Adquisición de Conceptos y Comprensión del Tiempo en el Ámbito Educativo

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Fundamentos de los Contenidos Conceptuales y la Percepción del Tiempo

Los conceptos se forman a partir de la clasificación de propiedades a las que se les da un nombre. La conceptualización implica clasificar todos los elementos que son comunes (características intensivas) o diferentes (características extensivas).

La organización del aprendizaje infantil implica facilitar la asimilación de conceptos. Los conceptos se adquieren a partir de construcciones elaboradas desde la experiencia, también denominadas nociones. La teorización de las nociones da origen a los conceptos.

Coll (1987) distinguía dentro de los contenidos conceptuales los hechos, los principios y los conceptos:

  • Un hecho es, según la RAE, "cosa que sucede". Piaget define este tipo de contenidos como observables referidos a sus propiedades, acciones o eventos, pero interpretados y revestidos de significado. Por ejemplo, el número 476 puede ser un año, una dirección, la altura de una montaña, etc.
  • Un principio es un enunciado que relaciona los cambios que se producen en un objeto, suceso o situación con los cambios que se producen en otro objeto, sujeto o situación (Luis del Carmen, 1996: 111). El principio relaciona causa y efecto.
  • Un concepto designa la regularidad de un conjunto de objetos, sucesos, situaciones o símbolos. Los conceptos son más significativos en la medida en que incrementan su relación con otros conceptos. Pueden ser:
    • Empíricos, cuando se hallan estrechamente ligados a la experiencia directa.
    • Abstractos.

Objetivos Generales en el Aprendizaje del Tiempo

Los objetivos generales en el aprendizaje del tiempo a lo largo de la escolaridad obligatoria y postobligatoria buscan consolidar las competencias referidas a:

  • Tiempo cronológico: En primer lugar, es fundamental enseñar y aprender lo referente a la civilización y al calendario occidental para, en un segundo momento, abordar la relatividad de la cronología (el "año uno" depende de cada civilización).
  • Tiempo histórico: Se construye en el alumnado paralelamente al cronológico, que le sirve de apoyo cognitivo. Proponemos su construcción a partir de la sucesión de eras y periodizaciones (inicialmente una, y más adelante, diversas que se superpongan atendiendo a criterios variados: políticos, sociales, económicos, culturales y/o artísticos).
  • Tiempo primordial/mítico: Basado en las narraciones del Génesis bíblico y en los relatos cosmogónicos y antropogónicos de la mitología clásica. Además de construir una base para el imaginario occidental posterior, estimula la imaginación en el sentido que nos ha aportado K. Egan y aprovecha una de las dimensiones presentes en los niños a partir de los 5 años, según las investigaciones de A. Calvani.
  • Tiempo de sucesión: Implica la construcción progresiva de duraciones (cortas, medias y a largo plazo), la presentación progresiva de simultaneidades cada vez más complejas (¿Qué pasaba en América durante la Baja Edad Media en Europa?) y, en último lugar, la presentación y estudio de ritmos históricos (largas duraciones y momentos de cambios precipitados).

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