Psicopedagogía religiosa

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El niño que se encuentra con un maestro cristiano, se siente acogido como persona, se abre y se expande en libertad; se deja involucrar, deja caer las defensas y las resistencias, secunda con espontaneidad la obra del Maestro.

Los principales rasgos que caracterizan la vivencia religiosa del educando son los siguientes:

  1. Actitud animista y mágica: La infancia se caracteriza por la religiosidad animista y mágica, en cierta forma para preparar el despertar religioso. Esto se une a la realidad preoperatoria del niño caracterizada por el egocentrismo, es decir que no se pone en lugar de los demás y la pre-casualidad, que no establece uniones casuales entre si y el mundo exterior. De estos dos rasgos que acabamos de comentar es de donde derivan el animismo y magismo que condicionarán la conducta religiosa del niño. Estas actitudes irán disminuyendo mediante la maduración y educación.

Animismo


: Tendencia a atribuir vida a acontecimientos y realidades inanimadas, así como intervenciones benéficas o maléficas.

Magismo:


Apoderarse del poder superior mediante signos y ritos para un provecho personal. Los seres superiores se invocan mediante súplicas, plegarias, ritos…

           Estas son carácterísticas propias de los mecanismos psíquicos de los niños, pero hay que estar atentos porque estas posturas religiosas son muy comunes en algunos adultos dada su falta de formación religiosa, de ahí de la importancia de la enseñanza religiosa escolar.

Educabilidad de la dimensión religiosa: No sólo se puede tocar la dimensión religiosa de la persona, sino que se debe, y la justificación de la educación religiosa desde la infancia se bas en los siguientes principios:

A)   La educación es un proceso dinámico, continuo y permanente, por lo tanto la persona es sujeto de la educación

B)   No puede quedar ninguna faceta de la personalidad del educando al margen del proc

eso educativo.

C)   Los comienzos del proceso educativo son los comienzos del “ser personal” y de “cada persona”

d)   Cada faceta se deberá educar respondiendo a las exigencias, carácterísticas y mecanismos propios de cada momento y edad del educando.


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