El 3 de Mayo de Goya: Horror y Heroísmo en la Guerra de la Independencia
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Los fusilamientos del 3 de mayo: Un grito contra la barbarie
Este gran cuadro fue un encargo de la regencia. La larga vida de Goya lo convirtió en testigo excepcional de algunos acontecimientos decisivos en la historia de España: la Guerra de la Independencia, librada por el pueblo español contra los ejércitos franceses de Napoleón Bonaparte. Goya se sintió profundamente afectado por estos trágicos acontecimientos y quiso plasmar en su obra el horror y el rechazo ante la sinrazón y la brutalidad de la guerra. Goya se hacía eco del ideario liberal al exaltar la reacción heroica del pueblo español contra el ejército francés.
Los terribles acontecimientos tuvieron lugar los días 2 y 3 de mayo de 1808 en Madrid. Los cuadros no agradaron al absolutismo ni tampoco al liberalismo, por lo que estuvieron más de 40 años ocultos en los almacenes de un museo. Los nuevos aires progresistas y la exaltación del pueblo como protagonista de la Historia, los rescataron del olvido.
La obra representa la brutal represión que sucedió a la jornada de enfrentamientos en diversos lugares de Madrid el 2 de mayo. En la madrugada del día 3, todos aquellos madrileños que habían sido detenidos por los franceses fueron pasados por las armas. El lugar donde ocurrieron los fusilamientos era en lo alto de la Moncloa.
Un pelotón de fusilamiento, formado por anónimos soldados franceses cuyos rostros no vemos ya que están colocados de espaldas, se disponen a fusilar a los madrileños detenidos. Esto lo indican los fusiles preparados para disparar y la posición de las piernas. Una gran fila de detenidos corta los dos grupos de la composición. La escena se desarrolla por la noche y la iluminación intensamente dramática sobre los que van a morir procede de un gran farol situado en el suelo.
Goya lleva a cabo un profundo estudio de las distintas reacciones de los seres humanos ante la inminencia de la muerte. El fraile capuchino, arrodillado, se refugia en la oración y encomienda su alma a Dios. Otros desesperados se tapan los ojos. El centro de atención está en la figura del patriota madrileño con pantalón amarillo y camisa abierta blanca, que abre sus brazos en un gesto que supone una clara referencia a Cristo en la cruz. Su actitud denota valentía y arrogancia. En primer término y dramáticamente ensangrentados aparecen tendidos en el suelo algunos cadáveres.
La aplicación de los colores en manchas violentas, con predominio de ocres, negros y grises, refuerza el sentido dramático y nocturno del acontecimiento. También cabe destacar el cromatismo claro e intensamente iluminado del personaje central. Es un auténtico alegato contra la guerra.
Decoración en el Arte Islámico
Un rasgo típico es el enorme contraste que se produce entre la austeridad del exterior y la profusa decoración interior. Estos motivos se ajustan a ritmos compositivos definidos por la reiteración de un módulo hasta el infinito, una referencia a la infinidad de Alá, además también de un cierto horror vacui. En su afán de decorar las superficies, dotan de un complicado revestimiento que niega u oculta la auténtica estructura. Utilizan materiales reflectantes, reiteración de motivos y el contraste de texturas para esto.
La decoración es fundamental en el caso de la arquitectura, pues no se limita a recubrir superficies sino en la transformación del espacio. Este arte utiliza un número limitado de fórmulas básicas: la caligrafía, la geometría, motivos vegetales y figurativos. También recurre a la luz y el agua.
Tipos de Decoración Islámica
- Caligrafía: Formas del alfabeto árabe recogidas del Corán.
- Geométrica: Tomando como punto de partida el círculo dividido mediante polígonos regulares.
- Vegetal: Se halla en los roleos clásicos. Se obtienen así los atauriques, formados por un tallo vegetal que se divide regularmente originando otros tallos secundarios que pueden a su vez multiplicarse o reintegrarse en el vástago central. Crean efectos tridimensionales.
- Mocárabes: Consisten en alvéolos esféricos o prismáticos producidos por subdivisión o multiplicación de las trompas empleadas como elemento de tránsito entre una base cuadrada y una cubierta de arranque circular.
- El agua y la luz: El uso de materiales capaces de reflejar o refractar la luz hace que presenten una ornamentación cambiante y se intensifica cuando la luz se filtra a través de los motivos labrados en los estucos y de las celosías de la madera, yeso o mármol de las ventanas. También el agua, la presencia de estanques y fuentes, sirve para enfatizar los ejes compositivos, para relacionar ámbitos aparentemente inconexos o para modificar los espacios.