Principios Éticos y Morales: Conceptos y Aplicaciones en la Conducta Humana
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Caracteres del Saber Práctico
El saber práctico se distingue por las siguientes características:
- Está orientado a la acción.
- Es directivo. Nos permite obtener criterios válidos para guiar nuestras acciones.
- Reflexiona sobre la acción libre de la persona.
Definición de Hábito Moral
Los hábitos son disposiciones permanentes que hacen posible que la persona actúe de un modo determinado y que se adquieren por la repetición de actos. A través de los hábitos morales desarrollamos nuestro personal modo de ser.
Distinción entre Éticas Eudemonistas y No Eudemonistas
Las éticas eudemonistas se centran en la relación entre la acción y el bien, ya sea este el bien útil, el bien deleitable o el bien honesto. En cambio, las éticas no eudemonistas defienden que el criterio que guía la acción humana no puede ser la consecución del bien, sino el cumplimiento del deber o el acuerdo que es fruto de un diálogo.
Definición de Bien Honesto
El bien honesto se refiere a acciones o cosas que buscamos por sí mismas, porque se presentan como objetivamente buenas y dignas de ser amadas, con independencia de las repercusiones afectivas que puedan producir en nosotros.
Preceptos Naturales e Inclinaciones
Los preceptos naturales a los que se refieren las inclinaciones son:
- En cuanto viviente: Defender la propia vida, mantenerla y optimizarla.
- En cuanto animal: Mantener la especie y, en el caso de tener descendencia, defenderla y educarla.
- En cuanto ser racional y social: Buscar la verdad a través del cultivo y la armonización de la inteligencia, la voluntad y la afectividad; y fomentar la paz social.
La Persona Libre y Responsable
En la medida en que un acto se debe a una decisión personal, las consecuencias -deseadas o no- exigen que se asuma su responsabilidad.
En la relación entre responsabilidad y moralidad hay que entender tres cuestiones:
- Los aspectos que intervienen en el juicio moral.
- La relación entre el fin y los medios.
- El alcance de la responsabilidad.
Para determinar la bondad o la maldad de una acción, la ética suele analizar los siguientes aspectos:
- El objeto: es el fin que especifica la acción desde el punto de vista moral. Este elemento es decisivo.
- La intención o fin: que ha tenido el agente al realizar la acción. Los actos moralmente buenos han de unir a su buen objeto una buena intención. Una mala intención afecta a la moralidad de un acto.
- Las circunstancias: son los elementos concretos que acompañan o rodean la acción. Hay circunstancias de la cantidad, del lugar, del tiempo... Pueden aumentar o disminuir la gravedad de un hecho o incrementar o reducir el mérito de una acción.
La relación entre el fin y los medios es que, si los medios son moralmente malos, la bondad del fin no los justifica ni los convierte en buenos.
Es importante distinguir los fines de la acción de sus consecuencias. Estas suceden temporalmente después de haber actuado, mientras que los fines están en la persona que actúa antes de empezar a obrar.
El alcance de la responsabilidad de una acción aumenta por las consecuencias. Como se ve, todo esto implica una mayor responsabilidad negativa en ciertos casos, por no considerar la posibilidad de las consecuencias de mi acto.
El Bien y el Fin Último
La felicidad es el fin último del ser humano, ya que se desea por sí misma y, por tanto, es un bien en función del cual se ordenan y clasifican los restantes bienes o fines particulares y concretos de la vida de la persona. El punto de vista de la ética es, precisamente, el del bien de la persona considerada en su totalidad; y su misión, la de dirigir su conducta hacia el bien, que es el fin último del ser humano. La mayoría de los filósofos están de acuerdo con la idea de que existe un fin último que da sentido a las acciones concretas del ser humano; sin embargo, no coinciden a la hora de señalar en qué consiste aquel.
Como veremos en el epígrafe dedicado a la historia de la ética, algunos han afirmado que el bien supremo del ser humano es maximizar el placer. Por el contrario, otros sugieren que es la vida conforme a la virtud. Con independencia de cuál sea la respuesta más razonable, lo cierto es que el análisis filosófico de la felicidad permite aventurar cuáles han de ser las características de ese bien último del que depende la felicidad del ser humano:
- Un bien completo, capaz de colmar todas nuestras aspiraciones.
- Un bien duradero, no temporal, variable ni dependiente de la circunstancia.
- Un bien auténtico, que excluye todo mal.
Si nuestro fin último es alcanzar la felicidad, debemos distinguir, de entre los diversos tipos de bienes, aquel que responde de manera más perfecta a este fin.
Tipos de Bienes
El bien útil: Cuando tomamos un medicamento, no lo hacemos por el medicamento en sí, sino por la salud que esperamos recuperar gracias a él. Decidimos que el medicamento es bueno en la medida en que es eficaz para tratar la enfermedad que nos aqueja. Esta bondad recibe el nombre de utilidad; es el género de bondad que predicamos de las acciones que sirven para obtener el fin determinado.
El bien deleitable: Al contrario que el anterior, cuando hablamos de una buena comida, un buen rato... Estamos utilizando la palabra "bueno" en un sentido distinto: denominamos buenos a esas realidades porque nos resultan placenteras. Su bondad es la deleitable: la bondad de lo que es querido porque causa en el sujeto una resonancia positiva (alegría, satisfacción...).
El bien honesto: Hay acciones que buscamos por sí mismas, porque se presentan como objetivamente buenas y dignas de ser amadas, independientemente de las repercusiones afectivas, ya sean positivas o negativas. A tal género de bondad, que se conoce como racional u honesta, nos referimos cuando decimos "hoy he realizado una buena acción".
Es conveniente advertir además que estos tipos de bienes aparecen entremezclados con frecuencia. Un buen amigo es, en sí mismo, amable y puede resultar también útil (porque sabe conducir y nosotros no); asimismo, ayudar a asearse a una persona leprosa puede ser muy desagradable, aunque es al mismo tiempo algo moralmente excelso.
El Sujeto Moral
La Persona como Protagonista
El sujeto moral es la persona. En efecto, cuando nos referimos a una acción desde la perspectiva de la moral, es que existe un sujeto que lleva a cabo o no esa acción. Si afirmamos que en una circunstancia concreta se ha obrado con generosidad, estamos diciendo implícitamente que alguien ha sido generoso.
La persona que actúa libre y conscientemente responde de sus acciones, es decir, se hace responsable de ellas. Aunque toda acción libre es moral, no todas son moralmente buenas. Para ser buenas, deben responder a los principios de la moralidad.
Autorrealización y Virtud
La ética -al buscar el bien- persigue la autorrealización y la virtud: toda persona tiene la tarea de conducir la tarea de sus vidas. Todos debemos proponernos la meta personal del ideal de la excelencia moral. Dentro de ella, tenemos que desarrollar la capacidad de saber juzgar las circunstancias concretas en las que se desarrolla la acción, de manera que se pueda elegir con acierto, y además debemos adquirir las virtudes, es decir, los hábitos que la voluntad necesita para actuar moralmente.
La persona que habitualmente realiza actos buenos significa que ha desarrollado la capacidad que tiene todo ser humano de ser generoso. Los hábitos que facilitan la elección de auténticos valores son las virtudes.
También se pueden adquirir hábitos que orientan hacia valores aparentes, que son los vicios. Además, los hábitos encauzan nuestra afectividad, ya que ella -por sí sola- no se orienta en uno u otro sentido. Por lo que las facultades de la persona se desarrollarán en la medida en que estén guiadas por la educación de las virtudes morales.
Acción Moral y Afectividad
La propia experiencia nos muestra que, además de la razón, hay otras inclinaciones que acompañan a la dimensión corporal del ser humano. Todos percibimos objetos ante los que reaccionan nuestras tendencias. Estas reacciones constituyen lo que en psicología se llama sentimientos y emociones.
No es posible comprender la riqueza de la realidad humana si no se tiene en cuenta el estado afectivo, ya que:
- Permite experimentar el propio yo: lo más íntimo que tienen las personas, los estados de ánimo.
- En cierto modo, los actos de las diversas facultades humanas dependen de él.
Por eso, es necesario integrar o unir las pasiones en el conjunto del actuar humano. Esta integración es posible cuando se descubre el sentido de las pasiones que se experimentan, se juzga si el sentimiento se orienta hacia el bien de la vida de la persona y, por último, si se acepta, corrige, rechaza o suscita el sentimiento ya valorado.
Problemas Morales en el Contexto Académico
Los problemas morales que aparecen en el texto son:
- Deshonestidad académica: Mateo comete fraude al vender el examen de Filosofía a sus compañeros, lo que afecta la integridad del proceso educativo y la equidad en la evaluación de los estudiantes.
- Abuso de poder: El profesor Ricardo amenaza a toda la clase con un examen extra imposible de aprobar como represalia por el hecho de que alguien haya conseguido el examen filtrado. Esta acción puede considerarse como un abuso de poder por parte del profesor, ya que afecta injustamente a todos los estudiantes.
- Falta de responsabilidad y ética personal: Mateo muestra una falta de responsabilidad y ética al participar en la venta del examen y luego enfrentar el dilema de si debe revelar la verdad o no.
- Falta de transparencia y confianza: La difusión del examen filtrado genera desconfianza entre los estudiantes y el profesor.
Estos problemas morales ponen de manifiesto la importancia de la honestidad, la responsabilidad y el respeto en el ámbito académico y en las relaciones interpersonales.
Diferenciación de Bien Honesto, Deleitable y Útil
El bien útil: Cuando tomamos un medicamento, no lo hacemos por el medicamento en sí, sino por la salud que esperamos recuperar gracias a él. Decidimos que el medicamento es bueno en la medida en que es eficaz para tratar la enfermedad que nos aqueja. Esta bondad recibe el nombre de utilidad; es el género de bondad que predicamos de las acciones que sirven para obtener el fin determinado.
El bien deleitable: Al contrario que el anterior, cuando hablamos de una buena comida, un buen rato... Estamos utilizando la palabra "bueno" en un sentido distinto: denominamos buenos a esas realidades porque nos resultan placenteras. Su bondad es la deleitable: la bondad de lo que es querido porque causa en el sujeto una resonancia positiva (alegría, satisfacción...).
El bien honesto: Hay acciones que buscamos por sí mismas, porque se presentan como objetivamente buenas y dignas de ser amadas, independientemente de las repercusiones afectivas, ya sean positivas o negativas. A tal género de bondad, que se conoce como racional u honesta, nos referimos cuando decimos "hoy he realizado una buena acción".
Actuación de Mateo desde la Perspectiva de los Preceptos Morales Fundamentales
Desde el punto de vista de los preceptos morales fundamentales, Mateo ha actuado de manera contraria a varios de ellos:
- Buscar el bien y evitar el mal: Mateo ha buscado su propio beneficio económico al vender el examen y no ha considerado las posibles consecuencias negativas para sus compañeros, el profesor y el ambiente educativo en general.
- Defender la verdad y buscar el conocimiento: Al vender el examen, Mateo ha contribuido a la deshonestidad académica y ha obstaculizado el proceso de aprendizaje genuino, ya que los estudiantes no obtuvieron las notas de manera legítima.
- Promover la convivencia social y la justicia: Mateo ha creado desequilibrio y desconfianza en el ambiente escolar al difundir el examen, lo que provocó que algunos estudiantes obtuvieran notas injustas y que el profesor se sintiera frustrado y amenazante hacia toda la clase.
En resumen, Mateo no ha actuado correctamente desde el punto de vista de los preceptos morales fundamentales, ya que priorizó su interés personal sobre el bienestar de los demás y la integridad del proceso educativo.
Recomendación Ética para Mateo
Desde el punto de vista ético, Mateo debería considerar los tres elementos mencionados:
- Objeto de la acción: El objeto en este caso es la revelación de la verdad sobre la venta del examen y su participación en el fraude académico. Desde el punto de vista moral, revelar la verdad es un acto que se alinea con el bien moral, ya que promueve la transparencia y la honestidad en la comunidad educativa.
- Intención o fin: Si Mateo decide decir la verdad, su intención podría ser corregir su error y asumir la responsabilidad por sus acciones. Si su intención es genuina y busca reparar el daño causado, entonces su acción estaría moralmente justificada.
- Circunstancias: Las circunstancias pueden influir en la gravedad del acto. Si Mateo revela la verdad antes de que el profesor tome medidas más drásticas, podría mitigar las consecuencias negativas para él y para sus compañeros. Sin embargo, si espera demasiado, las repercusiones podrían ser más severas.
En conclusión, desde el punto de vista ético, Mateo debería decir la verdad sobre la venta del examen. Esto estaría en línea con un buen objeto moral (revelar la verdad), una buena intención (corregir un error y asumir responsabilidad) y considerando las circunstancias para mitigar el impacto negativo de su acción.