La Mano Negra y el Movimiento Obrero en la España de la Restauración: Anarquismo y Socialismo

Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 6,11 KB

Contexto del Documento: El Manifiesto de la FTRE y la Mano Negra

Nos encontramos ante un texto que, aunque reproducido por A. Fernández García y otros, se considera una fuente primaria. Se trata de un fragmento o referencia al manifiesto de la Comisión Federal de la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) de 1883. Este documento posee una naturaleza eminentemente política e ideológica.

El texto está dirigido a un público amplio interesado en comprender la posición del movimiento anarquista organizado frente a las acusaciones relacionadas con la Mano Negra. Fue redactado durante la Restauración Monárquica, periodo iniciado tras el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto (diciembre de 1874), que restauró la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII.

Análisis del Contenido del Manifiesto

El manifiesto, según la descripción, se estructura de la siguiente manera:

  • Inicialmente, presenta la organización anarquista (la FTRE) no como un partido político tradicional, sino como una federación con el objetivo de abolir los poderes autoritarios.
  • Seguidamente, expone los principios fundamentales del anarquismo, como la defensa de las libertades individuales y colectivas, y su carácter colectivista.
  • Finalmente, y de manera crucial, desmiente categóricamente cualquier relación entre la FTRE (y el anarquismo organizado que representaba) y la denominada Mano Negra, así como con cualquier otra asociación clandestina o de carácter violento. Rechazan firmemente las acusaciones de implicación en los crímenes atribuidos a esta supuesta organización.

El Movimiento Anarquista en la España de la Restauración

La Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE)

En 1881, la Federación Regional Española (FRE), sección española de la Primera Internacional (AIT), se transformó en la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE). Este cambio buscaba adaptarse a la legalidad vigente bajo el gobierno liberal de Sagasta, que, aunque toleraba el asociacionismo obrero, prohibía organizaciones de carácter internacional dirigidas desde el extranjero.

La FTRE alcanzó una notable implantación, especialmente entre los jornaleros de Andalucía y los obreros industriales de Cataluña.

Divisiones Internas y la "Acción Directa"

Sin embargo, la FTRE experimentó fuertes tensiones internas, agravadas por la constante represión gubernamental sobre el movimiento obrero y campesino. Esto condujo a una división ideológica y estratégica:

  • Anarcocolectivismo (legalista): Sector mayoritario dentro de la FTRE, partidario de la acción sindical pública y la organización de masas.
  • Anarcocomunismo (ilegalista o de "acción directa"): Grupos minoritarios y autónomos, defensores de la "propaganda por el hecho" y la acción violenta contra los pilares del sistema capitalista: el Estado, la burguesía y la Iglesia. A estos grupos se les atribuyó, a menudo sin pruebas concluyentes por parte de las autoridades, la autoría de los actos violentos asociados a la Mano Negra en Andalucía.

Esta tensión derivó en una espiral de violencia (acción-represión-acción). Algunos de los actos más notorios atribuidos a sectores anarquistas radicales (aunque no necesariamente coordinados ni todos vinculados a la "Mano Negra") incluyeron atentados como:

  • El atentado contra Martínez Campos.
  • El atentado que costó la vida a Cánovas del Castillo (1897, por Michele Angiolillo).
  • La bomba del Teatro del Liceo de Barcelona (1893).
  • El atentado contra la procesión del Corpus Christi en Barcelona (1896).

Un momento clave en la represión contra el anarquismo fueron los Procesos de Montjuïc (1896-1897), tras el atentado del Corpus, que supusieron detenciones masivas, torturas y ejecuciones.

Hacia el Anarcosindicalismo

Aunque la FTRE se disolvió formalmente en 1888, las corrientes anarquistas partidarias de la acción sindical sentaron las bases para el futuro anarcosindicalismo. Este culminaría en la creación de organizaciones como Solidaridad Obrera (1907) y, posteriormente, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) (1910).

El Socialismo Obrero: PSOE y UGT

Paralelamente al anarquismo, se desarrolló el socialismo de inspiración marxista. La Nueva Federación Madrileña, el grupo marxista expulsado de la FRE-AIT en 1872, tuvo una influencia limitada inicialmente.

Tras la disolución de la Primera Internacional y operando en la clandestinidad durante los primeros años de la Restauración, un grupo de tipógrafos e intelectuales madrileños, liderados por Pablo Iglesias Posse, fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879.

El PSOE defendía un programa reformista que incluía:

  • Derecho de asociación, reunión y manifestación.
  • Sufragio universal (masculino inicialmente).
  • Reducción de la jornada laboral.
  • Prohibición del trabajo infantil.
  • Mejora de las condiciones laborales y salariales.

Los principales núcleos de implantación del PSOE se encontraron en Madrid, Vizcaya (País Vasco), Asturias y, en menor medida, Málaga.

En 1888, el entorno del PSOE impulsó la creación de la Unión General de Trabajadores (UGT) como sindicato de orientación socialista. A diferencia de los sectores anarquistas más radicales, el PSOE y la UGT rechazaban la "acción directa" violenta y centraban su estrategia en la acción política parlamentaria (una vez legalizados y con posibilidad de presentarse a elecciones) y en la negociación colectiva y la huelga como herramientas de lucha obrera para defender los derechos de los trabajadores.

Entradas relacionadas: