El Reinado de Isabel II en España (1843-1868): Etapas Clave, Constitución de 1845 y el Fin de su Monarquía
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El Reinado de Isabel II (1843-1868): Un Vistazo General
El periodo cronológico del reinado de Isabel II se extendió desde 1843 hasta 1868.
Principales Características del Periodo Isabelino
El reinado de Isabel II estuvo marcado por una serie de etapas y acontecimientos políticos significativos:
- Fases Políticas Clave:
- La Década Moderada (1844-1854), donde el General Narváez fue el principal protagonista del panorama político.
- El Bienio Progresista (1854-1856).
- La crisis del moderantismo y el gobierno de la Unión Liberal (1856-1868).
- Marco Constitucional: Durante la Década Moderada, Narváez impulsó la Constitución de 1845, que estuvo vigente hasta 1869. Esta carta magna establecía:
- La soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
- La exclusividad de la religión católica.
- La supresión de la Milicia Nacional.
- Inestabilidad Gubernamental: Se sucedieron varios presidentes de gobierno en cortos periodos, entre ellos Joaquín María López y Salustiano Olózaga (progresistas) y Luis González Bravo (moderado).
- Hacia el Final del Reinado: Las muertes de figuras clave como Leopoldo O’Donnell (1867) y Ramón María Narváez (1868) debilitaron enormemente el sostenimiento de la monarquía, dejando a Isabel II políticamente aislada. La revolución que la destronó, conocida como "La Gloriosa", estalló en Cádiz el 19 de septiembre de 1868. Al mando del brigadier Juan Bautista Topete, la Armada se sublevó al grito de «¡Viva España con honra!». Se constituyeron Juntas revolucionarias que buscaron el apoyo popular. Esta revolución culminó con el exilio de Isabel II y, tras el Sexenio Democrático, la proclamación de la Primera República Española.
La Constitución de 1845
La Constitución del reinado de Isabel II fue promulgada en el año 1845.
Características Fundamentales de la Constitución de 1845
- Soberanía y Poder Legislativo:
- Estableció la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
- Las Cortes se componían de dos cámaras:
- El Congreso de los Diputados: elegido mediante sufragio censitario muy restringido, podía ser disuelto por la Reina.
- El Senado: compuesto por miembros designados por el monarca con carácter vitalicio, seleccionados entre personalidades de la Iglesia, el Ejército y la oligarquía (nobleza y alta burguesía).
- Religión y Fiscalidad:
- Se proclamó la exclusividad de la religión católica, y el Estado se comprometía al mantenimiento del culto y clero.
- Se implementó una reforma fiscal (conocida como la reforma de Mon-Santillán), que introdujo la contribución sobre la propiedad inmueble, cultivos y ganadería, y un impopular impuesto sobre el consumo que gravaba artículos de primera necesidad.
- Unificación Legislativa:
- Se aprobó el Código Penal de 1848.
- Se avanzó en la unificación del derecho civil, con un importante proyecto de Código Civil en 1851 (aunque el Código Civil definitivo no se aprobaría hasta 1889), buscando poner fin a la dispersión legislativa existente.
- Administración Territorial:
- Se promulgaron leyes de Administración local y provincial que centralizaban el poder, estableciendo que los alcaldes de las capitales de provincia y municipios de más de 2.000 habitantes fueran designados por la Corona, y los demás por el gobernador civil.
- Nota: Estas reformas centralizadoras no se aplicaron con el mismo rigor en el País Vasco ni en Navarra para evitar reavivar el conflicto carlista, manteniéndose parte de sus fueros.
La Unión Liberal y la Caída de Isabel II
El político español que fundó la Unión Liberal fue Leopoldo O'Donnell.
Última Etapa del Reinado: Crisis del Moderantismo y Gobierno de la Unión Liberal (1856-1868)
Esta fase final del reinado se caracterizó por:
- El Gobierno Largo de O'Donnell: Tras el Bienio Progresista, O’Donnell restauró un orden más conservador, aunque con algunos matices respecto al moderantismo puro, restableciendo principios de la Constitución de 1845. Durante su gobierno (1858-1863), se desarrollaron acciones de política exterior de prestigio, como las intervenciones militares en Conchinchina, México y Marruecos, que, si bien buscaban cohesión interna y reconocimiento internacional, resultaron costosas y de escasa utilidad práctica a largo plazo.
- Desgaste y Radicalización: El gobierno unionista experimentó un desgaste progresivo y una tendencia hacia posturas más autoritarias. En 1863, O’Donnell, incapaz de gestionar la compleja situación política y la oposición creciente, presentó su dimisión. Se inició entonces un periodo de inestabilidad con alternancias en el poder entre O’Donnell y Narváez.
- Contexto de Crisis: Factores externos como la Guerra de Sucesión estadounidense (que afectó al suministro de algodón y a la industria textil) y el crack financiero de las Bolsas europeas en 1866 agravaron la crisis económica y social en España, creando un ambiente propicio para el estallido revolucionario.
- Acontecimientos Graves y el Pacto de Ostende: Se produjeron sucesos políticos graves, como la sublevación del cuartel de San Gil (1866) y su dura represión. Ante la deriva autoritaria y la crisis generalizada, las fuerzas de oposición (progresistas y demócratas, a los que luego se unirían los republicanos y parte de los unionistas) firmaron en agosto de 1866 el Pacto de Ostende (completado con el Pacto de Bruselas en 1867). Su objetivo era claro: destronar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal para decidir la futura forma de gobierno.
- El Desenlace: La Revolución Gloriosa:
- Las muertes de O’Donnell en 1867 y de Narváez en 1868 dejaron a la Reina sin sus principales apoyos políticos y militares, dejándola cada vez más aislada.
- La revolución que la destronó, conocida como "La Gloriosa" o Revolución de Septiembre, estalló en Cádiz el 19 de septiembre de 1868. La escuadra naval al mando del brigadier Juan Bautista Topete se sublevó al grito de «¡Viva España con honra!».
- Rápidamente se formaron Juntas revolucionarias en diversas ciudades, y el movimiento se extendió por el país. Tras la derrota de las tropas isabelinas en la batalla del Puente de Alcolea, Isabel II partió al exilio.
- Esta revolución marcó el fin de su reinado y el inicio del Sexenio Democrático (1868-1874), un periodo de intensa agitación política que vería una regencia, el reinado de Amadeo I de Saboya y, finalmente, la proclamación de la Primera República Española.