Las reformas de la II República
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La reforma educativa
La proclamación de la república supuso la oportunidad para hacer realidad los proyectos de renovación educativa impulsados por la institución libre de enseñanza pero también reivindicados desde el socialismo y el anarcosindicalismo. Para todos ellos en un país lastrado por el analfabetismo la regeneración pasaba por la educación
La reforma tuvo como centro la idea de la escuela unificada es decir laica obligatoria y gratuita. Para extender la cultura y la educación en las zonas rurales se pusieron en marcha las misiones pedagógicas.
La cuestión de la mujer
La constitución había establecido que ningún ciudadano podía ser objeto de discriminación por su sexo. Ello significó por primera vez en la historia de España la equiparación jurídica legal de hombres y mujeres.
En 1932 se aprobaron las leyes de matrimonio civil y divorcio
La otra gran cuestión fue el establecimiento del sufragio universal femenino.
Las reformas laborales
Se desarrolló una normativa sobre la duración de la jornada laboral el descanso dominical el trabajo de las mujeres y los niños y los seguros de desempleo y vejez. Pese a esto la conflictividad social no disminuyo, las intenciones del gobierno chocaron con la situación económica impuesta por la crisis de los años 30 que había provocado el crecimiento del desempleo así como las resistencias de los empresarios a colaborar en la implantación de las medidas. Además desde el anarquismo el partido comunista o las facciones más radicales del socialismo consideraba que el gobierno republicano no estaba realizando las reformas necesarias de su carácter burgués.
La crisis del gobierno reformista
La toma de decisiones concreta propició que florecieran las diferencias internas. La oposición al gobierno se planteaba desde los dos extremos ideológicos:
La derecha tras superar el colapso vivido con la proclamación de la república las fuerzas de derecha se reorganizaron. En 1932 quedó organizada la confederación española de derechas autónomas liderada por José María Gil Robles. Más a la derecha se encontraba dos grupos de carácter antiparlamentario y antirrepublicano: renovación española (dirigido por José Calvo Sotelo) y el partido resultante de la coalición entre la falange de José Antonio Primo de Rivera y la JONS de Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo de ideología fascista.
La izquierda capitalizada por la CNT los sucesos de casas viejas donde la ocupación de tierras por el campesinado desencadenó una feroz represión por parte de la guerra civil y la guardia de asalto. Supuso el golpe de gracia para el gobierno de Manuel Azaña pues mientras la izquierda censuró la dureza con la que se habían empleado las fuerzas de orden público la derecha acuso al gobierno de incapacidad para garantizar la paz social.