La Dictadura de Primo de Rivera: Causas, Golpe de Estado y Caída

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La Dictadura de Primo de Rivera

Causas del golpe de Estado:

El golpe de Estado que acabó con el régimen constitucional tuvo causas muy diversas. En primer lugar, estaban las consecuencias de Annual, por lo cual el ejército pedía más medios para vengar la humillación sufrida y el Gobierno negaba aumentar el presupuesto para la guerra. Tampoco les agradó la disolución de las Juntas. Había indicios de responsabilidad del general Berenguer y la izquierda acusaba al rey de intentar influir en Silvestre.

El auge del nacionalismo en Cataluña y País Vasco era visto sospechoso entre la derecha conservadora. La división de los partidos conservador y liberal también alarmaba a la oligarquía y a los militares. A eso se le añadían las luchas sociales que les llevaron a un gobierno autoritario que podía ser el freno definitivo al crecimiento del movimiento obrero.

Las clases medias, exasperadas por la corrupción política, el alza de precios y la cuestión marroquí, presionaban en el mismo sentido. La prensa coincidía en una crítica en lo referente a los partidos “de turno”. Una dictadura militar era para los propios militares, la única forma de paralizar el expediente Picasso y ese fue el factor determinante para llevar a cabo el golpe.

El golpe de 1923:

El 12 de septiembre, Primo de Rivera, capitán general de Cataluña y principal conspirador, se sublevó contra el Gobierno. El golpe triunfó gracias a la unión del silencio popular y al apoyo de Alfonso XIII.

Aunque Primo de Rivera se presentó al país a través de un manifiesto como partidario de un proyecto de regeneración, las primeras medidas se encaminaron a establecer una férrea dictadura militar. Se declaró el estado de guerra en todo el país y los comandos militares se hicieron cargo de los gobiernos civiles. Se decretó la suspensión de las garantías constitucionales y se disolvieron las Cortes, al tiempo que se establecía una rígida censura de prensa. El régimen constitucional había sido eliminado. Pese a todo ello, en los primeros meses la dictadura tuvo bastante respaldo popular.

El directorio militar (1923-1925):

Primo de Rivera había acabado con los viejos partidos del Parlamento. Pero la oligarquía seguía dominando la vida económica y social.

El gobierno de Primo de Rivera intentó introducir algunos cambios como aumentar la autonomía de los municipios, pero siguió vigente el caciquismo de los gobernadores provinciales.

Respecto a Cataluña, Primo de Rivera prohibió el uso del himno y de la bandera catalanas y restringió el uso del catalán al ámbito privado. Se reprimieron las manifestaciones culturales y políticas del catalanismo.

Primo de Rivera decidió en abril de 1924 unificar desde arriba los grupos de apoyo que habían surgido después del golpe en los ámbitos católicos y conservadores. Surgió así un partido único a semejanza del modelo italiano, la “Unión Patriótica”, que fue puesto bajo la dirección de un militar. El orden público fue otra de sus obsesiones, para él, el movimiento obrero y la delincuencia significaban la misma cosa.

Sin duda, el gran éxito del Directorio Militar fue poner fin a la guerra de Marruecos. Primo de Rivera era partidario de abandonar la guerra y negociar, por eso redujo los efectivos en Marruecos y ordenó la retirada parcial. Muchos africanistas se pusieron en su contra y casi llegaron a la insubordinación.

Pero en 1925, Abd el-Krim invadió la zona del protectorado francés. La respuesta fue el desembarco de Alhucemas, una operación francoespañola. A mediados de 1926 Abd el-Krim se entregó a los franceses. La guerra había terminado, y la victoria colocaba a Primo de Rivera en la cumbre de su popularidad al tiempo que se reconciliaba con los militares.

El Directorio Civil (1925-1930):

A finales de 1925 Primo de Rivera decidió la sustitución del Directorio Militar por un gobierno civil.

Para institucionalizar la Dictadura se convocó una Asamblea Nacional Consultiva formada en su mayoría por miembros de la Unión Patriótica elegidos mediante sufragio restringido. Era una copia del Gran Consejo Fascista Italiano. Se le encargó la elaboración de una especie de Constitución que salió mal. Organizaba un Estado sin soberanía nacional ni división de poder y muy autoritario. Al final ni obtuvieron respaldo popular ni había salida legal para la Dictadura.

Otro aspecto en el que la Dictadura imitó el modelo italiano fue la política social a través de la creación de organizaciones sindicales que pretendían regular la negociación de los convenios. Primo de Rivera incluso invitó a Largo Caballero, líder de la UGT, a integrarse en el Consejo.

La oposición a la Dictadura y la caída de Primo de Rivera:

La oposición al régimen era la mentalidad de la mayoría de la vida política. Muchos dirigentes liberales y conservadores se negaron a colaborar con el dictador y exigieron a Alfonso XIII el restablecimiento de la Constitución y la convocatoria de elecciones. La negativa del rey llevó a muchos a apartarse de la actividad política.

Los republicanos comenzaron a organizarse. También la izquierda obrera empezó a reaccionar, sobre todo desde que el inmovilismo del sistema y el desgaste de la Monarquía comenzó a cansar a la opinión pública. Por su parte, la mayoría de los intelectuales se sumó igualmente a las críticas.

Dentro del ejército fue creciendo el descontento. Las arbitrariedades en los ascensos y la oposición de los sectores liberales vinieron a agriar el ambiente de los cuarteles. El descontento comenzó a manifestarse de forma masiva en las manifestaciones estudiantiles. Más tarde se produjo una intentona de sublevación militar que, unida con el Crack de la bolsa de Wall Street (y por consiguiente el derrumbamiento de la peseta), hicieron que el régimen se tambaleara.

Finalmente, el 27 de enero de 1930 Alfonso XIII, consciente del rechazo que suscitaba el dictador, aceptó la dimisión de Primo de Rivera.


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