Auguste Renoir

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Auguste Renoir (1841-1919), pintor impresionista francés, famoso por sus pinturas brillantes e íntimas. Es considerado uno de los más importantes artistas de su época.

 

Nació en Limoges, en 1841. De niño, trabajó como decorador en una fábrica de porcelanas de París. En 1862 ingresó en la Academia de Bellas Artes, donde aprendió a manos del pintor suizo Charles Gabriel Gleyre.

 

En 1864 empezó a exhibir su obra, pero no fue hasta 1874 cuando empezó a obtener cierto reconocimiento. Consolidó su reputación con la exposición individual celebrada en la galería Durand-Ruel de París en 1883.

Durante los últimos 20 años de su vida padeció de artritis. Aunque le era imposible mover las manos libremente, continuó trabajando con un pincel atado al brazo. Renoir murió el 3 de diciembre de 1919 en Cagnes, una villa al sur de Francia.

Algunas de sus obras más destacadas son:

  • El baile del Moulin de la Galette (1876, Museo de Orsay, París)
  • Madame Charpentier y sus niños (1878, Museo Metropolitano de Arte de Nueva York)
  • Jeanne Samary (1879, Museo del Louvre de París)
  • Las grandes bañistas (Museo de Arte de Filadelfia)
  • El palco (1874, Galerías del Instituto Courtauld de Londres)
  • Mujer del abanico (1875, Museo de Orsay de París)
  • El columpio (1876 Museo de Orsay de París)
  • El almuerzo de los remeros (1881, Colección Phillips de Washington)
  • Los paraguas (1883, National Gallery, Londres)
  • Jarrón de crisantemos (1895, Museo de Bellas Artes de Ruán, Francia)

 

 

Contexto histórico

 

En 1848, Marx publica el Manifiesto comunista, dando lugar a la tercera oleada de revoluciones liberales en Europa. Entre ellas, destaca la revolución francesa del mismo año, que acabó con la proclamación del II Imperio Francés a manos de Luis Napoleón Bonaparte en 1852.

 

En 1870, el imperio francés es derrotado por Prusia en la guerra franco-prusiana, y ésta forma el Segundo Imperio Alemán, convirtiendo a Guillermo I de Prusia en el emperador.

 

En 1885 se celebró la Conferencia de Berlín, donde se acordó el reparto de África entre las principales potencias europeas. Las posesiones francesas más extensas se localizaban en el norte de África, con Argelia y varios protectorados, y en Asia, donde estableció otro protectorado, la Unión Indochina.

 

En junio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, a causa de la rivalidad colonial, los conflictos balcánicos y el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del imperio austro-húngaro. La guerra acabó en 1918 con la derrota de los estados de la Triple Alianza, a los que le fueron impuestos varios tratados de paz, como el Tratado de Versalles a Alemania, o el Tratado de Saint Germaine a Austria. También se creó la Sociedad de Naciones, con el objetivo de asegurar la paz y la resolución pacífica de los conflictos. Sin embargo, todas estas medidas no pudieron evitar que las relaciones internacionales se fueran deteriorando hasta acabar en la Segunda Guerra Mundial.

 

A pesar de los conflictos internacionales, fue una época de prosperidad y grandes avances técnicos y científicos, como la bombilla, el frigorífico, las vacunas, la lavadora, la fotografía o el cinematógrafo. Poco a poco se iba formando una sociedad de consumo.

 

Características generales

Renoir destaca por su pinturas brillantes e íntimas, en particular las que representan desnudos femeninos. Es célebre por la armonía de sus líneas, la brillantez de su color y el encanto íntimo de sus muy variados temas pictóricos. A diferencia de otros impresionistas, le interesó más la representación de la figura humana individual o en retratos de grupo que los paisajes. Además, tampoco subordinó la composición y plasticidad de la forma a los intentos de interpretación de los efectos lumínicos.

Su obra más temprana estuvo influenciada por dos pintores franceses, Monet en su tratamiento de la luz y el pintor romántico Eugène Delacroix en su tratamiento del color.

El baile del Moulin de la Galette es una de las obras más famosas del impresionismo: una escena de un café, al aire libre, en la que queda patente el dominio de Renoir en el tratamiento de las figuras y en la representación de la luz.

Entre 1884 y 1887 realizó unas series de estudios de grupo de figuras desnudas conocidas como Las grandes bañistas. Estas obras revelan su extraordinaria habilidad para mostrar la textura y el brillante y nacarado color de la piel, y para comunicar un sentimiento lírico unido a la plasticidad del tema. Su representación de la gracia femenina no ha sido superada en la historia de la pintura moderna. Muchos de sus últimos cuadros tratan también el mismo tema pero en un estilo cada vez más acentuado rítmicamente.

 
  
Muchacha desnuda al sol (1874)

En esta obra el artista capta las manchas de luz solar que se filtran por entre los árboles para iluminar fragmentariamente la piel de la modelo. Las sombras se consiguen mediante colores fríos que contrastan con la calidez de los medios tonos. Las luces dan una sensación nacarada a la piel de la modelo. Destaca el aspecto rojizo de las mejillas que resalta gracias a los verdes complementarios que envuelven la cabeza.

El fondo resuelto en azules y amarillos, de cuya mezcla salen los verdes, con unos pequeños toques de rojo en el lado derecho, resulta ser un fondo en colores fríos que hacen francamente cálido el desnudo.

Contrasta también el tratamiento del fondo con pinceladas muy sueltas y decididas, entremezclando colores y capas para provocar un ritmo lineal que envuelve el cuerpo, con el tratamiento más suave y delicado de las carnaciones. La sensación rítmica de las pinceladas es especialmente transmitida por el paño que envuelve la parte inferior del cuerpo.

La LaLa actitud de la modelo es relajada y ensimismada, con mirada soñadora, perdida en el infinito, que provocan una sensación de serenidad y equilibrio.

  

El baile de Le Moulin de la Galette (1876)

 
  

Este café frecuentado por artistas y modistillas estaba muy cerca del estudiode Renoir y nos transmite la alegría de vivir según la visión del pintor.

 

Cromáticamente es una obra donde predominan los azules de la mayoría de las vestimentas, están los verdes en la parte superior de la obra y esto queda equilibrado con los amarillos de los sombreros y los tonos calientes de las cabezas de las figuras y la silla que hay en primer plano. Se puede distinguir una “naturaleza muerta” en el ángulo inferior derecho, donde el cristal es verdadero y son objetos que dan deseo de cogerlos.

 

La composición es compleja por la multitud de personajes pero resuelta por grupos de conversadores y otros bailando

 

El columpio (1876)

 

 
  

 La figura central es Jeanne en el jardín de la calle Cortot donde Renoir tenía su taller. Juega de nuevo con los colores fríos de fondo, azules con toques de amarillos, unos pequeños toques de rojo en el lado derecho y los pardos del árbol, pantalón del caballero de espaldas y el suelo. Se ven igualmente las manchas de luz que se filtran entre los árboles, posándose en las vestimentas y los amarillos más intensos en los sombreros de los caballeros y la prenda superior del caballero de frente. Unas pocas pinceladas al lado derecho de la cabeza de Jeanne, nos hace ver tres o cuatro personajes al fondo.

Almuerzo de los remeros (1881)

 
  

 

Esta escena está ambientada en la terraza del restaurante La Fournaise, de Chatou, a orillas del Sena. Los modelos son amigos de Renoir: la actriz Ellen Andrée  sentada a la mesa y mirando a Gustave Caillebotte, a espaldas de Ellen el periodista Maggiolo, Aline Charigot mirando el perrito, la que sería posteriormente esposa del pintor, acodada en la barandilla está Alphonsine Fournaise y su padre Alphonse, que era el propietario del restaurante, está detrás de Aline.

 

Destacan las botellas y vasos, y el paño que hay en el centro del cuadro al borde de la mesa. El artista ha creado grupos de conversadores a los postres de una comida.

 

Se aprecian vestidos azules y amarillos equilibrándose, las cálidas carnaciones y los toques de rojo en sombreros amarillos, así como en el toldo que está al lado de los verdes y azules de la vegetación. 

Las grandes bañistas (1887)

 
  

 

Es una obra llena de sensualidad, donde el máximo espacio está ocupado por los cinco desnudos, tres en primer plano y dos lejanos. Unos árboles sirven de fondo, pero aquí los colores ya no son fríos sino cálidos, los verdes de las sombras de los árboles son los únicos colores fríos. Hasta las aguas resultan cálidas con los toques amarillos que tienen y el paño que cubre la espalda de la bañista central. Los cuerpos están finamente modelados, lo que le proporcionan gran realismo.

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