El Poema de Mio Cid y el Libro de Buen Amor: Estudio Comparativo

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Mio Cid

Texto, Autor y Fecha

El Cantar de Mio Cid se conserva en un manuscrito de la Biblioteca Nacional copiado en el siglo XIV. Consta de un total de 3730 versos y desconocemos el comienzo del poema, pues falta el primer folio del manuscrito. Sobre su autoría y fechación se han formulado varias hipótesis. Unos piensan que, tras diversas refundiciones, el texto que hoy conocemos sería de hacia 1140 y obra de dos o más juglares. Para otros, la unidad y elaboración del texto apuntarían hacia un único autor culto, probablemente un hombre de leyes o quizá un clérigo.

Métrica, Lengua y Estilo

Los más de 3000 versos del Cantar se agrupan en tiradas monorrimas y asonantes; las tiradas son de desigual extensión, desde 2 hasta 190 versos. Los versos son irregulares, esto es, sin medida fija, y están divididos en dos hemistiquios con fuerte cesura intermedia, por lo que gráficamente suelen representarse con una separación entre ambos. En cuanto a la lengua, destaca su claridad, concentración y sobriedad expresivas, lo que es lógico si pensamos en los destinatarios de la recitación del juglar, que determinan también otros rasgos, como las frecuentes invocaciones a los oyentes, las expresiones exclamativas que presuponen la existencia de un auditorio, o el paso constante de la narración al discurso directo, que infunde al poema un cierto carácter dramático. El carácter oral de la épica explica también la extraordinaria libertad con que se emplean las formas verbales o el uso de las aposiciones y epítetos épicos, que sirven para magnificar a los héroes. Respecto al léxico, son habituales los arcaísmos, los tecnicismos, los arabismos y ciertos dialectalismos aragoneses, que podrían indicar que el texto fue compuesto en un territorio fronterizo. Es, en fin, característica notable de la lengua del Poema la estructuración binaria del tipo "moros e cristianos", "burgueses e burguesa", "con lumbres e con candelas".

Estructura y Contenido

El poema se ha dividido tradicionalmente en tres partes o cantares, de progresiva novelización: Cantar del destierro, Cantar de las bodas, Cantar de la afrenta de Corpes. La estructura interna está marcada por el doble proceso de pérdida y recuperación del honor del Cid, nueva pérdida y nueva recuperación del honor. En cuanto al contenido, deben tenerse en cuenta tres niveles o planos diferentes:

A) Nivel político

Castilla frente a León. El Cid, caballero castellano, se enfrenta al rey, de origen leonés. Los enemigos del Cid son, en general, grandes nobles de procedencia también leonesa.

B) Nivel socioeconómico

El Cantar expresa los ideales de equidad jurídica y movilidad social típicos del espíritu frontera en el que probablemente nació y del gusto tanto del juglar que lo cantara como de sus oyentes. El poema refleja en el Cid el modo de vida belicoso, de supervivencia a través de incursiones bélicas, de aspiración de medro, de esas gentes, cuyas vivencias eran muy semejantes y también su desprecio o rencor hacia la alta nobleza.

C) Nivel individual

El héroe, Rodrigo Díaz, desterrado por el rey, se enfrenta con el gran problema de recuperar su honra perdida y ganarse el pan. En este sentido, el Cid actúa como un héroe épico arquetípico, cuyas características han de ser reconocidamente superiores y cuyas acciones han de elevarse asimismo muy por encima de lo habitual. Se produce, pues, una glorificación progresiva del héroe, pero esta manifestación del Cid no es sino el correlato de la mitificación de Castilla y de los valores antinobiliarios de las gentes de frontera, como ya hemos visto.

El Libro de Buen Amor

Métrica, Lengua y Estilo

El Libro de buen amor es un extenso poema de más de mil setecientas estrofas, la mayor parte de ellas escritas en cuaderna vía. Incluso en el molde de la cuaderna vía abundan los hemistiquios de ocho sílabas, ello revela que Juan Ruiz tiene un consumado dominio de la métrica, mucho mayor que el del simple juglar que él dice ser y que el del resto de los clérigos del mester de clerecía. También en su lengua y estilo abundan tanto los recursos retóricos propios de la tradición culta como los rasgos procedentes del lenguaje popular. De aquella serían muestra el extraordinario repertorio léxico y sintáctico, las múltiples repeticiones o enumeraciones, la acumulación de sinónimos, la anáfora, la interrogación retórica y los juegos de palabras. Serían deudores del lenguaje popular el uso del diminutivo con valor afectivo, el abundante empleo de refranes, los modismos y las exclamaciones. La variedad expresiva viene dada además por los diálogos frecuentes, que dramatizan el relato. Hay mucha palabra hablada en el Libro de buen amor y de ahí la sintaxis desordenada de la oración.

Estructura y Contenido

El libro está compuesto de abundantes materiales heterogéneos, hilvanados por el hilo narrativo de la primera persona:

  • a) un prólogo en prosa donde se declara la intención de la obra.
  • b) una serie de aventuras amorosas con mujeres de muy distinta condición.
  • c) una colección de treinta y dos fábulas y cuentos con intención didáctica, como el de la avutarda y la golondrina.
  • d) episodios, como el de don Melón y doña Endrina, adaptados de textos latinos medievales.
  • e) un conjunto de digresiones morales o satíricas, como la del poder del dinero o la censura del clero libertino.
  • f) sátiras y parodias, como la de las horas canónicas.
  • g) pasajes alegóricos como la pelea de don Carnal y doña Cuaresma o el recibimiento hecho a don Amor y a don Carnal.
  • h) un grupo de composiciones líricas y juglarescas: poemas religiosos, serranillas, cantares de estudiante, canciones de ciego, etc.

Tal diversidad adquiere unidad por el uso de la primera persona narrativa y por el tema común del amor y sus engaños.

Se ha señalado además la influencia árabe en el ambiente, en la presencia del destino o en la figura misma de Trotaconventos, concebida de forma positiva, según lo era la tercería en el mundo musulmán. El influjo de la cultura cristiana medieval es tan patente en el Libro de buen amor como lo es asimismo el de la literatura latina, sobre todo de textos latino-medievales. Dos son los temas recurrentes en el texto: el amor y la muerte. Todo lo creado aparece sujeto al amor, presentado como imperiosa fuerza natural, por momentos, el libro expresa una arrolladora fuerza vitalista, donde la sexualidad, el erotismo y la concepción placentera y sensual de seres y cosas se encarnan en los personajes. Queda claro que la muerte es destructora y no liberadora, la muerte destruye la hermosura, el placer y todas las relaciones humanas y afectivas. Es posible advertir también en el Libro la presencia de un destino marcado por las estrellas, del que los hombres no pueden escapar, el ser humano queda en conflictiva angustia y soledad en un mundo en el que las relaciones sociales están cambiando y en el que todo lo puede el dinero.

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