Acuicultura y Desarrollo Industrial en España

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Acuicultura en España

Destaca la producción de rodaballo, lubina, dorada, trucha y salmón. El 70% de la producción de rodaballo se realiza en criaderos, piscifactorías o bateas. Otros productos, aunque menos representativos, son el semicultivo o engorde de peces en estero, como el atún rojo.

  • Acuicultura en aguas dulces: se centra en la producción de trucha arco iris. Otros cultivos serían la astacicultura (cría de crustáceos), como el cangrejo rojo americano en las marismas del Guadalquivir.

Las empresas dedicadas a la acuicultura influyen indirectamente en empresas dedicadas a la fabricación de piensos compuestos. La producción acuícola tiene una importante repercusión en la industria conservera de moluscos y pescado.

El desarrollo de la acuicultura aportará en el futuro una alternativa importante, aunque presenta inconvenientes como las grandes inversiones iniciales y la necesidad de personal técnico muy cualificado.

La acuicultura en Andalucía ha evolucionado mucho. Las principales especies son: lubina, trucha, esturión, langostino y anguila.

La Industria en España

Contexto Histórico

La industrialización española fue un proceso discontinuo y tardío. España enfrentó problemas como su situación periférica, la insuficiencia energética (carbón), la escasez de recursos tecnológicos y humanos, una mentalidad predominantemente rural que limitó la inversión en el sector, una burguesía escasa y poco emprendedora, y la ausencia de un mercado interior sólido.

Junto a la industria siderúrgica vasca y textil catalana, uno de los logros más importantes fue el desarrollo de una amplia red ferroviaria, comenzando con el tramo Barcelona-Mataró (1848), con capital principalmente francés.

La Ley de Ferrocarriles (1855) impulsó la expansión de la red española al servicio de la explotación minera. La Ley de Bases de la Minería se inició durante el Bienio Progresista (1854-1856) y se promulgó en 1868.

La industrialización española avanzó lentamente bajo el proteccionismo y con discontinuidades. En el primer tercio del siglo XX, la industria española se benefició del comercio derivado de la Primera Guerra Mundial.

La productividad industrial mejoró y se impulsó la construcción de obras públicas, especialmente carreteras, durante la dictadura de Primo de Rivera, lo que fue fundamental para la conexión del mercado interior y el crecimiento de la demanda.

La Guerra Civil truncó la fase expansiva de la industria española. Tras su fin, se tuvo que afrontar la reconstrucción, la recuperación económica y la implementación de una política industrial para resolver las graves carencias del momento. El Instituto Nacional de Industria (INI) contribuyó a la mejora de la industria española, que encontró cierto alivio a partir de las negociaciones con Estados Unidos y el ingreso en la ONU (1955).

Aun así, el modelo industrial presentaba graves deficiencias. A partir de 1959, se impulsó el desarrollo industrial y económico siguiendo las directrices del Plan de Estabilización. El período entre 1959 y 1975 supuso un crecimiento económico sin precedentes. El Estado implementó Planes de Desarrollo y una política regional basada en polos de desarrollo y promoción, como el polo químico de Huelva. El PIB alcanzó un índice de crecimiento anual en torno al 7%.

Crisis y Transformación

La crisis de la industria tradicional tuvo causas externas e internas:

  • Externas: encarecimiento del petróleo, globalización, aumento de la competitividad, nuevos países industriales y nuevas tecnologías.
  • Internas: dependencia energética y tecnológica, endeudamiento, el ocaso del franquismo y la transición democrática, y la disminución de las inversiones extranjeras.

La respuesta a la crisis fue la reestructuración de la industria. En 1984 se adoptaron medidas en dos direcciones: reconversión de sectores industriales y reindustrialización de las zonas más afectadas.

En la industria existen dos sectores:

  1. Tradicional, maduro o regresivo: Polígonos industriales.
  2. Moderno: Industrias puntas (High Tech), Parques tecnológicos o tecnópolis.

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