El Acueducto de Segovia: Historia, Ingeniería y Arte Romano
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El Acueducto de Segovia: Un Legado de Ingeniería Romana
El acueducto es un edificio de carácter civil, una obra pública. Es una de las grandes obras de ingeniería romana en Hispania que recoge el agua del manantial de Fuenfría, en la sierra de Guadarrama, a 18 km de Segovia.
Es, pues, una canalización artificial construida para transportar agua, primero de forma subterránea y luego sobre una arquería doble al entrar en la ciudad, adaptándose a las exigencias del terreno.
De este modo, una obra funcional adquiere un fuerte carácter propagandístico, mostrando el poder de Roma frente a los pueblos conquistados, en este caso en Hispania.
Responde a los principios vitruvianos de venustas (belleza estética), firmitas (solidez) y utilitas (funcionalidad).
Materiales de Construcción
El acueducto está realizado en granito, en cantería de perpiaños (opus quadratum) toscamente cortados y colocados a hueso (sin argamasa que los una). La canal superior -specus- se realiza en cachotería -opus incertum- y hormigón –opus caementicium, una mezcla de cal, arena y piedra-, revestida interiormente de opus signinum, añadiendo ladrillo picado al hormigón, para impermeabilizarla.
Distribución y Alzado
Como en cualquier otro acueducto, fue preciso llevar a cabo un estudio minucioso del terreno que permita escoger el trazado más adecuado a fin de obtener una pendiente suave y sostenida, de modo que el agua circule con regularidad (sin mucha velocidad y sin atascarse) y no sea preciso alargar en exceso el recorrido.
El acueducto de Segovia discurre al descubierto inicialmente, donde se entierra hasta llegar a un primer filtro de arena (turris aquae). Desde ese punto, la canal se eleva sobre un muro (parte de la conducción está hoy perdida) que desemboca en un segundo depósito de decantación. De este segundo depósito sale la conducción elevada que es conocida en todo el mundo. Esta parte del acueducto que se encuentra en la misma ciudad salva un barranco de más de 28 m, lo que obligó a elevar la canal del agua hasta una altura considerable.
Para lograrlo y mantener la estabilidad, emplean doble arcada superpuesta de arcos de medio punto sobre pilares de base rectangular y con un volumen que disminuye con la altura.
La arquería inferior apea en gruesos pilares, fuertemente cimentados, de distinta altura para superar el desnivel del barranco y conseguir en lo alto la línea recta. Los tramos verticales van marcados por líneas de impostas que sobresalen en cornisa y sirven de apoyo al siguiente tramo.
La arcada superior repite el esquema de la inferior, a menor escala. Pilares de un solo tramo sustentan los arcos de medio punto, volviendo a rematar en cornisa sobre la que se dispone la canal en forma de U, oculta tras un ático corrido. Ya que la adaptación al terreno la hace la parte inferior, este cuerpo, cuya función es transportar el agua, mantiene siempre la misma altura, si bien la canal discurre con la ligera pendiente precisa para que circule el agua.
Desde el punto de vista artístico, crearon una estética particular a partir de la combinación de muro y hueco, de macizo y vano, de línea curva y recta que hace parecer ligera una obra de gran peso, de la mezcla arcos y dinteles que conjuga lo dinámico y lo estático, de verticalidad contrarrestada por la horizontalidad, de composición rítmica entre elementos sustentantes y sustentados, todo lo cual hace que una obra en principio meramente utilitaria se erija en una de las mejores muestras del arte romano en Hispania.
El acueducto de Segovia es un claro ejemplo de la unión del sistema adintelado y del abovedado. Donde el adintelado sería la conducción en forma de U, mientras que el resto son los arcos.
El diseño recuerda los arcos de triunfo, lo que subraya la idea de monumentalidad y del poder del Imperio. En el pilar central pervive un nicho destinado a acoger la imagen de alguna divinidad (Hércules posiblemente) y sobre los tres pilares de mayor altura en un sotobanco enmarcado por molduras iría la inscripción conmemorativa, probablemente en letras de bronce, hoy queda el espacio vacío.
Conclusión
En su larga historia, el acueducto sufrió algunas remodelaciones, la más importante en el siglo XV, con los Reyes Católicos, pero en esencia sigue el modelo primitivo, ya que tan solo se sustituyeron unos pocos perpiaños deteriorados y se reconstruyeron las arcadas que presentaban serios daños. La contaminación fue uno de los mayores problemas de conservación del monumento; hasta 1992 los vehículos circulaban por debajo de la construcción.