España: Política, Regencia y Crisis Colonial de 1898

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La práctica política hasta 1885

Hasta 1881

Gobernó el partido conservador dirigido por Cánovas. Su programa se basaba en la defensa del orden social, de la monarquía y de la propiedad. Se mantuvo y acentuó la política represiva. También se recortaron las libertades de reunión y asociación y se mantuvo la prohibición de las asociaciones obreras. Las provincias vascas quedaban obligadas a contribuir con contingentes al servicio militar y a pagar contribuciones. En 1881 Cánovas dimitió y dejó paso al primer gobierno del partido liberal.

Sagasta tomó medidas para terminar con las restricciones de la libertad de expresión: limitó las denuncias por delitos de imprenta, devolvió sus cátedras a los profesores represaliados. Reprimió las protestas populares y un intento de golpe de estado republicano.

La regencia de María Cristina y la evolución política hasta 1895

En 1885 murió Alfonso XII, quedando su segunda esposa como regente, María Cristina de Habsburgo. La necesidad de garantizar la estabilidad del régimen durante una larga regencia llevó a los dos líderes, Cánovas y Sagasta, a establecer un acuerdo que ha pasado a la historia como el Pacto de El Pardo. Se comprometieron a apoyar la regencia, a facilitar el relevo en el gobierno cuando este perdiera prestigio y apoyos en la opinión pública. Ambos partidos cumplieron el acuerdo.

Entre 1885 y 1890 gobernó el partido liberal. Sagasta puso en marcha un programa político bastante más aperturista. Se restableció la libertad de cátedra y se amplió la libertad de expresión. La reforma más importante fue en 1890 mediante la nueva ley electoral que estableció, ahora de forma definitiva, el sufragio universal masculino.

Guerra Colonial y Crisis de 1898

La insurrección cubana

En febrero de 1895 se produjo un levantamiento independentista de Cuba, que se convirtió en insurrección de toda la isla contra la metrópoli. El movimiento independentista indígena, dirigido por Antonio Maceo y José Martí, inició una guerra pese a lo dispuesto en la Paz de Zanjón de 1878. El gobierno español eludió el control sobre los abusos que los trabajadores indígenas sufrían por los españoles. A la frustración acumulada se unió el respaldo norteamericano a los insurgentes. Los políticos estadounidenses eran partidarios de la independencia cubana. En 1891 la crisis económica llevó al gobierno de Cánovas a aprobar una ley de aranceles que prohibía a los cubanos el libre comercio con EEUU. Desde entonces, la actitud norteamericana se hizo más activa.

La guerra cubana atravesó varias fases. El gobierno liberal intentó una política de negociación, pero fracasó. En 1896 la situación militar se agravó, al sumarse una segunda insurrección colonial, esta vez en Filipinas. Cánovas envió a Weyler que recuperó todo el territorio y envió a los insurrectos a las montañas. Dividió el territorio mediante líneas fortificadas y concentró en compartimentos, auténticos campos de concentración, a la población civil, para evitar que pudiera apoyar a los guerrilleros. Comenzó una guerra de desgaste. En agosto de 1897, tras el asesinato de Cánovas, Sagasta formó gobierno e intentó poner en marcha un nuevo proyecto de autonomía más amplio. Sustituyó a Weyler y en enero tomó posesión el nuevo gobierno cubano.

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