder del poeta: su arma es la palabra y ella es la que intenta ser callada.

Cuarta estrofa o final

Revela el símbolo abandonado, la expresión albatros, para directamente exponer a la figura del poeta; este es adjetivado como “el señor de las nubes” y a su vez se lo introduce bajo el uso de la mayúscula. Ambos aspectos apuntan al valor de superioridad o exaltación del mismo, aunque cabe señalar que su dominio está en las nubes o en la imaginación. La característica netamente romántica aparece en la expresión “habita en la tormenta”: “el romanticismo es el hijo del tormento del mundo”.

A pesar del caos personal o social, ríe del arquero, o sea, de la violencia.

Para finalizar, otra característica del romanticismo se proyecta mediante los abucheos, la incomprensión y, sobre todo, la capacidad de encontrar una patria en la tierra.


Epígrafe para un libro condenado

Para: preposición

Estructura externa: en el verso original (soneto clásico: versos endecasílabos, versos de arte mayor)

Distinto del soneto en inglés (única estrofa de 14 versos, métrica regular)

Rima: consonante, encadenada

Título: emblemático (adelanta el tópico central: el libro y sus características)

“Epígrafe…” sentencia o cita que induce o está en consonancia con el contenido del libro.

Destinatario específico, incorporado por la preposición “para”.

“Un” numeral: individualiza, marca su valor cuantitativo.

Condenado: determina el campo semántico del sustantivo

  • inmodificable – incambiable
  • lo no admisible que merece censura

Condenado porque es un libro saturnal, orgiástico.

Lo censurable es el carácter del libro y lo inmodificable es el rol del lector.

Primera estrofa

Focalización inicial en la figura del lector: eje del poema.

Presenta un destinatario específico que en este caso es la figura del lector. Elemento primordial o significativo para el estudio de una estética de la recepción: el lector determina el contenido de la obra e incluso sin él no existe esta última.

Los adjetivos del lector se encuentran en antítesis con los adjetivos del libro; mientras el primero se proyecta inconsciente (dormido) y mesurado, el segundo (el libro) manifiesta aspectos netamente románticos, pero a su vez incorporan el componente “maléfico” u oscuro propio de la literatura de Baudelaire.

El comienzo de la segunda estrofa está pautado por un condicional “si” que introduce una realidad hipotética, posible.

El yo lírico o poemático adopta una actitud imperativa u orden donde exige requisitos a ese lector para lograr comprender el libro y apropiarse de él como un lector constructor; nuevamente la teoría de la recepción, donde el lector determina el mensaje y frente a la ausencia de herramientas pueden malinterpretarlo o no comprenderlo. Aquí el requisito fundamental es conocer lo más oscuro o instintivo que se asocia a la figura de Satanás.

Entradas relacionadas: