La Voluntad de Poder, el Nihilismo y el Superhombre en la Filosofía de Nietzsche
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La Voluntad de Poder
La voluntad de poder es para Nietzsche el principio básico a partir del cual se desarrollan todos los seres, la fuerza primordial que busca mantenerse en el ser y ser aún más. Nietzsche cree que en todas las cosas hay un afán por la existencia y son expresión de un fondo primordial que lucha por existir y por existir siendo más. La voluntad de poder tiene para él las siguientes características:
- Irracionalidad: en el hombre, la razón no debe tener la última palabra, sino estar al servicio de otras instancias más básicas como los instintos o las emociones.
- Inconsciencia: la fuerza primordial que determina el curso de las cosas no es consciente.
- Falta de finalidad: las fuerzas de vida no tienen ningún objetivo o fin, no hay nada interior que les marque un destino, con ello declara el carácter gratuito de la existencia.
- Impersonalidad: esta fuerza no puede identificarse con un ser personal, sino como un cúmulo de fuerzas que buscan la existencia.
Lo que Nietzsche entiende por voluntad no es, como para la tradición aristotélico-tomista, una facultad del alma, tampoco es, como lo considera la psicología actual, una capacidad de la mente. La voluntad de poder para él se identifica con cualquier fuerza inorgánica, orgánica o psicológica que atiende a su autoafirmación; es voluntad de ser más, fondo primordial de la existencia y de la vida.
Unida a ella, Nietzsche introduce el tema del eterno retorno. Según él, no hay más mundo que este y, por tanto, hay que permanecer fieles a la tierra. El eterno retorno es la fórmula suprema de fidelidad a la tierra, del sí a la vida y al mundo que pronuncia la voluntad de poder. Simboliza que este mundo es el único que hay y, por tanto, todo debe repetirse. Nietzsche presenta a Zaratustra como el profeta del eterno retorno, el que desea que todo sea eterno y que nada sea distinto, ni en el pasado, ni en el futuro, ni por toda la eternidad. En este sentido, la filosofía de Nietzsche, que es considerada como negativa y destructiva, es afirmativa porque dice sí a la vida.
El Nihilismo y sus Formas
Nietzsche afirma en su filosofía que “Dios ha muerto”. Esta frase no indica que Dios haya existido y después haya muerto, sino que señala que la creencia en Dios ha muerto, expresa el fin de toda creencia en las entidades absolutas. Los principales aspectos de esta idea son:
- Dios no creó al hombre, sino que el hombre creó a Dios.
- La creencia en Dios sirve para dar consuelo a los hombres de la miseria y sufrimiento que hay en este mundo; es consecuencia de la vida decadente donde Dios es un refugio para los que no pueden aceptar la vida.
- Con la muerte de Dios, Nietzsche considera que estamos ante un acontecimiento actual en un tiempo histórico clave en el que observamos la necesidad de su final.
- Con el concepto de Dios se refiere al dios cristiano, pero también a todo aquello que puede sustituirle, como la Verdad, el Bien, la Ciencia, el Progreso; es decir, todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido a la vida, pero que está fuera de ella.
- Como consecuencia de esta muerte, de vivir sin lo absoluto, en la “inocencia del devenir”, se darán las condiciones para la aparición del superhombre.
Con esto, Nietzsche anuncia la llegada del nihilismo, movimiento histórico peculiar de la cultura occidental que se puede dividir en varios momentos:
- Nihilismo como decadencia vital: es el momento de la destrucción de los valores vigentes, de la tremenda duda, la desorientación radical y la pérdida del sentido.
- Nihilismo activo: es también nihilista la filosofía que intenta mostrar que los valores dominantes son una invención. Nietzsche es nihilista en este sentido porque propone la destrucción completa de todos los valores vigentes y su sustitución por otros radicalmente nuevos. Este nihilismo es una fase necesaria para la aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura, de una nueva moral y de un nuevo hombre.
- Nihilismo pasivo: es una de las consecuencias de la “muerte de Dios” cuando se es consciente del carácter infundado de la creencia religiosa, cuando sobreviene la crisis y el convencimiento de que la existencia no tiene sentido. El nihilista pasivo no cree en ningún valor y termina en la desaparición o en la renuncia.
La Transmutación Moral y el Ideal del Superhombre
La transmutación de todos los valores es, según Nietzsche, un momento necesario para el final de la moral tradicional y la aparición del superhombre. Nietzsche no propone vivir sin valores, sino invertir la tabla de valores, superar la moral occidental, que es una moral de renuncia y resentimiento hacia la vida, por una moral de un sí a la vida. Llama “rebelión de los esclavos” al triunfo del cristianismo y del judaísmo, que sustituye la moral aristocrática que se daba en el mundo griego antiguo por una moral de esclavos, de los débiles. Nietzsche atribuye a los judíos la sustitución del código moral aristócrata o moral de señores por la moral de los esclavos. La transmutación de los valores es la superación de esa moral de esclavos para recuperar de nuevo la moral aristocrática que permite el triunfo del código moral del superhombre. El superhombre es el hombre nuevo que aparece tras “la muerte de Dios”. Nietzsche lo concibe como el individuo fiel a los valores de la vida y su conducta moral tiene las siguientes características:
- Rechaza la moral de esclavos: la humildad, la mansedumbre, la prudencia, la paciencia, el servilismo.
- Rechaza la conducta gregaria: detesta la moral de rebaño de los que siguen a la mayoría, de los que aceptan las normas morales ya establecidas.
- Crea valores: aunque los valores morales son invenciones de los seres humanos, muchos hombres simplemente los aceptan, mientras que el superhombre los inventa siendo fiel a la vida.
- Vive en la finitud: no cree en ninguna realidad trascendente, ni en Dios, ni en otra vida. No se le ocultan las dimensiones terribles de la existencia (sufrimiento, muerte...).
- Le gusta el riesgo: las experiencias nuevas y difíciles, los caminos no frecuentados, los enfrentamientos; es duro consigo mismo y con los demás, es valiente.
- Es contrario al igualitarismo: no tiene miedo a la diferencia, le gusta desarrollar lo que es propio.
- Ama la intensidad de la vida: la alegría, la salud, el amor sexual, la belleza corporal y espiritual.
- En conclusión: el superhombre es la afirmación enérgica de la vida y el creador y dueño de sí mismo y de su vida; es un espíritu libre.
En “Así habló Zaratustra”, a través de una metáfora, nos cuenta las tres transformaciones del espíritu: cómo el espíritu se convierte en camello, este en león y el león en niño. El camello representa el momento de la humanidad que sobreviene con el platonismo y llega hasta finales de la modernidad. Su característica básica es la humildad, el sometimiento, el saber soportar con paciencia las pesadas cargas, la carga moral del resentimiento a la vida. El león representa al hombre crítico, al nihilista activo que destruye todos los valores establecidos, toda la cultura y estilo de vida occidental. El niño representa al hombre que inventa valores, que toma la vida como un juego, como afirmación; es el sí radical al mundo dionisiaco. Es la metáfora del hombre futuro, del superhombre.
La interpretación de la figura del superhombre dada por Nietzsche ha dado lugar a distintas y peligrosas interpretaciones. Por un lado, se le interpretó como contrario al igualitarismo cristiano o al socialismo, como creador de una moral de violencia y como reivindicador de la superioridad de los pueblos germánicos o del papel del ejecutivo agresivo de la sociedad actual. Sin embargo, hay quien considera que Nietzsche manifestó expresamente su hostilidad hacia la cultura alemana y hacia el Estado, y que el superhombre no se puede identificar con una clase social o con una raza.