Tomás de Aquino y Ockham

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Causa primera.- En un período de creación o producción, es aquella cosa o circunstancia que lo pone en funcionamiento. En sentido relativo, por ejemplo, la idea o el plano son la causa primera, respectivamente,  de la novela o la casa. Para Tomás de Aquino, en sentido absoluto y con la totalidad como referencia, solo Dios puede ser la causa primera de cuanto existe. Dios, causa primera del universo, es, a la vez, “causa sui”, es decir, “causa de sí mismo”, ya que no se precisa de ningún otro para dar razón de su existencia. Con este concepto, se abandona el terreno de la razón y se entra en el de la fe.

Contingente.- Se dice del ser o realidad que es, pero podría no haber sido, es decir, que no resulta metafísicamente imposible que no sea. Así, que salga mañana el sol es un hecho contingente;
Probablemente, saldrá, como todos los días, pero podría no hacerlo, que no salga mañana no resulta imposible. “
Contingente” es lo opuesto a “necesario”, entendido este como el ser o realidad que es como es y no puede dejar de ser así. De este modo, es necesario que “A=A”, o que “2+2=4”, y lo contrario resulta imposible, impensable.  

Nominalismo.- Con este término se designa, en la discusión acerca de los universales durante la Edad Media, la doctrina que afirmaba que los universales no son, como en el platonismo, realidades anteriores a las cosas, ni como en el aristotelismo y el conceptualismo moderado, realidades existentes en las cosas, sino que, en sentido estricto, son solamente nombres o vocablos que hacen referencia a una pluralidad de individuos.
Ockham no defiende la doctrina nominalista en sentido estricto, que fue sostenida ya por Roscellino (1050-1120); sin embargo, se opone el relismo, tanto al radical como al moderado, porque, para él, admitir universales (ideas o conceptos) en la mente de Dios, es limitar de algún modo la omnipotencia divina.    

Presciencia.- Es uno de los atributos de Dios, que sabe lo que va a ocurrir antes de que suceda. Dios sabe desde el comienzo de los tiempos todo lo que vamos a hacer cada uno de nosotros y, sin embargo, nuestras acciones son libres. Compatibilizar la presciencia divina con la libertad humana es una de las cuestiones que aborda la teología. Posteriormente, en el Siglo XVII, Leibniz (1646-1716) pretenderá resolver esta dificultad afirmando que toda acción humana es contingente y libre, aunque sabida por Dios de antemano, podría ser, por tanto, siempre de otra forma.

Principio de individuación.- Mediante este principio, la forma específica, que es la misma para todos los individuos de la misma especie, y es la que capta el intelecto, queda individualizada en cada individuo de esa misma especie. Según Tomás de Aquino, este principio de individuación sería, como en Aristóteles, la materia determinada cuantitativamente. Ockkham rechazó la existencia de las especies sensibles o inteligibles como intermediarias en el proceso del conocimiento, por lo que rechazó también el principio de individuación, al que calificó de especulación vacía e innecesaria.

Razón.- Facultad humana de conocer a través de la argumentación, el razonamiento, la demostración. Se enfrenta, tradicionalmente, a la fe, la cual es la vía de acceso a las verdades reveladas, que no pueden demostrarse racionalmente, como vía superior de conocimiento. Tomás de Aquino le da la vuelta a la relación y sitúa la fe por encima de la razón, ya que nos dice que hay que creer aquello que escapa a la razón, como por ejemplo el misterio de la Santísima Trinidad (que Dios sea a la vez Padre, Hijo y Espíritu Santo). Posteriormente, la razón será la encargada de buscar lo incondicionado en toda serie dada: la primera causa, el primer motor, el espacio absoluto que contiene todo espacio relativo y no es construido por ningún otro, etc.

Signo.- Algo que nos conduce a otra cosa distinta. Dentro de la filosofía, el problema del signo abarca dimensiones, entre oras, lógicas, cognoscitivas, metafísicas y lingüísticas. La palabra es el signo preferido de las ideas y que puede plasmarse en escritura. Para Ockham y el Nominalismo, el signo es considerado, a la vez,

  • como aquello que siendo aprehendido puede hacer pensar en algo anteriormente conocido (el efecto que se dice es “signo” de su causa), y

  • como aquello que puede hacer pensar en algo y puede servirle de sustituto en una proposición, y además, todo lo que puede estar compuesto, como en la proposición, de signos de esta clase.  

Voluntarismo.- Doctrina según la cual la voluntad, por ser libre, es una facultad superior y más perfecta que el entendimiento. En el ámbito teológico, el voluntarismo afirma que el orden del universo, así como el orden moral, serían resultado de la libre decisión del creador, de modo que podrían haber sido distintas de como son. En este sentido, y como consecuencia de que lo contingente se opone a necesario, Ockham aludirá con la expresión de “contingentismo moral” al hecho de que algo es bueno, pero puede no serlo en dependencia de la voluntad omnipotente de Dios. Dios no quiere lo bueno porque sea bueno, sino que lo bueno es bueno porque Dios lo quiere así. La voluntad de Dios, sin embargo, no es caprichosa.  



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