Agentes Extintores de Incendios: Usos, Limitaciones y Clasificación Esencial
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Limitaciones en el Uso de Espumas Extintoras
- En incendios de tipo eléctrico, la espuma puede ser peligrosa debido a su conductividad, especialmente en aplicaciones manuales. Aunque algunas instalaciones automáticas pueden mitigar este riesgo, la espuma no es el agente extintor ideal para este tipo de fuegos.
- Debido a la incompatibilidad de ciertos espumógenos con algunos polvos extintores, puede producirse la descomposición de la espuma cuando se aplican simultáneamente, especialmente en presencia de obstáculos que sobresalen de las superficies del líquido en llamas.
- En incendios de gases presurizados (butano, propano, etc.), la espuma no es eficaz debido a la gran capacidad de evaporación y posterior inflamación de estos combustibles.
- Sobre líquidos muy reactivos que reaccionan violentamente con el agua o metales que reaccionan violentamente con el agua (como el sodio y el potasio).
- En fuegos de derrames de líquidos en movimiento (vertidos), se podrían utilizar espumas con polvo extintor compatible; o bien, sería necesario esperar a lograr el confinamiento del combustible para que la aplicación exclusiva de la espuma sea eficaz en la extinción.
Clasificación de Agentes Extintores
Agua
Es el agente extintor más abundante, antiguo y económico de los actualmente en uso. Extingue el fuego principalmente por enfriamiento y puede ser utilizada en forma de chorro o finamente pulverizada (neblina). El agua a chorro solo debe emplearse en fuegos de Clase A.
El agua pulverizada puede emplearse en fuegos de Clase A y en fuegos de Clase B cuando se trate de líquidos combustibles pesados (como fuel-oil, gas-oil, etc.). Nunca debe emplearse agua para extinguir fuegos de Clase E (fuegos eléctricos), ya que existe peligro de electrocución.
Dióxido de Carbono (CO₂)
También conocido como nieve carbónica o CO₂. Es un gas inerte más pesado que el aire, por lo que se utiliza como agente de sofocación en incendios. Es eficaz para fuegos producidos por líquidos inflamables. Su mayor aplicación se encuentra en fuegos de tipo eléctrico (Clase E) por no ser conductor y no dejar residuos.
Espuma
Hay dos tipos de espuma: la química y la física (mecánica o de aire).
Espuma Química
La espuma química se forma por la mezcla de una solución ácida en otra básica. Al mezclarse íntimamente, ambas soluciones reaccionan, produciéndose dióxido de carbono, con el consiguiente aumento de presión que impulsa la espuma extintora. Apaga el fuego por sofocación. Este tipo de espuma presenta los inconvenientes de atacar los metales, ser conductora de la electricidad y disolverse en los alcoholes, por lo que su uso es obsoleto en la actualidad.
Espuma Física (Mecánica o de Aire)
La espuma física es una masa de burbujas unidas entre sí por un estabilizador, que se aplica en forma de manta sobre los líquidos en combustión, impidiendo o apagando el fuego por sofocación.
La espuma es eficaz para combatir fuegos de Clase B, con la salvedad de los hidrocarburos solubles en agua (como alcoholes, acetona, etc.). También es efectiva en fuegos de Clase A, permitiendo que el manto formado actúe durante un tiempo considerable.
Agentes Halogenados (Halones)
Los compuestos halogenados o halones son agentes extintores que actúan en la extinción de fuegos como paralizadores de la reacción en cadena. Son eficaces contra fuegos de Clase E y son aceptables para fuegos de Clase A y Clase B.
La utilización de estos compuestos como agentes extintores tiende a desaparecer. En sustitución de los halones, se usan otros productos como el FM200.