Acidificación Oceánica y Protocolo de Kioto: Desafíos y Soluciones Climáticas
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Acidificación de los Océanos: Impacto y Consecuencias
Los océanos son grandes depositarios de CO2. Se estima que el océano Atlántico contiene 55.000 millones de toneladas de CO2. A lo largo de la historia geológica de la Tierra, cuando el CO2 aumentaba en la atmósfera, acababa disolviéndose en los océanos. Si la concentración de CO2 disminuía en la atmósfera, pasaba CO2 de los océanos a esta. Por tanto, los océanos han servido para regular el nivel de CO2.
En los océanos de la Tierra, el pH ha disminuido de 8.2 a 8.1. La disminución de una décima en el pH supone un aumento de un 26% en la concentración de hidrogeniones, lo cual tiene importantísimas consecuencias para la vida marina. Este importante aumento de la concentración de hidrogeniones tiene repercusiones sobre el fitoplancton y este, a su vez, sobre el zooplancton, repercutiendo en toda la cadena alimenticia.
Se estima que los mares captan aproximadamente un tercio de los gases emitidos por el uso de combustibles fósiles. Cada año, esta cifra alcanza los 8.000 millones de toneladas de dióxido de carbono. La acidificación del océano produce una reducción de la cantidad de iones carbonato en el agua. Muchos animales marinos necesitan iones carbonato para el carbonato cálcico, indispensable en la formación de esqueletos y conchas. Esto afectará su desarrollo y su capacidad de reproducción, llegando a suponer un peligro para sus poblaciones.
Especies Marinas Amenazadas por la Acidificación
Entre las especies más inminentemente amenazadas están:
- Corales
- Cangrejos
- Langostas
- Almejas
- Ostras
La disminución de especies menos conocidas, como los pterópodos (pequeños caracoles marinos), tiene un efecto importante a niveles más altos de la cadena alimentaria. Los pterópodos son una importante fuente de alimentación para muchos tipos de peces, ballenas y pájaros de las regiones polares y subpolares. También son preocupantes los efectos en los corales, ya de por sí altamente sensibles al entorno, puesto que un cuarto de todas las especies marinas depende de los arrecifes de coral como refugio.
Protocolo de Kioto: Un Compromiso Global contra el Cambio Climático
Es un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases que causan el calentamiento global:
- Dióxido de carbono (CO2)
- Gas metano (CH4)
- Óxido nitroso (N2O)
Además de tres gases industriales fluorados:
- Hidrofluorocarbonos (HFCs)
- Perfluorocarbonos (PFCs)
- Hexafluoruro de azufre (SF6)
El objetivo es una reducción de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación con las emisiones del año 1990. Si las emisiones de estos gases en el año 1990 alcanzaban el 100%, para el año 2012 deberán haberse reducido como mínimo al 95%. Es preciso señalar que esto no significa que cada país deba reducir sus emisiones de gases regulados un 5% como mínimo, sino que este es un porcentaje a nivel global y, por el contrario, cada país obligado por Kioto tiene sus propios porcentajes de emisión que debe disminuir.
El protocolo fue adoptado el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón, pero no entró en vigor hasta el 16 de febrero de 2005. El 11 de diciembre de 1997, los países industrializados se comprometieron en Kioto a ejecutar un conjunto de medidas para reducir los gases de efecto invernadero. Los gobiernos de dichos países pactaron reducir al menos un 5% las emisiones contaminantes entre 2008 y 2012. El objetivo principal es disminuir el cambio climático cuya base es el efecto invernadero.