El Agotamiento del Franquismo: Crisis Política y Económica (1973-1975)
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La Crisis Final del Franquismo (1973-1975)
Desde principios de los años 70 hasta la muerte de Franco, el franquismo estuvo condicionado por el aumento de la conflictividad social, la ampliación de la oposición democrática y las tensiones internas del régimen. A estos problemas se añadió el inicio de una grave crisis económica derivada del aumento del precio del petróleo y un conflicto internacional en la colonia del Sáhara.
El Ámbito Político y la Fractura Interna
En junio de 1973, Franco nombró al almirante Carrero Blanco, su mano derecha, presidente del Gobierno, convirtiéndolo en la persona clave para preservar el régimen tras su muerte. Estos planes quedaron truncados cuando Carrero Blanco fue asesinado por ETA en un atentado ese mismo diciembre.
Desde ese momento, se vivió una fractura interna entre quienes deseaban la permanencia del régimen a toda costa, aunque fuese aumentando la represión, los inmovilistas o el “búnker” (mandos militares, viejos falangistas y políticos de extrema derecha), y quienes apuntaban hacia la necesidad de un cambio progresivo creando nuevas asociaciones políticas, los aperturistas.
En 1974, el nuevo Gobierno de Arias Navarro pretendía unir a inmovilistas y aperturistas en el llamado “Espíritu del 12 de febrero”. Pero esta iniciativa no convenció a ninguna de las familias, y mucho menos a la oposición. Ante la ausencia de auténticas reformas, los ministros aperturistas salieron del Gobierno y Arias Navarro se decantó por el inmovilismo.
El Agotamiento Económico y la Crisis del Petróleo de 1973
A nivel económico, la crisis mundial del petróleo de 1973 evidenció las debilidades y el agotamiento del desarrollismo. Entre ellas destacan:
- La dependencia energética y de la tecnología exterior.
- La ineficacia de la empresa pública.
- La rigidez institucional.
- Los desequilibrios regionales.
La inflación y el paro, incrementado por el retorno de emigrantes, no dejaron de aumentar, y agravaron aún más la estabilidad del régimen.
Incremento de la Conflictividad Social y la Oposición
Desde 1973 tuvo lugar un extraordinario incremento de la conflictividad social y de la contestación política. Las huelgas se multiplicaban y el régimen solo supo responder con la represión.
El Distanciamiento de la Iglesia
El distanciamiento de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II se acentuaba con Enrique Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal, quien exigió libertades políticas y sindicales, y con Añoveros, obispo de Bilbao, y sus duras críticas al régimen.
Organización de la Oposición Política
La oposición política se organizó en dos grandes plataformas:
- La Junta Democrática de España, impulsada por el PCE.
- La Plataforma de Convergencia Democrática, dirigida por el PSOE.
Ambos organismos proponían la formación de un gobierno provisional que implantase un régimen democrático, elecciones libres y una amplia amnistía. En esos años se produjo también un recrudecimiento de la violencia, tanto de ETA como del FRAP y el GRAPO. En respuesta, el gobierno de Arias Navarro paralizó toda reforma democrática e intensificó la represión.
El Desenlace de 1975: Represión y el Sáhara
En 1975, los acontecimientos se precipitaron. Varios miembros de ETA y FRAP fueron juzgados y doce condenados a muerte. Las presiones extranjeras y las peticiones internas redujeron a cinco las ejecuciones. Este acto de represión generó una condena europea generalizada, manifestada en la retirada de embajadores europeos.
En el Sáhara español aumentaba la tensión por la amenaza de Hassan II de Marruecos de lanzar una invasión popular sobre el territorio si Madrid no cedía la colonia. Esta finalmente tuvo lugar el 6 de noviembre y se conoce como la “Marcha Verde”.
El 18 de noviembre se firmó el Acuerdo Tripartito de Madrid, que significó su entrega a Marruecos y Mauritania, violando el compromiso y mandato de la ONU, que había encargado a España la tutela del Sáhara hasta su independencia, y originando uno de los principales conflictos sin resolver aún hoy.
La Muerte de Franco y el Inicio de la Transición
El 20 de noviembre, Franco moría con la idea de haber dejado todo preparado para que su sucesor, Juan Carlos I, continuase con el régimen manteniendo sus principios. Sin embargo, el franquismo estaba abocado a desaparecer, pues nadie concebía un franquismo sin Franco.
A nivel interno, las tensiones del propio régimen, el crecimiento de la oposición política y la actuación y pretensiones del rey apuntaban a un proceso de transformación a todos los niveles del Estado español. De este modo, comenzaba el periodo de la Transición (1975-1982) a la democracia en España.