Comentario de texto histórico: Manifiesto de Primo de Rivera

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Manifiesto de Primo de Rivera.         

 Nos encontramos ante un manifiesto del General Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña en 1923, hombre destacado en los años anteriores por su colaboración en la represión del activismo obrero que desde 1917 asoló Barcelona. El texto es expositivo y argumentativo y llega a la nación a través de un bando publicado en la prensa, en este caso, la local de Barcelona. El autor expone sus objetivos, muy centrado en el tema político y en la resolución del drama marroquí. Este manifiesto data del 13 de septiembre de 1923.

 

Tras exponernos a quien va dirigido, el autor razona el porqué de la intervención, que justifica en tres alusiones. En último lugar el general expone sus intenciones para este gobierno.

El problema histórico a tratar en este texto es la sustitución traumática de una legalidad parlamentaria constitucional por un nuevo sistema político representado por la dictadura militar y personalista de Miguel Primo de Rivera.

 

Desastre del 98: Tras la pérdida de las últimas colonias de ultramar que le quedaban a España en 1898, aparecieron una serie de problemas que afectaron a la población española, tales como una auténtica crisis en la conciencia y una serie de consecuencias importantes. En primer lugar, las pérdidas humanas que se habían producido en las guerras, así como todos los que murieron de enfermedades infecciosas. Otras consecuencias fueron los perjuicios psicológicos y sociales, las pérdidas materiales, la crisis política y el desprestigio militar.

Directorio Militar: Está vigente desde 1923 hasta 1925. Primo de Rivera establece este Directorio que asumía todas las funciones del poder ejecutivo, convirtiéndose así en Jefe de Gobierno y único Ministro. Durante esta etapa, prohíbe que se hable otro idioma que no sea el castellano, así como los himnos y banderas catalanas y vascas. Para Primo de Rivera, el movimiento obrero y la delincuencia eran lo mismo, por lo que se dedicó a reprimirlo. También durante esta etapa se puso fin a la guerra de Marruecos.

Problema de Marruecos: Tras el reparto de África por las grandes potencias mundiales a España le tocó entre otras el Rif, por el cual suponía una disputa franco-española. En 1906, la Conferencia de Algeciras concedió a ambos países el protectorado conjunto sobre el sultanado. En 1909 comenzó un conflicto bélico, que duró más de 15 años. El primer encuentro contra las tropas de Marruecos fue en el Barranco del Lobo. En 1921, tuvo lugar la derrota de Annual donde murió el general Silvestre. Esta derrota hizo que la opinión pública viera la guerra como una sangría inútil y carísima. Finalmente, durante el Directorio Militar de Primo de Rivera, se puso fin a la guerra en 1926, tras haber ejecutado una acción conjunta franco-española, que produjo el desembarco de Alhucemas.

 

En 1917 el descontento era general. El alza de los precios y la escasez de alimentos contrastaban con el escándalo de las fortunas logradas. Submarinos alemanes hundieron mercantes españoles que suministraban a los aliados. A las críticas, el Gobierno respondió con la suspensión de las Cortes. En este año de 1917, tres grandes movimientos van a confluir en un mismo objetivo, derribar al Gobierno: el de los militares, el de los parlamentarios y el de los obreros. En junio estalló un enfrentamiento entre el Gobierno y el Ejército. Los “oficiales peninsulares” sentían malestar por la decisión del Gobierno de ascender rápido a los militares en Marruecos. Reaccionaron airadamente defendiendo sus reivindicaciones en las Juntas de Defensa. Con un manifiesto se daba al Gobierno un ultimátum. El nuevo gabinete conservador se plegó a las exigencias militares. Con un nuevo manifiesto más duro, exigían la “regeneración de la vida política”. En julio estalló una crisis parlamentaria reclamando la reapertura de las Cortes. Se decidió convocar una Asamblea Nacional de Parlamentarios para promover la reforma de la vida política. Se aprobó una moción pidiendo un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes.

El principal acontecimiento de la crisis fue la huelga general del mes de agosto.

Los sindicatos habían comenzado a organizarla en marzo, y el día 27 la UGT y la CNT publicaron el Manifiesto, en el que se declaraban partidarios de convocar una huelga general contra el Gobierno. Los preparativos se ultimaron en huelgas sectoriales y en el enfrentamiento de militares y parlamentarios contra el Gobierno. La huelga de ferroviarios que se desencadenó en Valencia adelantó los acontecimientos, para convertirla en huelga general indefinida.

La huelga se extendió desde el 13 de agosto y las zonas mineras e industriales secundaron el paro masivamente, mientras que fue tibio en las zonas agrarias. El Gobierno sacó las tropas y las enfrentó con los piquetes, entonces los sindicatos desconvocaron la huelga y se restableció la normalidad por el país, aunque en Asturias duró dos semanas más.

La huelga tuvo consecuencias importantes, un centenar de muertos y miles de detenidos, los sindicatos demostraron la capacidad de movilización que tenían, las Juntas reaccionaron a favor de la represión y abandonaron sus peticiones reformistas. Se agudizó la crisis política: en octubre Dato dimitió y se formó un gobierno de coalición. La participación de la Lliga en él desactivó la asamblea de los parlamentarios.

Desde 1918 hasta 1923 se sucedieron once gobiernos y la situación económica y social se fue agravando. Aumentó la conflictividad social y se multiplicó el número de huelgas. La gripe de 1918 tuvo una gran repercusión porque produjo una gran mortandad, un impacto psicológico y una gran indignación. En 1919 el enfrentamiento entre los trabajadores y patronos empeoró en Barcelona.

El nuevo gobierno conservador de Maura dio vía libre a las autoridades militares y a los industriales y se desencadenó una lucha cerrada entre los huelguistas y los empresarios. Entonces surgió en Barcelona el Sindicato Libre, pistoleros financiados por el sector más duro patronal y que actuó asesinando a los principales líderes del movimiento obrero. Los sectores más radicales del anarquismo respondieron con la “acción directa”, una ola de violencia sin precedentes. Entre 1919 y 1921 las autoridades se sumaron a las represalias aplicando la “ley de fugas” para ejecutar a los detenidos. La respuesta anarquista fue el asesinato de Eduardo Dato. Dos años después perdía la vida Salvador Seguí.

El recrudecimiento de la guerra de Marruecos terminó por agotar el régimen. En 1912 el gobierno de Canalejas pactó con Francia una nueva división del Protectorado. Bajo las órdenes del general Berenguer, se inició una acción sistemática de control del territorio del Rif. En el verano de 1921, una acción mal planificada del general Fernández Silvestre permitió que atacaran posiciones defendidas por tropas mal agrupadas que huyeron precipitadamente. La huida desencadenó una matanza: el “desastre de Annual”.

El expediente fue instruido por el general Picasso. Las compañías que explotaban los recursos mineros entorpecieron su trabajo. El PSOE y los republicanos se beneficiaron de sus críticas.

Las negligencias alcanzaban al propio Berenguer y a Alfonso XIII por su amistad con el general Silvestre.

 

En el verano de 1923 los rumores sobre un golpe de Estado eran numerosos.

El golpe de Estado acabó con el régimen constitucional y tuvo causas muy diversas. Por las consecuencias de Annual el ejército pedía más medios para vengar la humillación sufrida. Tampoco les agradó la disolución de las Juntas, y el expediente Picasso provocó el rechazo del estamento militar y los grupos más derechistas de las Cortes. La opinión pública pedía el fin de la guerra.

El auge del nacionalismo en Cataluña y País Vasco se veía con recelo entre la derecha conservadora. La división de los partidos Conservador y Liberal y el ascenso de socialistas y republicanos también alarmaban a la oligarquía y a los militares. Se añadieron las luchas sociales. Un gobierno autoritario podía ser el freno definitivo al crecimiento del movimiento obrero.

Las clases medias presionaban en el mismo sentido. La prensa de izquierdas y de derechas criticaba al Gobierno y a los partidos del “turno”. Una dictadura militar podía ser la solución. Para los propios militares era la única forma de paralizar el expediente Picasso y fue el factor determinante para llevar a cabo el golpe.

El 12 de septiembre, Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña se sublevó contra el Gobierno. El golpe triunfó gracias al silencio y al apoyo de Alfonso XIII. Primo de Rivera se presentó al país a través de este manifiesto, con un proyecto de regeneración de los males del país y las primeras medidas se encaminaron a establecer una férrea dictadura militar. Primo de Rivera se convirtió en ministro único. Se declaró el estado de guerra en todo el país y los mandos militares se hicieron cargo de los gobiernos civiles. Se decretó la suspensión de las garantías constitucionales y se disolvieron las Cortes. El régimen constitucional había sido eliminado.

En los primeros meses el dictador tuvo bastante respaldo popular. Los sindicatos y los partidos de la izquierda se mantuvieron a la expectativa.

El gobierno de Primo de Rivera intentó introducir cambios como el Estatuto Municipal de 1924. En la práctica, los gobernadores provinciales siguieron controlando la vida local.

En Cataluña Primo de Rivera prohibió el uso del himno y de la bandera catalanas, y restringió el uso del catalán.

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