Pintura Renacentista Italiana: Evolución, Maestros y Escuelas Artísticas Clave
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El Renacimiento Pictórico Italiano: Orígenes y Evolución
Italia fue el foco primero y principal del Renacimiento en todas sus manifestaciones, abarcando los siglos XV y XVI.
El Quattrocento: Cuna del Renacimiento Pictórico
Florencia: Innovación y Refinamiento
La pintura del Quattrocento no se desarrolló inicialmente en Florencia, sino en otras regiones, destacando la obra de Fra Angelico y, sobre todo, de Masaccio. Este último creó una nueva sensibilidad, totalmente ajena al Gótico, logrando la sensación de espacio a través del uso metódico de la perspectiva lineal, como puede apreciarse en la célebre Trinidad de Santa María Novella (c. 1420-1425).
Esta investigación sobre la geometría y las matemáticas fue continuada por artistas como Paolo Uccello, Andrea del Castagno, Piero della Francesca y Filippino Lippi. La siguiente generación de artistas florentinos alcanzó un mayor refinamiento, incluyendo a Benozzo Gozzoli, Domenico Ghirlandaio y, de manera sobresaliente, Sandro Botticelli.
Italia Central y Septentrional: Diversidad Regional
En la segunda mitad del siglo XV, surgió una escuela pictórica en el centro de Italia, primordialmente preocupada por crear el espacio en el que se mueven los personajes de sus cuadros, esforzándose por representar paisajes ordenados y realistas. En Umbría, se destacaron Perugino, maestro de Rafael, así como Pinturicchio y Luca Signorelli.
En la misma época, el Renacimiento alcanzó el norte de Italia, dando lugar a escuelas regionales con marcada personalidad. Andrea Mantegna es el pintor más importante de Padua, cuya influencia se extendió a la refinada corte de Ferrara, donde trabajaron Cosmè Tura y Francesco del Cossa.
Venecia: El Color como Protagonista
Venecia presenta un carácter especial, en constante contacto con Oriente, lo que confirió a este centro artístico un aire distintivo. Aquí, el color predominó sobre la línea y el paisaje sobre la figura humana, justo a la inversa de lo que ocurría en Florencia. Los pintores venecianos más sobresalientes de la época fueron los Bellini, en particular Giovanni Bellini. Trascendente en la evolución del Renacimiento veneciano es la obra de Antonello da Messina, pintor siciliano que se formó en Flandes y que finalmente residió en Venecia, aportando la minuciosidad flamenca a la escuela local.
El Cinquecento: La Cúspide del Renacimiento
La segunda fase del Renacimiento italiano es el Cinquecento, periodo en el que descollaron los tres grandes nombres de la pintura renacentista: Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel, cuya prodigiosa labor en la Capilla Sixtina constituye una de las obras cumbres del Renacimiento.
El Manierismo: Transición y Experimentación
A mediados de siglo, tras la muerte de los grandes maestros y en medio de una crisis social generalizada, la pintura adoptó el estilo manierista. Este se manifestó primero en Florencia y Roma con artistas como Andrea del Sarto, Pontormo, Bronzino, Vasari y Volterra.
La Escuela de Parma: Precursora del Barroco
En Parma, surgió una escuela particularísima cuya figura más sobresaliente es Antonio Allegri da Correggio, precursor del ilusionismo barroco con su decoración de la cúpula de la Iglesia de San Juan Evangelista de Parma (1520–1523). Su discípulo Parmigianino creó obras con figuras elongadas, como la célebre Madonna del cuello largo (1540).
Esta es también la época en que emergieron los grandes maestros venecianos, con obras plenas de sensualidad y colorido: Giorgione, Tiziano, Veronés y Tintoretto.