Abstracción Geométrica y Biomorfismo: Dos Corrientes del Arte del Siglo XX

Abstracción Geométrica

Contexto Histórico (1910-1920)

La abstracción geométrica es una forma de arte abstracto que surgió en la década de 1910, basada en el uso de formas geométricas simples combinadas en composiciones subjetivas sobre espacios irreales. Nació como una reacción frente al excesivo subjetivismo de los artistas plásticos de épocas anteriores, en un intento de distanciarse de lo puramente emocional. El discurso crítico de estos artistas se complementa con una exaltación exacerbada de las dos dimensiones, en contraposición al esfuerzo de la mayoría de los movimientos anteriores por tratar de representar una realidad tridimensional.

Las investigaciones geométricas, asociadas al rigor matemático y a la simplificación de la forma, orientaron una significativa parte del arte abstracto del siglo XX. Las primeras realizaciones de esta vertiente del arte abstracto se remontan a las vanguardias europeas de las décadas de 1910 y 1920.

Características de la Abstracción Geométrica

La abstracción geométrica se caracteriza por la organización de la obra a través de la razón, la lógica y el cálculo. Forma y color revelan equilibrio y unidad. Sus elementos fundamentales, ya sea en escultura, pintura, arquitectura, muebles o tipografía, son formas geométricas puras y colores planos.

La abstracción geométrica es:

• Intelectual
• Estructural
• Rectilínea
• Austera
• Serena
• Ordenada

Biomorfismo

El biomorfismo es un movimiento artístico que comenzó en el siglo XX. El término fue acuñado por Alfred Barr en 1936. El arte biomorfista se centra en el poder de la vida natural y utiliza formas orgánicas, con notas y formas vagamente esféricas que evocan la biología. El biomorfismo tiene conexiones con el surrealismo y el modernismo.

La galería en línea Tate, en su artículo sobre el biomorfismo, especifica que, si bien estas formas son abstractas, "se refieren o evocan formas de vida". El artículo continúa mencionando a Joan Miró, Jean Arp, Henry Moore y Barbara Hepworth como ejemplos de artistas cuyas obras representan el uso de la forma biomórfica. Las pinturas de Yves Tanguy y Roberto Matta también se citan a menudo como ejemplos de la utilización de formas biomórficas.

El biomorfismo también se observa en el diseño industrial moderno, como en el trabajo de Alvar Aalto. En la actualidad, el efecto de la influencia de la naturaleza es menos evidente: en lugar de objetos diseñados que luzcan exactamente como la forma natural, se utilizan solamente características y matices que nos recuerdan a la naturaleza.

Durante y después del período de la Segunda Guerra Mundial, los paisajes de Yves Tanguy se hicieron más desiertos y plagados de guerra, lo que se ha interpretado como un retrato psicológico de la guerra en Europa.

El surrealismo eleva la magia y el proceso de transformación de la metamorfosis y la hibridación. El uso de la metamorfosis a través de Picasso influenció el surrealismo en la década de 1920, y apareció tanto en la materia como en el procedimiento en la pintura de Leonora Carrington y en las obras automáticas más abstractas de André Masson.