San Agustín y Nietzsche: Dos Perspectivas Filosóficas
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San Agustín: La Búsqueda de la Verdad y la Fe
Biografía y Contexto
San Agustín, también conocido como Agustín de Hipona (siglo IV-V d.C.), nació en Tagaste, Argelia. Figura destacada del pensamiento y la teología cristiana, su autobiografía, Las Confesiones, narra su camino hacia la verdad y la fe.
Creacionismo y el Problema del Mal
San Agustín defiende el Creacionismo: Dios creó el mundo y el tiempo ex nihilo (de la nada). Su Teoría del Ejemplarismo explica que Dios creó los seres a partir de las ideas eternas presentes en su mente divina, depositando en la materia las razones seminales para su desarrollo progresivo. La materia, corpórea y espiritual, es la esencia del ser.
Dios no abandona su creación, sino que la gobierna según un plan expresado en la ley eterna. Sobre el mal, argumenta que si Dios lo hubiera creado, sería malo. Para San Agustín, todo lo creado es bueno; el mal es la carencia de perfección, un concepto individual que contribuye al bien mayor del mundo.
El Conocimiento Humano y la Relación entre Razón y Fe
Para San Agustín, la Verdad existe; negarla implica una contradicción. Distingue tres tipos de conocimiento:
- Conocimiento sensible (doxa u opinión): Cambiante.
- Conocimiento racional inferior (ciencia): Razonamiento para comprender lo universal.
- Conocimiento racional superior (filosofía o sabiduría): Conocimiento de las verdades eternas e inmutables.
Según la teoría de la Iluminación, estas verdades no se obtienen a través de los sentidos, sino que residen en el alma, donde Dios las ha colocado.
San Agustín aborda la relación entre Razón (Filosofía) y Fe (Revelación y Teología). Mientras que algunos subordinan la filosofía a la fe, San Agustín cree que ambas se complementan. La fe no es irracional; razón y fe van de la mano, aunque la fe prevalece. Su lema: “comprende para creer y cree para comprender” (Intellige ut credas, crede ut intelligas).
Legado
Las ideas de San Agustín han influenciado profundamente la filosofía y la teología, y su visión de la relación entre razón y fe sigue vigente.
Friedrich Nietzsche: La Voluntad de Poder y la Transvaloración de los Valores
Introducción
Friedrich Nietzsche, filólogo, escritor y filósofo alemán del siglo XIX, es una figura clave en la cultura occidental y la filosofía contemporánea. Obras destacadas: La gaya ciencia, La genealogía de la moral y Así habló Zaratustra.
Crítica de la Moral Tradicional y el Nihilismo
Nietzsche analiza la moral europea a través de un método genealógico, descubriendo la influencia del dualismo platónico-cristiano. Este dualismo prioriza el mundo inteligible sobre el sensible, afectando la percepción del mundo y de uno mismo.
Para Nietzsche, esta moral dualista es problemática, ya que negar lo bueno de la vida terrenal en espera de un más allá impide la plena realización personal. Observa el nihilismo en su sociedad: la negación de la verdad y el bien, considerándolos invenciones para dominar a otros. La “muerte de Dios” desvaloriza los valores tradicionales.
El nihilismo tiene dos caras: una negativa, la conciencia del absurdo que debilita al ser humano, y una positiva, la búsqueda de la autosuperación y la libertad al liberarse de valores preestablecidos.
La Voluntad de Poder y el Superhombre
Nietzsche propone una “transvaloración” de los valores, alineándolos con la vida. La voluntad de poder impulsa el conocimiento. Cada individuo tiene una perspectiva única del mundo; el conflicto entre estas interpretaciones representa la lucha por la autosuperación.
Nietzsche critica al cristianismo y al platonismo por promover la docilidad y la represión. El superhombre nietzscheano, con una fuerte voluntad de poder, crea nuevos valores, supera el nihilismo y ama la vida.
El Eterno Retorno
El concepto del eterno retorno invita a vivir con fidelidad a la vida, cada momento como si se repitiera infinitamente, amando la vida plenamente.