Actividad Física y Bienestar Juvenil: Claves para la Salud Integral y el Éxito Académico

Enviado por Chuletator online y clasificado en Psicología y Sociología

Escrito el en español con un tamaño de 5,35 KB

La Actividad Física: Un Pilar para la Salud Integral y el Bienestar Juvenil

Beneficios Multifacéticos de la Actividad Física

Actualmente, se sabe que la actividad física influye positivamente en la salud de las personas en diversas dimensiones. Por una parte, el ámbito físico y su vinculación con la calidad de vida, al desarrollarse sistemas del cuerpo humano como el cardiovascular, neuromuscular y locomotor, por mencionar algunos. Por otro lado, las consecuencias sociales, afectivas y cognitivas de la mantención de los hábitos de movimiento, en particular en los jóvenes que aducen tener menos tiempo a medida que los estudios pasan a abarcar en mayor medida su quehacer.

Impacto en la Prevención y Manejo de Enfermedades Crónicas

Las enfermedades crónicas no transmisibles y su relación con la actividad física también han sido ampliamente estudiadas en la población. Estas patologías se ven reducidas tanto en su aparición, por el carácter preventivo que ejerce la actividad física, como por el efecto de aminoramiento en quienes ya padecen un deterioro funcional. Cabe citar, dentro de estas enfermedades, la hipertensión arterial, la obesidad, las dislipidemias, la diabetes mellitus tipo II, la osteoporosis, entre otras. No solo se convierten en causas de muerte primarias, sino que también generan un aumento del costo sanitario y otras consecuencias de carácter social que deterioran la calidad de vida tanto de quienes las padecen como de quienes los rodean.

Superando el Sedentarismo: El Rol del Deporte y la Adhesión

Lamentablemente, la prevalencia de actividad física disminuye a medida que avanza la edad en las personas. Las estrategias que generen adhesión a programas de ejercicio —es decir, aquel movimiento planificado e intencionado que pretenda objetivos concretos, idealmente para toda una vida y no para temporalidades estrechas— resultan complejas. No obstante, el comportamiento sedentario puede ser enfrentado con enfoques que apelen a conductas motrices vinculadas a la superación personal y a la relación entre individuos que compartan intereses similares. El deporte se convierte entonces en una vía conducente a la generación de hábitos que promueven el desarrollo de conductas saludables.

Actividad Física y Rendimiento Académico: Una Conexión Vital

Considerando todos los beneficios ya citados, se añade uno particularmente atractivo para los jóvenes. Si bien la relación entre actividad física y rendimiento académico presenta resultados diversos, puede establecerse que algunas variables que circundan tal vínculo se ven mejoradas. Cabe nombrar, por ejemplo, el fomento de la integración y la autoconfianza, que derivan en disminuciones de los niveles de ansiedad y depresión. Esto, eventualmente, constituye un elemento potencial influyente en la mejoría del rendimiento académico, pudiendo deberse tanto a una mejor organización del tiempo como a factores neurotróficos que, gracias al deporte o la actividad física sostenidos, permiten mejorar o mantener la plasticidad cerebral.

Recomendaciones Clave para la Práctica de Actividad Física

Otro punto a considerar es la intensidad y el tiempo que pueden implicar beneficios para la salud y el desempeño académico. Las recomendaciones se centran en que, en lo posible, se realicen actividades de intensidad vigorosa (las propias de varios deportes de equipo, por ejemplo) al menos 75 minutos a la semana, o bien, el doble de ese tiempo con esfuerzos moderados. También, como componente a integrar para alcanzar estos beneficios, es importante el trabajo muscular para desarrollar la fuerza, lo cual requiere una guía más precisa desde la prescripción de los ejercicios, por lo que se recomienda la consulta a un especialista.

La Importancia de Combatir el Sedentarismo y Fomentar Hábitos Duraderos

Finalmente, es necesario comprender que no es suficiente realizar deporte y cumplir con las recomendaciones en cuanto a cantidad e intensidad. El comportamiento sedentario, referente a la inactividad, también resulta relevante exponerlo, pues se condice con lo negativo que resulta la carencia de movimiento a lo largo del día. Basta con observarnos un momento para darnos cuenta de que nuestro cuerpo está estructurado para el movimiento y que, a medida que se genere el hábito de actividad (por ejemplo, deportiva), será más complicado abandonar aquella práctica, con las consecuencias positivas ya comentadas.

Entradas relacionadas: