Esperpento ejemplo
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4. Rasgos del esperpento y su reflejo en Luces de bohemia
Con la primera versión de 1920 de Luces de bohemia, Valle-Inclán da nombre a un
género literario propio, el esperpento, basado en la deformación sistemática de personajes y valores, con la que
ofrece una denuncia de la sociedad española contemporánea. Lo esperpéntico es una manera de ver el mundo,
un reflejo deformado de una realidad ya deformada, que nos revela el verdadero rostro de la vida española.
Para conseguir el objetivo de deformar el mundo, Valle-Inclán emplea múltiples procedimientos; destacamos:
· La ridiculización de la realidad. Si la naturaleza del esperpento es crear una antitragedia, Luces de
bohemia es un ejemplo paradigmático. En este esperpento observamos la tragedia colectiva (la situación
social española) e individual (la muerte de Max y el suicidio de su mujer y su hija), pero estos hechos
aparecen como ridículos debido a los personajes que les dan vida. Es más: la muerte de Max es grotesca.
No hay nada solemne en su fallecimiento, y mucho menos en su velatorio. Sus últimos momentos
agonizando en la calle son una parodia y su velatorio, una burla risible y cruel. Además, no es su muerte
la que cierra la obra, como en la tragedia clásica, sino que, para mayor escarnio, esta concluye con las
palabras de un borracho.
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· La estética del esperpento también se alcanza por medio de la degradación de los personajes, que son
presentados como seres caricaturescos. Esta degradación se observa, básicamente, a través de tres
recursos estilísticos: la animalización ("La Pisa Bien se apresura a echarle la zarpa"), la cosificación ("se
mueve el bulto de un hombre") y la muñequización (escena segunda, en la que don Latino y Zaratustra
engañan a Max con la venta de los libros, transformando de este modo al propio protagonista en un
fantoche).
· Por otra parte, la literaturización —inclusión de gran cantidad de citas y referencias literarias— se utiliza
como un recurso más de deformación. Así, el género épico se nos presenta desfigurado: Max es ciego
como Homero y su peregrinación por el Madrid bohemio y nocturno nos recuerda la odisea que realiza
Ulises desde Troya a Ítaca. Además, en la obra encontramos referencias a la Divina comedia, citas directas
de Shakespeare, Rubén Darío o Calderón de la Barca, reminiscencias al Lazarillo de Tormes y al Quijote
en las figuras de los dos protagonistas.
· Otro de los recursos más significativos del esperpento es la variedad de registros en los diálogos; no
solo sirve para caracterizar a los personajes, sino también para parodiarlos o criticarlos. Subrayamos, por
un lado, el uso de un lenguaje pedante y cursi propio de los modernistas, y por otro, la jerga vulgar de las
clases sociales bajas. Incluso se aprecia la combinación de cultismos y gitanismos en una misma
intervención.
· Este contraste ya se percibe desde el mismo título, cuidadosamente escogido. Por un lado, Valle juega
con la luz, con el brillo de una época modernista en decadencia; pero por otro lado, la peregrinación
bohemia de los protagonistas transcurre por un Madrid nocturno alumbrado artificialmente con velas,
candiles y lámparas. Se trata, en efecto, de un intencionado claroscuro con el que aspira a degradar la
realidad.
· El esperpento, asimismo, se caracteriza por fusionar novela y teatro. Esta indefinición de géneros se
aprecia, por ejemplo, en las acotaciones, muy extensas y de un excepcional valor literario. Con ellas se
describen, con rapidez e intensidad, personajes y ambientes diversos.
· Finalmente, en Luces de bohemia se acumulan de manera intencionada referencias históricas en un
confuso anacronismo, lo cual nos impide situar la acción en un tiempo histórico concreto. La alusión a las
últimas colonias españolas (1898), a la Semana Trágica de Barcelona (1909), a la Revolución rusa (1917),
la coexistencia de modernistas y ultraístas o el hecho de que Rubén Darío —que muere en 1916—
sobreviva a Benito Pérez Galdós —que fallece en 1920— serían sucesos temporalmente anacrónicos que
servirían a Valle-Inclán para producir el efecto deformador que pretende.
En conclusión, mediante la técnica del esperpento, Ramón María del Valle-Inclán muestra con óptica deformante
la realidad para censurar y parodiar la decadente situación nacional. Nos hallamos, pues, ante la vertiente más
crítica de la Generación del 98.