Actos Voluntarios y Reflejos: Homeostasis y Control de la Insulina

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Actos Voluntarios y Reflejos: Una Visión Detallada

Actos Voluntarios

Los actos voluntarios son acciones conscientes y controladas de forma voluntaria.

En un acto voluntario, las áreas sensitivas de la corteza cerebral reciben estímulos de los receptores sensitivos. A través de conexiones nerviosas, las áreas motoras, situadas en otras zonas del cerebro, reciben la información de las áreas sensitivas, la procesan y elaboran la respuesta de forma consciente y voluntaria.

Actos Reflejos

Los actos reflejos son respuestas rápidas y automáticas ante estímulos que no implican un control voluntario.

Un ejemplo de acto reflejo sería retirar la mano de un objeto muy caliente, la tos, etc.

En los actos reflejos, las órdenes son elaboradas por neuronas motoras de la médula espinal sin el control de la corteza cerebral y, por ello, se ejecutan involuntariamente.

Los actos reflejos se llevan a cabo mediante una estructura nerviosa llamada arco reflejo, en la que intervienen los siguientes elementos:

  • Un receptor sensible al estímulo.
  • Una neurona sensitiva que lleva el impulso nervioso desde el receptor hacia la médula.
  • Una neurona de asociación situada en la médula, que pone en contacto la neurona sensitiva con la motora.
  • Un músculo efector que lleva a cabo la respuesta.

La Corteza Cerebral

En la corteza cerebral se localizan áreas sensitivas donde se reciben los impulsos procedentes de los distintos órganos de los sentidos a través de neuronas sensitivas. En estas áreas, los impulsos se traducen en sensaciones. Realmente vemos, oímos y sentimos en el cerebro.

La destrucción de alguna zona sensitiva se traduciría en la insensibilidad de esa zona del cuerpo.

Asimismo, en la corteza cerebral existen áreas motoras encargadas de producir estímulos nerviosos. Estos estímulos son conducidos por medio de neuronas motoras hacia los órganos efectores, que son los responsables de llevar a cabo la respuesta.

La destrucción de alguna área motora implica la parálisis de los órganos controlados por esta.

Homeostasis: Equilibrio Interno

Nuestro organismo está formado por numerosos sistemas entre los cuales se produce un intercambio permanente de materia y energía. Para el buen funcionamiento de estos distintos sistemas, es necesario que nuestro cuerpo cuente con mecanismos que ayuden a un control eficiente de ellos.

Se denomina Homeostasis al equilibrio perfecto que se produce entre los distintos sistemas y que hace posible que las distintas sustancias que se desplazan por las membranas puedan ingresar o salir del sistema. Lo más importante para el buen funcionamiento de nuestro organismo es permanecer en homeostasis, puesto que el desequilibrio que se puede producir en uno de ellos inmediatamente repercute a los demás.

Los procesos de Homeostasis que tienen lugar en nuestro cuerpo hacen posible la buena salud de este, haciendo que trabajen de forma óptima, teniendo como sistemas coordinadores e integradores al endocrino y al nervioso.

Debemos señalar dos tipos de mecanismo de homeostasis: la Osmorregulación y la retroalimentación.

Control de la Secreción de Insulina

Cuando las concentraciones de glucosa en sangre (70-110 mg por cada dl o 100 ml) aumentan más de dos a tres veces de lo normal, se incrementa diez veces la secreción de insulina en un plazo de tres a cinco minutos. Luego de quince minutos aproximadamente, la secreción de insulina aumenta aún más, no solamente por la descarga de insulina preformada, sino también por nueva hormona sintetizada por algún sistema enzimático.

Así como la insulina aumenta con gran rapidez frente al incremento de la glucemia, se comporta igualmente rápida en su descenso cuando los niveles de glucosa en sangre retornan a sus valores normales.

Los aminoácidos también ejercen estimulación sobre la secreción de insulina, pero de manera muy diferente a como lo hace la glucosa. Sin embargo, cuando se administran conjuntamente aminoácidos y glucosa, puede incrementarse aún más la secreción de la hormona.

Existen también otros factores que estimulan la secreción de insulina, tales como las hormonas gastrointestinales (gastrina, secretina, colecistocinina, péptido gástrico inhibidor), ya que mientras se van ingiriendo los alimentos, estas hormonas producen una descarga "anticipatoria" de insulina a manera de preparación para los nutrientes que van a ser absorbidos.

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