Kant: El problema del conocimiento y la ética

Enviado por andres y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 15,64 KB

Kant: Críticismo

Para Kant, el problema fundamental de la filosofía era averiguar si la razón es capaz de conocer. Para ello, se la debe someter a un juicio o valoración para determinar si puede resolver los problemas que plantea. Su finalidad es establecer los límites y posibilidades de la razón. En este sistema filosófico, hace especial hincapié en la dimensión activa del sujeto en el conocimiento y aborda todos los ámbitos del saber y preocupación humana. Kant lo resumió en: ¿qué puedo conocer?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me cabe esperar?

Teoría del conocimiento

Kant es un filósofo de la razón, pero no racionalista pese a haberse formado en esta corriente. La lectura de la obra de Hume le hizo cambiar de perspectiva y dar un giro a su filosofía, ya que las razones que daba el racionalismo para explicar las ideas de Dios, alma y sustancia corpórea no le eran suficientes. Kant apoya al empirismo al afirmar que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia, pero al añadir que no todo lo que hay en el conocimiento procede de ella, se aleja de esta corriente. No se plantea la existencia del conocimiento físico-matemático, lo considera un hecho tal y como ha sido demostrado por Newton. A esto, Kant lo denomina hecho de la razón. No se trata de la posibilidad de la ciencia, sino de estudiar las condiciones que la hacen posible. Estudiar estas condiciones es estudiar las condiciones de los juicios. Kant concreta este análisis partiendo de la clasificación de juicios clásica:

  • Analíticos (explicativos): no necesitan de la experiencia para su verdad, son a priori, necesarios y universales.
  • Sintéticos (extensivos): sí necesitan de la experiencia, son a posteriori, son los que hacen avanzar a la ciencia al ampliar nuestro conocimiento, son universales, el predicado no está contenido en el sujeto y son anteriores a la experiencia.

Kant en su crítica de la razón pura trata de aclarar cómo son estos juicios en las distintas ciencias y si son posibles en la metafísica, de ser así, esta se constituiría como ciencia. Tiene 3 partes:

  1. Estética trascendental: estudia la facultad de la sensibilidad, gracias a la cual notamos los estímulos exteriores. Las impresiones nos ocasionan intuiciones empíricas, pero lo que conocemos no son las cosas tal y como son en sí mismas, sino como nos aparecen, constituyen el fenómeno que se divide en forma y en materia. Para que las impresiones sean una sensación, es precisa que se den ordenadas en las mismas formas de conocimiento (espacio y tiempo) a los que Kant llama formas a priori de la sensibilidad. No podemos conocer nada que esté fuera de ellas. Estas son las condiciones trascendentales del conocimiento sensible, son a priori, necesarias y universalmente válidas.
  2. Analítica trascendental: estudia la facultad del entendimiento y su función es pensar los objetos. Se plantea la física como ciencia. Con el conocimiento sensible se han constituido una pluralidad de fenómenos que no poseen unidad. Se consigue mediante una actividad capaz de unificar la pluralidad de los fenómenos realizada por el entendimiento, que organiza los fenómenos anteriores mediante conceptos. Distingue entre concepto a posteriori y a priori o categorías. Estos últimos dan la posibilidad de pensar el objeto. Las categorías solo las puede aplicar el sujeto a lo que proviene de la experiencia, nunca fuera de ella. Se determina la posibilidad y el límite de nuestro conocimiento. El conocimiento necesita la intuición sensible y la aplicación de las categorías. Esto supone que el objeto pone las condiciones con el fin de que el objeto pueda ser conocido. Esto es el giro copernicano de la filosofía para Kant. Decir que los objetos giran alrededor del sujeto es tanto como hablar de las cosas tal y como se le presentan a uno mismo. A esta realidad, Kant la llama fenómeno frente al noumeno o cosa en sí.
  3. Dialéctica trascendental: el conocimiento intelectual no termina con el entendimiento. Se encuentra la razón, la cual unifica los conocimientos del entendimiento mediante la aplicación de unas determinadas formas, los conceptos puros de la razón que son también a priori y puros. Reciben el nombre de 'ideas trascendentales' que carecen de toda relación con la experiencia. La razón se refiere a la totalidad mediante las ideas trascendentales de alma, mundo y Dios que son puros entes pensados. Al ser ideas, no podemos tener en ellas ningún conocimiento, se escapan de él al no referirse a objetos de la experiencia. La metafísica responde a la tendencia natural de la razón humana a sobrepasar el camino de la experiencia. La metafísica no es una ciencia, sino el resultado del uso de la razón desligado de la experiencia. Para Kant, el punto de partida de ese error está en la ilusión trascendental, en el uso de conceptos más allá de lo empírico.

Ética

El alma, mundo y Dios, si bien no son objeto de conocimiento, sí pueden ser objetos conforme a los cuales organizar nuestro comportamiento. En su uso práctico, la razón se ocupa de las leyes prácticas que rigen nuestra conducta y que responden a la pregunta ¿qué debo hacer?. El análisis del comportamiento humano lleva a Kant a observar que los hombres ajustan su modo de actuar a la conciencia moral, emitiendo juicios morales sobre su conducta y la del resto. Lo denomina hecho moral. Se establece un paralelismo entre la razón teórica y práctica. La finalidad de esta última es analizar la posibilidad de las leyes morales para construir una moralidad universal. El principio que guía la acción moral es la acción por deber. Kant distingue entre acción conforme al deber (legalidad) y acción por deber (moralidad), la cual no está condicionada por nada, es lo que ordena la conciencia moral, así obramos por nuestra propia voluntad. El deber es la expresión de la ley moral, que está presente en todo hombre por ser racional. La ley moral se expresa en imperativos categóricos. Kant propone una ética formal en contra de las éticas teleológicas, donde solamente debe actuar la voluntad. Una ética autónoma donde el imperativo no pueda provenir de ninguna autoridad exterior, tiene que proceder de una razón. Postulados de la razón práctica: el hombre está sometido a las leyes causales de la naturaleza que él no puede elegir. Pero al definirse como ser moral, crea el reino de los fines, en el que sí puede elegir qué hacer. Solo somos morales porque somos libres. La libertad es la condición básica de la moralidad, se convierte en un postulado de la razón política. Además de esta, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios también lo son. La primera es necesaria porque en la vida finita del hombre no puede darse el sumo bien, aspiración de toda vida humana, por lo que es necesario postular que nuestra alma es inmortal para aspirar a ella. Y el sumo bien no puede quedar en una mera idea, ya que frustraría la actividad humana, y su existencia se personifica en Dios.

Marx: Política

El objetivo prioritario del marxismo es la transformación del mundo. Pretende superar las interpretaciones que se habían hecho del mundo: el idealismo alemán, el liberalismo político y económico y el socialismo utópico. Marx, al contrario que Hegel, concibe la realidad como los individuos concretos y sus relaciones materiales y no como espíritu o idea. Así surge el materialismo, que supone la realidad socioeconómica sobre las ideas. Solo en esta realidad encontramos la clave para la comprensión y unión de lo real (teoría) con la transformación de lo real (praxis). En las 'Once tesis sobre Feuerbach', Marx define su concepción materialista y dialéctica como filosofía de la praxis, la forma que tiene el hombre para relacionarse con sus demandas y transformar la naturaleza para satisfacer sus necesidades. La filosofía no debe entenderse como un saber teórico, sino también práctico. Debe estudiarse junto con las demás ciencias sociales para tener un conocimiento objetivo y útil. Se descubre la sociedad estructurada en 2 niveles: la infraestructura, que explica los conflictos sociales y los cambios históricos, y la superestructura, en dependencia de la primera y donde se sitúan el resto de las manifestaciones sociales como la religión y el arte. Esta superestructura encuentra su expresión en el derecho, como las leyes que rigen las relaciones sociales y que está bajo control del Estado para dominar la sociedad. En consecuencia, la forma de crear leyes y ejercer el poder político está vinculada a la forma de organizar y ejercer el poder económico. Existe una relación dialéctica entre la superestructura e infraestructura. Cuando se produce una revolución social y un cambio en las condiciones económicas, se produce un cambio en la ideología.

Problema de la sociedad

La vida material del ser humano se lleva a cabo con la acción sobre la naturaleza para convertirla en bienes para vivir. Esa actividad es el trabajo, que define y dignifica al ser humano. Por ello, Marx considera que la forma de trabajar es determinante para entender la situación ideológica. Al transformar la naturaleza, el ser humano también se hace a sí mismo, es un medio de realización personal y de progreso para la humanidad. La producción de bienes se lleva a cabo mediante un proceso de trabajo y en las relaciones de producción que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores. El elemento fundamental son las fuerzas productivas, que es todo lo necesario para la realización del trabajo. Las relaciones de producción quedan obsoletas para las fuerzas productivas y han de sustituirse por otras. El marxismo considera que la historia de la humanidad es el paso de un modo de producción, el conjunto de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. En esto consiste el materialismo histórico y gracias a ella Marx pudo comprender el modo de producción capitalista. Descubrió que bajo la igualdad y libertad del capitalismo, se encontraba una desigualdad y una explotación hacia el trabajador, el cual tenía que vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario si quiere sobrevivir. Así se convierte en proletario. Mientras el capitalista va acumulando capital, el proletario se va empobreciendo, cuanto más produce, más pobre es. Esto se explica con la plusvalía, ganancia del capitalista a costa del proletario. Este es el motivo de la explotación y la alienación del proletario en este sistema. Para Marx, el proletario está alienado del producto de su trabajo, ya que no le pertenece y por ello le resulta ajeno, algo que no puede dominar y está alienado respecto a la propia actividad productiva, ya que es una mera mercancía que tiene un valor y que pertenece al capitalista. La única posibilidad de transformar esta situación es eliminar la plusvalía, siendo el único modo la supresión de la propiedad privada de los medios de producción. Marx propone el comunismo, en el que la propiedad privada se eliminaría. El curso de la historia es el paso de un modo de producción a otro generado por la lucha de clases. Para acabar con ella, ha de suprimirse la propiedad mediante la revolución del proletariado. Debe ser necesariamente el proletariado como clase explotada quien implante una sociedad sin clases en la que el ser humano se realice como tal y no como proletario. Además, el Estado habrá perdido su carácter opresor.

Ortega y Gasset: El problema del conocimiento y la política

Ortega hará una crítica tanto al Realismo como al Idealismo. En el Realismo, la realidad es comprendida como el conjunto de las “cosas” que existen independientemente del sujeto. Esta realidad es algo acabado, estático, y se explica con los conceptos de esencia o sustancia. También criticará al Idealismo, la filosofía que surge con Descartes. Con el Idealismo, el conocimiento de la realidad se fundamenta sobre el sujeto, llegándose a afirmar que todas las realidades no son sino ideas del sujeto. Este sujeto es a su vez una sustancia estática que no evoluciona con el tiempo. Por ello, y al contrario que en el Realismo, las cosas son absorbidas por el yo. Para Ortega, la verdadera realidad está en el yo con las cosas, no siendo el yo ni las cosas algo acabado e independiente, sino dependientes ambos en su constitución y desarrollo. Esta relación mutua se da en la Vida y por ello ésta es el fundamento de toda realidad. Por lo que la vida es la Realidad Radical. Ortega estudiará las características fundamentales que definen la Vida: 1º, la vida es autoconciencia de vivir; 2º, la vida es encontrarse en una circunstancia que es la mutua relación de mi vida y mi mundo; 3º, vivir es algo imprevisto, pues no hay una elección en vivir aquí y ahora ni sobre las cosas que puedan ocurrir; este imprevisto genera la vida como un problema ante el cual debe surgir la decisión personal guiada por un proyecto; así que la vida es temporalidad, es futuro permanente, pues se vive para y hacia él. Surge el Raciovitalismo, donde la razón no es algo que esté fuera o antes de la vida, sino que se encuentra en la vida concreta de cada uno. Se entiende como Razón Vital. Y a su vez, la Razón Vital es siempre Razón Histórica. Razón Vital y Razón Histórica son una misma racionalidad que asume a la vida y a la realidad en su devenir. La razón histórica o vital no acepta nada como un hecho fijo, sino que estudia el proceso de la realidad mediante categorías y conceptos, que van cambiando y modificándose con la vida misma. Por ello, la razón vital e histórica es algo móvil. Ortega defenderá el Perspectivismo: cada individuo tiene una perspectiva, una verdad propia. Estas verdades son perspectivas de la realidad y no pueden ser tomadas como verdades absolutas. La realidad se dará siempre en perspectivas diversas y cambiantes de cada uno, el cual se relaciona con ellas también desde diversas perspectivas cambiantes, creando así un mundo propio. A su vez, estas perspectivas propias podrán unirse con la de otros formando perspectivas más amplias y verdaderas, pero nunca se llegaría a la verdad absoluta, ya que implicaría la suma de todas las perspectivas pasadas, presentes y futuras. Además, el propio sujeto tendrá en su mente Ideas y Creencias: las Ideas son aquellas con un puro contenido intelectual; las creencias tendrán un contenido vivencial o existencial que se vivirá en la propia existencia individual.

El problema de la sociedad: Política

Para Ortega, la historia se puede analizar de acuerdo a las generaciones. En la teoría de las generaciones, Ortega asume que en toda sociedad humana conviven distintas generaciones. Estas generaciones se cumplen en periodos de 15 años y hay 2 tipos fundamentales: las establecidas, las mayores que ya poseen el control social, y las emergentes, las nuevas. Cuando los presupuestos teóricos de ambas son compatibles, la sociedad se desarrolla sin sobresaltos; pero si hay una ruptura entre una y otra, surge la crisis social. Ortega dice que en nuestra época se da una crisis concreta en la sociedad, ya que ha ocurrido un fenómeno especial: la rebelión de las masas. Para Ortega, los hombres se dividen en hombre masa y en minoría selecta. El hombre masa es aquel que se encuentra satisfecho de sí mismo, creyéndose completado moral e intelectualmente. Y la minoría selecta es aquel tipo de persona que se exige a sí misma más que a los demás y vive su vida buscando alcanzar ese desarrollo máximo ateniéndose a deberes y al trabajo vital. El problema actual es que el hombre masa gobierna la sociedad sin atender a la minoría selecta, imponiendo su capricho uniformador y poco respetuoso con la auténtica libertad individual, creando así una crisis social.

Entradas relacionadas: