Aislamiento acústico y térmico en la construcción: Normativa chilena y materiales
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1. Índice de reducción acústica y nivel de presión acústica de impacto
La normativa acústica chilena establece un índice de reducción acústica mínima de 45 dB(A) y un nivel de presión acústica de impacto normalizado máximo de 75 dB. A continuación, se explica en qué consisten estos conceptos y cuál es su objetivo:
Índice de reducción acústica
El índice de reducción acústica es una medida que indica la capacidad de un elemento constructivo para atenuar el sonido. Se define como la diferencia de niveles sonoros entre el recinto de emisión y el recinto de recepción, corregida por la relación entre el área del elemento constructivo ensayado y el área equivalente del recinto receptor. En términos simples, mide cuántos decibeles se reducen al pasar el sonido a través de un elemento constructivo, como una pared o una ventana.
Nivel de presión acústica de impacto
El nivel de presión acústica de impacto se refiere al ruido generado por impactos, como pisadas o golpes, en una estructura. Se define como el nivel de presión de ruido de impacto ajustado mediante un término de corrección dado por el cociente entre la absorción equivalente del recinto receptor y el área de absorción equivalente de referencia. En otras palabras, mide el nivel de ruido que se transmite a través de la estructura de un edificio debido a impactos.
2. Validación de la materialidad de una solución térmica
Para validar la materialidad de una solución térmica de acuerdo con la reglamentación vigente en Chile, se deben seguir los siguientes pasos:
- Consultar la normativa: Revisar los valores de transmitancia térmica (U) y resistencia térmica (R) especificados en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) para la zona geográfica donde se ubica el proyecto.
- Obtener datos del proveedor: Solicitar al proveedor de los materiales los valores de conductividad térmica (λ) y espesor (e) de cada material que compone la solución constructiva.
- Calcular la resistencia térmica (R) de cada material: Utilizar la fórmula R = e / λ, donde "e" es el espesor en metros y "λ" es la conductividad térmica en W/mK.
- Calcular la resistencia térmica total (Rt): Sumar las resistencias térmicas de cada material, incluyendo las resistencias superficiales interior (Rsi) y exterior (Rse), según lo indicado en la normativa.
- Calcular la transmitancia térmica (U): Utilizar la fórmula U = 1 / Rt.
- Comparar con los valores normativos: Verificar que la transmitancia térmica (U) calculada sea menor o igual al valor máximo permitido por la OGUC para la zona correspondiente, y que la resistencia térmica total (Rt) sea mayor o igual al valor mínimo exigido.
Conocer la transmitancia y la resistencia térmica de cada zona permite seleccionar los materiales adecuados para lograr el confort térmico y la eficiencia energética en una edificación.
3. Materiales intumescentes e ignífugos
Materiales ignífugos
Los revestimientos ignífugos son tratamientos que se aplican a diferentes partes de una construcción para mejorar su resistencia al fuego. Su función principal es evitar la propagación del fuego. Según las normativas, un material ignífugo debe tener una reacción al fuego clasificada como M-1, lo que significa que es un material combustible, pero no inflamable. En resumen, un material ignífugo no se enciende fácilmente al estar en contacto con el fuego.
Materiales intumescentes
La intumescencia es la propiedad de ciertos materiales de aumentar su volumen y expandirse al ser expuestos a altas temperaturas. Cuando el calor alcanza un rango de temperatura específico, estos materiales se transforman en una masa espumosa que retarda o anula el avance de la combustión. Un material intumescente se activa con el calor, expandiéndose para formar una barrera protectora que limita la propagación del fuego.